Jornadas de Mayo: ¿ciencia para qué y para quién?

Miembros de la Agrupación Rolando García, una de las integrantes del Encuentro Argentino por la Innovación, la Ciencia y la Tecnología, adelantaron a TSS algunos de los ejes de las jornadas que se realizarán el 5 y 6 de mayo en la Universidad Metropolitana por la Educación y el Trabajo.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS — La comunidad científica argentina está en debate permanente. En un contexto de recorte en el presupuesto para ciencia y tecnología, de reducción en la cantidad de ingresos al CONICET y de suspensión de proyectos de desarrollo tecnológico, la necesidad de reflexionar sobre la construcción colectiva del conocimiento se vuelve vital. Cómo evitar el retroceso en el sector de científico, cómo lograr que se garanticen los derechos para investigadores y cuáles son los sectores estratégicos para un modelo de país soberano basado en el conocimiento son algunos de los aspectos que se discutirán en las Jornadas de Mayo, el 5 y el 6 de mayo próximos. Su organización está a cargo del espacio Encuentro Argentino por la Innovación, la Ciencia y la Tecnología (ENARxICyT), que agrupa a miembros de diversos colectivos del sector científico, tecnológico y universitario, que pocos días atrás presentó la iniciativa en el Congreso de la Nación.

“Es importante que, como trabajadores del sector, podamos promover discusiones sobre política científica. El ajuste tiene un impacto negativo no solo a nivel gremial, sino sobre la calidad de vida del pueblo argentino, ya que se interrumpen líneas de investigación que tenían como objetivo resolver los problemas de la sociedad”, le dijo a TSS el bioquímico Nicolás Chiarante, becario doctoral del CONICET e integrante de la Agrupación Rolando García.

Daniel Anaya, meteorólogo y también miembro de la Rolando García, destacó que el recorte en el sector evidencia el predominio de un modelo de país: «Antes, había una coexistencia de dos modelos en pugna: uno basado en desarrollos científicos soberanos, como los de INVAP y ARSAT, y otro basado en el cuestionado modelo sojero. Ahora, en cambio, hay una preeminencia absoluta de un modelo monoproductor y no hay perspectiva de un país industrial con generación de empleo». Desde hace ya varios años, la Agrupación Rolando García busca fomentar la discusión sobre políticas científicas a través de cursos y talleres. «Creemos que la principal falencia dentro del sector es que no se forma a los investigadores para realizar una conducción política de la ciencia», dijo Anaya.

«En sectores clave como el aeroespacial, el proyecto satelital de ARSAT está siendo desmantelado», dijo Anaya.

Si bien todavía no está definido el programa de las jornadas, ya existen lineamientos generales sobre los puntos a tratar en los encuentros que se llevarán a cabo en la Universidad Metropolitana por la Educación y el Trabajo (UMET). La jornada del viernes 5, que comenzará a las 16, constará de tres mesas de discusión sobre la agenda de investigación y la formación de criterios de evaluación; la comunicación de la ciencia a través de los medios; y la apropiación del conocimiento: ciencia para qué y para quién. El sábado 6, la jornada comenzará a las 10 y se debatirá en torno a la formación universitaria y su relación con la comunidad; la organización gremial y sectorial en el ámbito científico; sectores estratégico como el nuclear, aeroespacial y energético; modelos en pugna en el sector salud; ciencia soberana y política exterior.

«Los sectores estratégicos tienen que estar conducidos por el Estado. Así como se recuperó parte del sector hidrocarburífero y eso permitió impulsar iniciativas para el desarrollo científico-tecnológico en el área, deberían trazarse caminos similares en otros sectores clave como el aeroespacial, donde el proyecto satelital de ARSAT está siendo desmantelado; o el sector salud, donde había una política de producción pública de medicamentos que abastecía a una parte importante del Plan Remediar, que hoy están dando de baja. En ambos casos se están violando leyes», dijo Anaya, en referencia a la Ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital  y la Ley 27.113, que impulsó la producción pública de medicamentos y creó la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP).

Chiarante también hizo referencia a la situación actual de las ciencias sociales: «El ataque a las ciencias sociales empezó con una estrategia a través de los medios durante la toma del Ministerio (por el MINCYT), donde se cuestionaba la utilidad de los temas de investigación. Eso sigue presente en el discurso de los funcionarios y mutó en un discurso sobre política científica donde se habla de áreas más útiles que otras, en las que no se incluye a las ciencias sociales. Nosotros no coincidimos con esa definición y consideramos que son fundamentales para entender cómo funciona la sociedad. Además, es necesario que la comunidad científica participe de la definición de esos temas estratégicos».

Las jornadas del 5 y 6 de mayo próximos fueron presentadas recientemente en el Congreso de la Nación.

Más allá del contexto de ajuste impulsado por el Gobierno actual, los integrantes de la Rolando García señalaron falencias que provienen de la gestión anterior. “Es importante remarcar que muchos trabajadores del sector tenían contratos precarios, por lo que hoy resulta bastante sencillo no renovarlos”, dijo Anaya. Y Chiarante agregó: «Una deuda de los últimos 12 años es que no se pudo concretar un convenio colectivo de trabajo y que los becarios seguimos sin ser considerados trabajadores con derechos laborales plenos. Esto es algo que la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados viene reclamando desde hace varios años. Se han conseguido algunos avances como la obra social y la licencia por maternidad, pero queda mucho por avanzar».

Si bien la movilización de la comunidad científica se encuentra en un nivel histórico de participación, hay debates que, pese a que llevan décadas, todavía parecen vigentes, como la relación entre ciencia y política. «Es una discusión que no está saldada. Es como si todavía no estuviese claro que la política científica siempre es direccionada y responde a intereses. Por eso, es fundamental discutir qué tipo de ciencia queremos y qué políticas necesitamos”, concluyó Anaya.

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