El último que pague la luz

TSS habló con responsables de institutos del CONICET sobre la situación crítica que muchos de ellos atraviesan a raíz del ajuste en ciencia y tecnología. Dificultad para pagar los servicios, falta de recursos humanos, financiamiento para equipos que debe volver a concursarse y un presupuesto al que la inflación le pasó por encima.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS – A pocos días del mes de abril hay institutos del CONICET que no han recibido la primera cuota del año para gastos de funcionamiento. Otros sí lo recibieron pero se llevaron una amarga sorpresa: el monto es igual o inferior a la primera cuota del año pasado, por lo que no contempla una inflación estimada en el 25% durante 2017. A la demora en la ejecución de fondos se suman otras irregularidades, como la curiosa instrucción de tener que solicitar de nuevo equipamiento ganado en concursos previos y la ausencia de convocatorias de técnicos para la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del principal organismo de ciencia y tecnología de la Argentina.

“Desde la sede central del CONICET nos están pidiendo que ajustemos los presupuestos para gastos cotidianos, pero ya no podemos ajustar más”, le dijo a TSS Félix Requejo, director del Instituto de Investigaciones Físico-Químicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), perteneciente al CONICET y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). A mediados de marzo, Requejo envió un correo electrónico al personal de su instituto para informar acerca de la crítica situación económica. “Con los fondos disponibles en estos momentos, existentes gracias a la extrema austeridad y controles mantenidos sobre los gastos de funcionamiento, solo se alcanza a cubrir aproximadamente un quinto de los gastos fijos mensuales para el mes de abril”, advertía en la comunicación.

“Solo disponíamos de 50.000 pesos. Tuvimos que pedir un préstamo urgente al CCT (Centro Científico Tecnológico) La Plata porque no podíamos pagar la luz”, explicó el investigador. Algunos días después, el 20 de marzo, El INIFTA recibió la primera cuota (de cinco) por el mismo monto que su equivalente del año pasado. En el instituto platense, el presupuesto para gastos de funcionamiento se usa casi por entero para pagar servicios, higiene y seguridad, que implican un gasto fijo de unos 250.000 pesos por mes. “Ahora tenemos que cambiar la puerta de un montacargas, que cuesta 50.000 pesos: si pagamos eso, no alcanza para seguridad o limpieza”, afirma.

«Tuvimos que pedir un préstamo urgente al CCT (Centro Científico Tecnológico) La Plata porque no podíamos pagar la luz”, dijo Requejo.

Algunos días atrás, se reunieron los directores de los 27 institutos nucleados en el CCT La Plata y la mayoría manifestó tener problemas similares. Silvia Kochen, directora del centro de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENYS), perteneciente al CONICET, el Hospital El Cruce y la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), todavía no recibió la primera cuota de este año. “Somos un instituto nuevo y todavía no nos asignaron personal administrativo ni a la Carrera de Personal de Apoyo (CPA), y nos dicen que tienen que esperar la autorización del Ministerio de Modernización. Tampoco nos están pagando subsidios ganados. Para no frenar las investigaciones estamos poniendo plata de nuestros bolsillos”, indica.

Al director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE) –de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el CONICET– Alberto Kornblihtt, tampoco le cierran las cuentas. El año pasado recibió el presupuesto para el funcionamiento del instituto dividido en cuatro cuotas de igual valor. En base a ese parámetro, dice que la cuota que le llegó es 20% inferior a la primera del año pasado y que no se les informó si ese monto obedece a que, en vez de cuatro, van a ser cinco cuotas. De todos modos, si fuera así, el presupuesto sería igual al del año pasado (como sucede en el caso del INIFTA) y no contemplaría el 15% de aumento solicitado por el IFIBYNE para compensar parte de lo perdido por la inflación. “Uno está preparado psicológicamente para que no haya aumento o que el aumento sea insuficiente, pero una cuota 20% menor es una cachetada”, le dijo a TSS.

