Un mapa del agua subterránea

Un emprendimiento de mapeo 3D de napas freáticas desarrolló un geo-radar, usualmente utilizado en minería, para relevar el potencial de rinde de los cultivos y direccionar las inversiones con menor riesgo.

Matías Alonso  
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Agencia TSS – El problema de la escasez de agua no sólo repercute en la provisión de agua potable limpia, sino también en el riego y en la producción de alimentos. Mariano Delbouono, uno de los socios del estudio de ingeniería  G&D en Tandil, provincia de Buenos Aires, desarrolló un proyecto de mapeo en tres dimensiones (3D) de napas freáticas. Éstas suelen encontrarse, de manera fluctuante, hasta cuatro metros debajo de la superficie. Para hacerlo adaptaron un geo-radar, una herramienta que suele ser utilizada en minería para estudios de suelo de gran profundidad.

En algunos lugares, el agua de lluvia es filtrada por suelos arenosos y puede resultar detenido su descenso en un acuitardo, es decir, una capa menos permeable del subsuelo que hace que el agua quede suspendida durante más tiempo. Delbuono dijo a TSS que “las raíces de los cultivos, en el momento de mayor demanda de agua, están entre los tres y cuatro metros de profundidad. Por eso exploramos hasta los cuatro metros, porque si el acuitardo está a mayor profundidad, el ciclo de cultivo nunca llega a esa profundidad. En cambio, si está en un rango de dos a cuatro metros, el cultivo la aprovechar y se independiza del clima”.

En agricultura, la profundidad de estas capas se suele medir mediante perforaciones puntuales en el terreno en base a las cuales se toman decisiones aplicadas a todo el campo, aunque no sean necesariamente extrapolables. Por eso es que obtener un mapa en tres dimensiones del subsuelo permitiría visualizar dónde se pueden hacer las mejores inversiones para alcanzar los mejores rindes.

El equipo está formado por tres componentes: una unidad central, que es el geo-radar propiamente dicho, que por un lado está conectado a una antena que recibe las señales de una longitud de onda determinada y por el otro se conecta a una computadora donde se interpretan los datos obtenidos para hacer el mapeo en tres dimensiones del subsuelo. Por el momento los equipos son importados, aunque si esta técnica se populariza sería posible reemplazar algunos componentes por alternativas nacionales. El precio de uno de estos equipos ronda entre los 60.000 y los 90.000 dólares.

Funcionamiento del sistema de mapeo subterráneo y detalle de toma de datos con geo-radar

Los mapas que se pueden obtener a partir de esta solución son georreferenciados, para que el productor pueda ingresar los datos en un software que le permita integrarlo con otras variables, como rendimiento o aplicación de fertilizantes. “Si uno sabe que tiene asegurada la provisión de agua, puede hacer un planteo agronómico de inversión alta en fertilizante y en capacidad genética como para que se pueda expresar el potencial de rinde”, señaló Delbuono a TSS. De esta forma, la técnica desarrollada permitiría hacer una estimación más precisa del potencial de rinde de un cultivo en forma independiente del clima y direccionar las inversiones de manera más focalizada.

El proyecto desarrollado por Delbuono fue uno de los preseleccionados por la fundación Siemens Stiftung en una competencia internacional que busca identificar soluciones tecnológicas para resolver problemas de suministro básico en países en desarrollo.


10 dic 2013

Temas: Agro, Agua, Geo-radar, Napas, Tandil