Denuncias de censura e invasión a la privacidad se suman a las de precarización laboral de los empleados del INTI. Además, aseguran que faltan obras de infraestructura y que la orientación de los laboratorios comienza a ser definida para asistir a grandes empresas y multinacionales.
Agencia TSS — La semana pasada, la noticia sobre un supuesto cierre del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se difundió a través de las redes sociales. El cierre en cuestión fue solo por un día, el mismo en que la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) tenía programado un paro activo y una conferencia de prensa para dar a conocer una serie de reclamos. Sin embargo, las autoridades del INTI enviaron un e-mail a sus empleados a última hora del día anterior, en el que se se informaba que “debido a reparaciones de urgencia” se realizaría un corte general del suministro de agua por lo que “el personal queda eximido de prestar servicio”. Al día siguiente, la mayoría de los empleados concurrió a su lugar de trabajo y no pudo ingresar debido al cierre de las instalaciones.
“Podríamos decir que fue un lock out patronal, ya que cerraron las puertas de acceso a los 2100 trabajadores que estamos en el parque tecnológico Migueletes para que no se pudiera realizar el paro y la conferencia de prensa, que igual hicimos en la puerta, del lado de afuera”, le dijo a TSS Giselle Santana, secretaria gremial de ATE-INTI, y advirtió que todas las medidas de fuerza que realizan son paros activos, entre otras cosas porque “en INTI se realizan ensayos y algunos equipamientos requieren controles, que hacemos en el sector de guardia técnica. En este caso igualmente se nos impidió el ingreso, echando a perder muestras y ensayos de microbiología, y poniendo en riesgo equipos, por una decisión completamente arbitraria de las autoridades”. Una manifestante que prefirió mantener el anonimato reveló que junto con una colega lograron acceder a los baños del edificio, que “funcionaban perfectamente”.
Las razones que motivaron el paro fueron principalmente tres: “Persecución sindical, precarización laboral y corrupción”, de acuerdo con un documento presentado por ATE. Al respecto, Santana explicó que este año los reclamos se iniciaron en marzo, “porque había incumplimientos en el convenio colectivo de trabajo, por lo que comenzamos a hacer asambleas y a tomar algunas medidas de fuerza. Eso derivó en una fuerte persecución por parte de las autoridades a los delegados y delegadas de ATE, como intervención en el sindicato, impugnación de las elecciones que habíamos hecho en diciembre, censura de los canales de comunicación con los trabajadores y descuentos por días de paro”.
Tres meses atrás, la Dirección de Recursos Humanos les bloqueó la casilla de correo electrónico institucional a todos los delegados y delegadas gremiales, dijo Santana. Eso no solo les impide comunicarse con los trabajadores de la institución que están distribuidos en todo el país, sino también realizar sus tareas laborales con normalidad. “Lo que hago es denunciar todo el tiempo ante mis jefes que no puedo trabajar porque no me lo permite Recursos Humanos; es una situación muy violenta y absolutamente ilegal”, se lamenta la secretaria gremial. Y agrega que la respuesta de las autoridades “es que no tienen obligación de permitirnos la comunicación institucional y que, además, si queremos mandar e-mails, se los enviemos a ellos, que decidirán si los envían o no de acuerdo con el contenido”.
De manera similar, los empleados denunciaron que para descontarles un día de paro (por una medida de fuerza previa), las autoridades de la institución ingresaron a cuentas privadas en un sistema interno denominado «Mi INTI», a través del cual se envían, entre otras, solicitudes de licencias. “La gerencia de Recursos Humanos se metió en las casillas de los delegados y delegadas, gestionó en nombre nuestro una ausencia injustificada sin goce de sueldo y se nos descontó el día 13 de julio que estuvimos de paro, a pesar de que tenemos la fichada de ingreso y de salida, porque estuvimos en nuestro lugar de trabajo”, recuerda Santana, que es representante gremial desde 2008, y agrega: “Son métodos que no habíamos visto nunca, están avasallando derechos básicos”.
