La Navidad de Lino

Tras cinco días de toma y al borde de una Nochebuena en el CONICET, el acta de compromiso firmada entre las autoridades y las agrupaciones de investigadores dejó una solución a corto plazo, con diferencias internas y que explicita un cambio regresivo en la política de ciencia y tecnología.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – El acuerdo llegó tras cinco días de toma del edificio de la sede central del CONICET, en el Polo Científico de Palermo, cuando la consigna #NavidadEnConicet parecía ser un destino ineludible desde las redes sociales –donde se desató una campaña de desprestigio inédita y organizada hacia los investigadores del organismo, como reflejó un artículo del sitio El Gato y La Caja–. Finalmente, el pasado 23 de diciembre a las diez de la noche se acordó que a los 508 investigadores en conflicto en el organismo se les daría una beca durante el año que viene: a quienes estaban dentro del sistema se les extendería la beca que ya tenían y a los otros se les daría una beca extraordinaria.

El acta de compromiso también estableció la creación de una mesa de negociación que comenzará a funcionar durante la primera semana de febrero y que estará integrada por representantes de las organizaciones que estaban allí presentes y funcionarios del Gobierno, con el objetivo de encontrar una solución definitiva para los investigadores.

Este año deberían haber ingresado alrededor de 900 investigadores a la carrera de investigador científico según lo establecido por el Plan Argentina Innovadora 2020 –lo que presupone el incumplimiento de un plan que establecía la meta de alcanzar cinco investigadores cada 1.000 personas de la población económicamente activa–, que fue presentado en el año 2013 por el único ministro que se mantuvo en la gestión tras las elecciones de diciembre pasado, el titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCYT), Lino Barañao.

Sin embargo, el presupuesto previsto para el año que viene solo permitió incorporar algo menos de 400 investigadores. “Cuando se desató el conflicto, el lunes de la semana pasada, dijeron que esto era así y punto”, le dijo a TSS el doctor en Antropología Hernán Palermo, investigador del CONICET y miembro de la agrupación Científicos y Universitarios Autoconvocados (CyUA).

Algunas de las soluciones podrían incluir la incorporación de estos investigadores en otros organismos de ciencia y tecnología nacionales –como el INTI, el INTA y la CNEA– y universidades. Pero esto dependerá de las capacidades de estos organismos para incorporar personal –muchos de ellos enfrentan recortes presupuestarios– y de las posibilidades de cada uno de los investigadores para continuar con sus temas de estudio en esas instituciones.

El acuerdo llegó tras cinco días de toma del edificio de la sede central del CONICET, en el Polo Científico de Palermo.

“El problema no es económico, eso nos lo han dicho los funcionarios”, sostuvo Palermo. Y agregó: “Se trata de una definición política e ideológica: tener un CONICET  pequeño, desfinanciado, elitista y con la planta de investigadores envejecida. Es una definición política que se concretará si el movimiento de la comunidad científica, que se está construyendo con mucha fuerza y así lo ha demostrado, no logra organizarse para oponerse”.

Esta hipótesis se refuerza en el detallado análisis realizado por Jorge Aliaga, ex funcionario del MINCYT y miembro del grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), en el que afirma que “si bien la cantidad total de personas que contarán con una beca aumenta en 2017 comparado con 2016, la cantidad de becarios que iniciarán su doctorado y su posdoctorado disminuye”.

La propuesta acercada por los funcionarios del MINCYT tras haberse reunido con el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo el acuerdo de los investigadores que se encontraban reunidos en asamblea en la toma del MINCYT, pero generó reacciones adversas en las asambleas que se llevaban a cabo en otras ciudades del país y en algunas de ellas se rechazó el acta, como ocurrió en Córdoba, San Luis, San Juan, Mendoza, Rosario, Santa Fe y Mar del Plata.

El acta de compromiso estableció la creación de una mesa de negociación que comenzará a funcionar durante la primera semana de febrero y que estará integrada por representantes de las organizaciones que agrupan a investigadores y funcionarios del Gobierno.

Silvia Lomáscolo, doctora en Zoología y representante del Ateneo de Científicos Tucumanos, le dijo a TSS: “Se estaba poniendo el cuerpo en centros del CONICET de distintas provincias y creemos que, con un día más de toma, que significaba pasar la Navidad allí, lo que por supuesto no es fácil para nadie, el Gobierno iba a tener que ofrecer algo más digno. Y agregó: “El principal problema es que lo que otorgó el Ministerio fueron becas y no el ingreso real a carrera de investigador, que es un cargo permanente dentro del CONICET, como les correspondía a los investigadores por haber sido evaluados de manera satisfactoria por todas las instancias estrictas que tiene el organismo, lo que significa que cumplen con todos lo requisitos y tienen el nivel necesario para entrar a la carrera. Pero, de esta manera, los investigadores siguen con un empleo precarizado”.

Para Lomáscolo, la perspectiva para el año próximo no es alentadora: “Recién en febrero se va a abrir la convocatoria 2016, así que, en los hechos, este año no hubo convocatoria de entrada. En 2017 se juntarán dos en una, sumado a los 508 investigadores que no entraron en la carrera durante este año. Todo parece indicar que estos recortes no son una cuestión coyuntural por temas de presupuesto. Lo que creemos muchos es que, en realidad, se trata de un nuevo concepto sobre lo que tiene que ser el CONICET: un organismo más chico y que logre visibilidad internacional en la ciencia de alto impacto, pero no la institución inclusiva y soberana que nosotros pensamos que podía ser a partir de las políticas de los últimos años”.

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