Ciencia que acampa

Trabajadores del sistema científico y tecnológico montaron una carpa frente al Congreso para denunciar el recorte presupuestario, los despidos y el desmantelamiento de programas. El martes pasado, Día del Investigador Científico, los directores de 131 institutos del CONICET presentaron una carta en la que advierten que el ajuste los deja al borde de la parálisis.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS – Trabajadores de la ciencia montaron una carpa el pasado lunes 9 de abril frente al Congreso de la Nación, que permanecerá durante toda la semana en un contexto que es a la vez de celebración y reclamo: por el Día del Investigador Científico (10 de abril) y para exigir mayor presupuesto para el sistema científico-tecnológico y la reincorporación de trabajadores despedidos en diversas instituciones. La acción se suma al paro nacional de docentes universitarios de 48 horas en reclamo por un 25% de aumento salarial.

“Estamos transitando días muy duros en el CONICET. Lamento que el ministro Lino Barañao, que nos acompañó en otras luchas, como cuando Cavallo nos mandó a lavar los platos, hoy se haya dado vuelta”, dijo Silvia Kochen, directora del centro de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENYS), perteneciente al CONICET, el Hospital El Cruce y la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), durante una de las charlas que se realizaron en la carpa.

Del acampe participan numerosas y diversas organizaciones de ciencia, tecnología y educación. Entre ellas, las ramas CONICET, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE); el Frente Federal Ciencia y Universidad; la Red Federal de Afectadxs (RFA); la Asociación Gremial Docente de la UBA; y Jóvenes Científicos Precarizados (JCP). También está presente la problemática en el sector energético, con trabajadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y los mineros despedidos del yacimiento carbonífero de Río Turbio, en Santa Cruz.

El martes, para “celebrar” su día, los investigadores se concentraron en el Polo Científico Tecnológico de Palermo. Allí, los directores de 131 institutos del CONICET presentaron una carta dirigida al ministro Lino Barañao y al presidente del CONICET, Alejandro Ceccatto. “La crisis presupuestaria ha puesto al CONICET al borde de la parálisis: las Unidades Ejecutoras que han recibido alguna cuota presupuestaria en 2018 han visto reducidos sus montos nominales en un 20% con respecto a 2017”, plantea el documento presentado, entre otros reclamos. A su vez, los integrantes de ATE, JCP, RFA y de Científicos y Universitarios Autoconvocados (CyUA) dirigieron otra carta al ministro en la que reclamaron por el ingreso de los más de 400 postulantes recomendados para entrar a Carrera de Investigador del Conicet (CIC) en 2017 y un aumento en la cantidad de ingresantes para la CIC 2018.

Trabajadores de la ciencia montaron una carpa el pasado lunes 9 de abril frente al Congreso de la Nación, que permanecerá durante toda la semana.

La creatividad que caracteriza a los científicos fue parte de los reclamos. Integrantes de CyUA y del Frente Federal Ciencia y Universidad grabaron un nuevo hit musical. De las creadoras del hit “Despaciencia” llegó “Ciencia, chau”, reversionando el canto popular de resistencia contra el fascismo “Bella, ciao”, que se hizo furor gracias a la serie “La casa de papel”. Con un gran despliegue de voces y energía, las investigadoras cantan: “Trabajadores marchando unidos / Cambiemos chau, cambio chau, chau / defenderemos nuestros derechos / ciencia y universidad”.

Los desplazados del modelo

En la tarde del lunes, investigadores del INTI y del INTA hablaron sobre la precarización y desmantelamiento de áreas relacionadas a la agricultura familiar. Gerardo Tribini, trabajador despedido del INTI Cruz del Eje, en Córdoba, contó que formaba parte del área de Extensión, que brinda asistencia a los pequeños productores a partir de la incorporación de tecnología. Hace unos años, el INTI desarrolló una rueca electrónica destinada a comunidades rurales para facilitar el trabajo del hilado y aprovechar la lana que se desechaba. Se fabricaron y distribuyeron mil ruecas en todo el país.