El malestar en el personal del INTI se incrementó tras el incendio del Laboratorio del Centro de Desarrollo e Investigación en el Edificio 46, en julio pasado, donde desde hace al menos dos años se le solicitaba a las autoridades mejoras edilicias por riesgo eléctrico y problemas de filtración de agua en los techos. “Tuvimos la suerte de que ocurriera un fin de semana pero podría haber sido una tragedia, porque hay un laboratorio de solventes. No hay inversión en las cosas que necesitamos pero están haciendo unas 20 obras sin ningún tipo de control por parte de los sectores que deberían hacerlo, como Obras e Infraestructuras o Finanzas”, denunció Santana. Y agregó: “Estamos viendo que hay un manejo muy irregular del presupuesto público en el INTI y una adjudicación de obras descontrolada a empresas que no sabemos bien de dónde vienen, que se están haciendo sin los canales administrativos que existían y sin profesionales de carrera, sino con sectores paralelos, amigos de la gestión actual. Es una situación bastante extraña para un Gobierno que se jacta de querer combatir a la corrupción”.
Según un trabajador con una extensa carrera en el INTI y recientemente jubilado, que prefirió no revelar su identidad, la corrupción es “lo que más les preocupa a mis colegas, como las licitaciones dirigidas y el pago de sobreprecios. Además, hay que tener en cuenta que el INTI es un organismo autónomo y tiene una identidad propia. Si empiezan con manejos raros, la gente luego se olvida si fue el gobierno A o B y queda una imagen de corrupción que molesta muchísimo”.
El INTI es un ente autárquico que fue creado hace 60 años, el 27 de diciembre de 1957, con el objetivo inicial de mejorar las capacidades científicas y tecnológicas del proceso productivo y la utilización de materias primas de origen nacional. Su rol fue variando acorde a los vaivenes de la historia nacional. Durante los últimos 15 años, la institución atravesó un período en el cual se intentó que, además de sus tradicionales servicios de certificaciones y ensayos, tuviera un papel más activo en el desarrollo de las economías regionales de base, mediante el impulso al trabajo de microemprendedores y cooperativas, entre otros actores de la economía. “A partir del año 2011 se fueron perdiendo muchas líneas de trabajo, pero con la asunción del nuevo Gobierno hubo un cambio bastante radical en lo que tiene que ver con pequeños emprendedores o cooperativas. De asistirlos para que desarrollen su marca y la comercialización de sus productos, la orientación empieza a ser definida hacia grandes empresas y multinacionales, para las que se termina siendo un laboratorio de ensayos”, dijo Santana.
“El rol del INTI es directamente proporcional a la importancia que se le da a la industria en un determinado momento”, dijo el trabajador ya retirado, no solo a partir de su paso por la institución sino también por su trayectoria en la industria local. Y agregó: “Históricamente ha sido así: cuando hay gobiernos neoliberales, el INTI termina trabajando como laboratorios externo de las multinacionales, con la excusa de las inversiones o con cualquier otra. A estas empresas globales eso les conviene para evitar tener que traer equipamiento propio”.
TSS intentó comunicarse con las autoridades del INTI para hablar sobre la situación actual que atraviesa el organismo y las denuncias de sus representantes gremiales. Sin embargo, la respuesta oficial fue la misma que dieron frente a otras consultas que recibieron a través de las redes sociales: “El martes pasado se declaró asueto en INTI porque la institución tenía un corte programado de agua. El lunes 7 se le notificó al personal para evitar inconvenientes. En pos de cumplir con las normas de higiene y seguridad necesarias se definió el asueto. Solucionado este inconveniente el instituto abrió sus puertas normalmente. Muchas gracias por tu consulta. Saludos”.
17 ago 2017
Temas: ATE, INTI, Inversión en ciencia y tecnología, Política científica y tecnológica, Sindicatos