Ana Franchi, directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO), de la UBA y el CONICET, tampoco recibió la primera cuota y dijo no tener buenas expectativas: “La mayoría de nuestros insumos son importados, al igual que los repuestos, así que la devaluación nos ha pegado mucho. Hemos pedido 40% de aumento porque el año pasado el presupuesto no había compensado la inflación. Sin embargo, los rumores indican que va a haber recorte y no hay comunicación oficial al respecto”. Tanto Franchi como Kornblihtt remarcaron que, como sus institutos están dentro de edificios de la UBA, tienen la suerte de que el pago de los servicios corra por cuenta de la universidad.

«La mayoría de nuestros insumos son importados, al igual que los repuestos, así que la devaluación nos ha pegado mucho», explicó Franchi.

En la provincia de Santa Fe, la directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), Raquel Chan, tiene las mismas dudas que sus colegas. “El viernes pasado me llegó un mail anunciando el depósito de la primera cuota. No indican a qué porcentaje del total anual corresponde pero la suma es exactamente un 20% del aprobado para 2017”, detalló. Otra cuestión que la preocupa es que no se están ejecutando los subsidios de los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), a cargo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), ni los Proyectos de Investigación de Unidades Ejecutoras del CONICET. Chan fue contundente: “Estoy rascando todas las ollas para sostener la actividad del instituto”.

Pedalear en el aire

Son varios los directores que están preocupados por la demora en la ejecución de fondos de los Proyectos de Unidades Ejecutoras. Aquí también hubo sorpresas: se les informó que el equipamiento ganado en ese concurso debe ser solicitado nuevamente a través de la convocatoria Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica para Equipamiento (PICTE), de la ANPCYT. “Es una locura lo que piden porque los equipos ya estaban presupuestados”, dijo Rolando González-José, director del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH, CONICET). “Además, es una convocatoria que está subejecutada. Nosotros teníamos que recibir 950.000 pesos para el primer año (2017) y recibimos 656.000 pesos. Tuvimos suerte porque sé que algunos recibieron menos”.

Los institutos dirigidos por Kornblihtt y Requejo también obtuvieron un Proyecto de Unidades Ejecutoras y todavía no les giraron la primera cuota, mientras que Franchi solo recibió un tercio del total. “Todo esto me hace acordar mucho a la disminución del 13% en los salarios de los estatales que ocurrió durante el Gobierno de De La Rúa. Las autoridades tratan de ocultarlo. Si se pusieran al frente del reclamo junto con los investigadores sería más fácil”, sostuvo Kornblihtt. Para Requejo, “es muy difícil conseguir alguna explicación oficial. Cuando Alejandro Ceccatto (titular del CONICET) estaba en el MINCYT, charlábamos con frecuencia. Ahora se ha convertido en una figurita difícil, seguramente porque tendrá que dar muchas explicaciones a la comunidad científica y no sabrá cómo hacerlo”.

El IPCSH tampoco recibió la primera cuota de 2018. Según González-José, de los ocho centros que están nucleados en el CCT Centro Nacional Patagónico (CENPAT), solo a uno le depositaron la cuota y el patrón se repite: es un 20% menor a la de 2017. Además, remarca que, para ganar un Proyecto de Unidades Ejecutoras, un aspecto que se evaluaba era el grado de cooperación con organismos externos del CONICET. Entonces, el IPCSH inició proyectos junto con el Hospital Ísola de Puerto Madryn y la Dirección General de Estadísticas y Censos de Chubut, entre otros. Ahora, no pueden dar las capacitaciones que habían acordado. “Esta línea de financiamiento era una insignia de la gestión Ceccatto y la habían anunciado con bombos y platillos, pero ahora quedamos pedaleando en el aire”, dijo.

«El CONICET está usando el cupo de cargos que recibe por año para compensar el bajo número de ingresos a la CIC», dijo Rolando González-José.

