Las aguas bajan limpias

Investigadores cordobeses analizaron tres casos de tratamiento de efluentes en terrenos con vegetación y cultivos. Comprobaron que el método presenta beneficios económicos y comerciales respecto de las técnicas convencionales.

Nadia Luna  
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Agencia TSS – En las zonas urbanas, sean grandes ciudades o pueblos pequeños, las personas ocupan su tiempo en numerosas actividades laborales, domésticas y ociosas. Un saldo negativo de este movimiento constante de personas y materiales es la generación de aguas residuales. Se trata de una importante cantidad diaria de efluentes cloacales contaminados con distintos elementos: hidrocarburos, detergentes, materias orgánicas, agentes patógenos y metales, entre otros. Pero, ¿adónde va a parar tanta agua?

Las tecnologías convencionales (TC) de saneamiento se basan en plantas de tratamiento primario (eliminación de elementos sólidos), secundario (reducción de la carga bacteriana) y terciario (depuración del efluente). Posteriormente, las aguas tratadas son arrojadas a cursos permanentes de agua, como ríos y arroyos. El problema es que estas tecnologías requieren una alta inversión inicial y necesitan la existencia de dichos cauces de agua, por lo que muchos pueblos y ciudades pequeñas no pueden aplicarlas. Por eso, las llamadas tecnologías verdes (TV) se presentan como una alternativa interesante.

Las TV reutilizan aguas residuales con tratamiento primario y secundario para regar terrenos cubiertos por vegetación, como montes forestales y cultivos agrícolas. Estos “filtros verdes” se encargan de depurar los efluentes (tratamiento terciario) mediante la acción conjunta del suelo, microorganismos y plantas. Si bien se trata de un método que recién está comenzando a usarse en la Argentina, investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), junto a un colega de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, analizaron el beneficio económico de tres casos en el sur de Córdoba y comprobaron que las TV tienen costos de inversión significativamente menores que las TC, además de proveer beneficios comerciales por las ventas de productos, como en el caso de los provenientes de los cultivos.

La Universidad de Río Cuarto (UNRC) posee una planta piloto para tratar 100 metros cúbicos de agua por día,
proveniente de las residencias estudiantiles.

“Son experiencias pioneras en la provincia y hay interés por parte de la universidad de investigarlas porque se trata de tecnologías que tienen muy escaso desarrollo en la Argentina. Muy pocos municipios, de los casi 150 que hay en el sur de Córdoba, tienen cursos permanentes de agua en los cuales las plantas convencionales podrían desalojar sus efluentes. Entonces, el agua contaminada termina en cualquier lado”, explica a TSS el ingeniero agrónomo Horacio Gil, integrante del equipo de la UNRC.

El primer caso estudiado se ubica en la localidad de Adelia María, de 6.500 habitantes. Allí cuentan con una planta provista de un filtro de reja (tratamiento primario), lagunas facultativas (secundario, ya que reducen la carga bacteriana con la ayuda de compuestos químicos, físicos y biológicos) y 16 hectáreas forestadas (terciario). El segundo caso se sitúa en Río Cuarto, con una población de 160.000 habitantes, donde la superficie de filtro verde requerida para captar los 30.000 metros cúbicos de efluentes diarios se estima en 360 hectáreas. En tanto, el tercer caso corresponde a las residencias estudiantiles de la UNRC, donde poseen una planta piloto para tratar 100 metros cúbicos de agua por día, que se usan para regar 10 hectáreas con un doble cultivo: soja y colza.

10 hectáreas de soja y colza regadas con aguas tratadas por la UNRC.

De esta manera, los investigadores analizaron y compararon los costos de inversión (tierra, siembra de pasturas y equipamiento, entre otros aspectos) y los costos de operación (personal, electricidad) de una planta de tratamiento terciario y de los filtros verdes. En el primer caso, las tecnologías verdes tenían un costo 16 veces menor que las convencionales; y en el segundo, cuatro veces menor. Sin embargo, en el tercer caso, las TV requerían una inversión algo mayor (0,5 superior).

Según el estudio, la diferencia de costos tiene que ver con el valor de la tierra. Los filtros verdes representan mayores ventajas económicas en zonas cuyas tierras son utilizadas en forma extensiva para agricultura, ganadería o forestación, que en zonas de uso intensivo (y por ende, de mayor valor), como aglomerados urbanos, donde las TC ocuparían menos espacio. De todos modos, si se tienen en cuenta los beneficios comerciales obtenidos por la venta de productos agrícolas, los costos se compensan y las TV resultan más convenientes también para el tercer caso.

Laguna facultativa en la localidad de Adelia María, Prov. de Córdoba.

“Es importante incorporar la dimensión ambiental en la toma de decisiones y ver cómo la reutilización de los desechos puede generar un ambiente más saludable y, a la vez, más empleo y diversificación económica. Tal vez en las grandes ciudades no se puede visualizar la diferencia, pero en un pueblo la generación de unos 20 puestos de trabajo significa mucho”, destaca el ingeniero.

Actualmente, los investigadores están abocados a modelar un sistema de filtros verdes para el reaprovechamiento de los efluentes de tambos y criaderos de cerdos. También, continúan estudiando las experiencias pioneras cordobesas. “Queremos darle a la comunidad criterios para la toma de decisión, a partir del análisis de las ventajas y desventajas de utilizar este tipo de tecnología”, finaliza Gil.