“Con mi compañero Leandro, también despedido, asistíamos en ese programa. Después, la política del INTI respecto a la demanda social empezó a cambiar. En los últimos años ya no teníamos coordinación ni presupuesto y ahora directamente nos echaron”, indicó. Cecilia Belistri trabajaba en el programaTecnología Industrial para la Agricultura Familiar y también fue despedida. “El programa fue desmantelado: éramos siete y echaron a seis. Formaba parte de un conjunto de programas destinados a pequeños emprendimientos, como cooperativas y empresas recuperadas, y hoy es uno de los sectores más perjudicados”, afirmó.

Trabajadores de la mina de Río Turbio llegaron al acampe para unir su reclamo y a plantear su situación a los legisladores.

La ingeniera Claudia Noseda, subsecretaria de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria, dijo que en el INTA la situación es similar. “Hay procesos que se mantuvieron porque los técnicos pusieron los equipos. Por ejemplo, las ferias francas, que son espacio de venta directa de productor a consumidor; o los programas de agroecología”. Sebastián Fajardo, del Programa Prohuerta del INTA, agregó: “La expansión del trabajo del Estado en agricultura familiar fue de la mano de la precarización laboral. Yo soy monotributista desde hace diez años y esa es la misma situación de muchos compañeros”.

En el sur del país, la cuenca carbonífera de Río Turbio, Santa Cruz, no se salvó del ajuste. En enero, despidieron a 500 trabajadores de la mina, principal fuente de trabajo de tres pueblos que suman 33.000 habitantes: 28 de Noviembre, Julia Dufour y Río Turbio. Gastón Moyano, minero despedido, le dijo a TSS: “El conflicto surgió cuando el Gobierno de Cambiemos paralizó las actividades del yacimiento. Se justifican diciendo que estamos en déficit pero las inversiones ya están hechas. Simplemente no lo quieren hacer”.

Por eso, los mineros vinieron al acampe a unir su reclamo junto a otros trabajadores despedidos y a plantear su situación a los legisladores. “Vinimos a hablar con el arco político nacional porque allá ya hablamos con todos. Por ahora, nos reunimos con la Comisión Bicameral de Energía e Hidrocarburos y nos pidieron un plazo de 30 días. El tema es que estamos de paro desde hace 70 días y ya nos están diciendo que quizás no les paguen el sueldo a los que se adhirieron al paro en solidaridad con nosotros”, contó. El reclamo es simple y claro: “Pedimos la reincorporación de los despedidos y la reactivación del yacimiento porque queremos trabajar”.

Aborto y género

El día del investigador coincidió con el inicio del esperado debate sobre la legalización del aborto en el Congreso y el acampe se hizo eco de este reclamo histórico con charlas de investigadoras, expertas en el tema y activistas. Una de ellas fue Kochen, que es fundadora, junto con Diana Maffía y Ana Franchi, de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCYT). “Creo que con el debate que comenzó hoy en el Congreso se rompe una barrera importante que había. Me acuerdo que hace varios años, llegó al Hospital Ramos Mejía una mujer que se escapó de una red de trata. Quería hacerse un aborto pero el cura del hospital la denunció. En el hospital fuimos pocas las que nos acercamos para ayudarla pero tuvimos el apoyo de las compañeras de movimientos de mujeres y el caso se pudo resolver bien”, relató.

El acampe se hizo eco del inicio del debate sobre la legalización del aborto en el Congreso con charlas de investigadoras, especialistas y activistas.

La socióloga María Alicia Gutiérrez, investigadora de la UBA e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, resaltó los logros que tuvo la iniciativa a lo largo de los años y que redundó en la conformación de numerosas redes que hicieron suyo el reclamo, como Socorristas en Red y la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir. También, celebró la incorporación del debate en espacios académicos, como la creación de la materia optativa “El aborto como problemática de salud” en la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Giselle Santana, secretaria gremial de la Junta Interna ATE-INTI, agregó: “Creo que la primera gran victoria de la campaña es su propia existencia. Ahora hay que ir por lo que falta: el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos”. La investigadora Carolina Spataro, subsecretaria de Políticas de Género de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, contó que, a partir de 2004, gracias al aumento de inversión en ciencia, los proyectos sobre cuestiones de género se multiplicaron, aunque también se lamentó de que con el ajuste presupuestario en el sector científico en general y en las ciencias sociales en particular esa tendencia va camino a revertirse.

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