Fuga de prestigio

A los reclamos de la comunidad científica por la reducción de ingresos a Carrera de Investigador del CONICET (CIC) desde diciembre de 2016, se suman los reclamos por la falta de designación de técnicos que deberían entrar a la CPA y de personal administrativo. Requejo dijo que en el INIFTA se jubilaron el contador y el vinculador tecnológico pero no se renovaron los cargos. Franchi espera desde hace un año la designación de personal de apoyo, pero “todavía no se le ha dado el cargo porque todo queda frenado en Modernización”.

Según González-José, hasta 2015 había dos convocatorias anuales de CPA pero esas ventanillas se discontinuaron. Además, debían ingresar un archivista y un especialista en sistemas de información geográfica, pero nunca les dieron el alta. “Esto es porque el CONICET está usando el cupo de cargos que recibe por año para compensar el bajo número de ingresos a la CIC. Si hay solo 600 cargos, lo usan para investigadores y nos dejan sin personal de apoyo”, sostuvo. Para agravar la situación, en estos días se filtró en redes sociales la convocatoria de este año para CIC, que solo abririría 450 cargos, de los cuales apenas 150 corresponderían a “temas abiertos”. Si se hubieran seguido los lineamientos del Plan Argentina Innovadora 2020, este año deberían entrar más de 1.000.

“Cuando se redujo abruptamente el número de ingresos, en 2016, muchos colegas veían con simpatía esa medida porque decían que ese dinero se iba a usar para dar mejores subsidios a los investigadores que ya estaban. La realidad es que no ocurrió ni lo uno ni lo otro”, dijo Kornblihtt. Además, en circunstancias de ajuste, el viejo fantasma de la fuga de cerebros se vuelve cada vez más tangible. “Se van a afuera o, como nos pasó a nosotros, frente a un salario que no les alcanza para vivir buscan cualquier otro tipo de trabajo en el país”, dijo Kochen.

«Frente a un salario que no les alcanza para vivir buscan cualquier otro tipo de trabajo en el país”, dijo Kochen.

¿La vinculación internacional del CONICET también peligra por el recorte? En septiembre del año pasado, la Asociación Argentina de Cristalografía (AACr) recibió una nota que informaba que, a través de la Resolución 1745, el directorio de CONICET había decidido discontinuar el pago de la membresía a las uniones científicas internacionales. El CONICET había sido miembro de la Unión Internacional de Cristalografía desde 1960, gracias a la gestión del médico argentino Bernardo Houssay, primer latinoamericano en ganar un Premio Nobel en ciencias.

El último paga la luz

Todos los directores y directoras entrevistados manifiestan que están gestionando un pedido de audiencia con las autoridades del CONICET para exigir explicaciones y un aumento de recursos. Kochen y Requejo, cuyos institutos pertenecen al CCT La Plata, se reunieron con el resto de los 27 directores para hacer un reclamo coordinado. “Estamos muy preocupados”, dijo Requejo. Lo mismo está sucediendo en el sur del país. Una representación del consejo directivo del CENPAT viajará a la sede de Buenos Aires para plantear los problemas de ajuste presupuestario y de recursos humanos. TSS se comunicó con el área de prensa del CONICET para conocer la posición del organismo frente a estos reclamos pero al cierre de esta nota no se había obtenido respuesta.

“Creo que el Gobierno está tratando de reducir las partidas del Estado por todos los medios y que eso se revierta va a depender mucho de la reacción de los afectados”, sostuvo Kornblihtt. Franchi remarcó la importancia de concientizar a toda la comunidad científica sobre lo crítico de la situación para fomentar la participación en las movilizaciones, como la que se realizará el miércoles 4 de abril a las 11 en el Polo Científico Tecnológico. “Necesitamos un aumento del presupuesto urgente. Pero no para 2019, lo necesitamos ya”, enfatizó. Requejo se preguntó: “¿Tendremos que apagar los equipos para poder pagar la luz? Es absurdo, no podemos trabajar así”.

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