Investigadores del CONICET compararon la toxicidad crónica que producen el glifosato y el glufosinato de amonio en anfibios, tanto cuando aparecen juntos como por separado. Detectaron que ambos herbicidas se mezclan con facilidad en el ambiente y generan un nuevo contaminante que permanece estable por más tiempo y puede alterar los ecosistemas.
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Los efectos del glifosato en el agua
Una investigación del CONICET y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA es la primera en evaluar la recuperación de comunidades acuáticas de microbiota tras haber sido expuestas a diversas cantidades de glifosato. En cantidades altas de aplicación del herbicida, aunque sus rastros hayan desaparecido, encontraron que no se logró volver al estado anterior.
Microplásticos y herbicidas: Juntos es peor
Una investigación del CONICET y de la Universidad Nacional del Litoral es la primera en demostrar que los microplásticos, como los que se desprenden desde silobolsas y otros insumos agrícolas, potencian los efectos nocivos de herbicidas como el glifosato y el glufosinato de amonio, y generan un compuesto contaminante que facilita su dispersión en el ambiente y hasta podría ser imposible de volver a separar.
Agroquímicos en la escuela
Investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata detectaron contaminación por plaguicidas y nitratos en el agua de escuelas de barrios periurbanos y rurales del partido de General Pueyrredón. Previamente, habían analizado muestras en barrios períféricos, de las cuales más del 70% no eran aptas para consumo.
Tecnologías que envenenan
El herbicida dicamba, uno de los más utilizados en el país, es mucho más tóxico que otros como el glifosato y el 2,4D. En anfibios puede generar cambios hormonales, lesiones celulares y de los tejidos hepáticos. Así lo demuestra una investigación reciente realizada por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y el CONICET.
Seveso: “Siempre me resultó paradójico que se usen cosas que envenenan”
“Resistiendo al modelo agrobiotecnológico” es el título del primer libro de María del Carmen Seveso, médica especializada en cuidados intensivos, farmacología clínica, bioética y derechos humanos. En diálogo con TSS, la autora reflexionó sobre el impacto de las fumigaciones con agrotóxicos en la salud y en el ambiente.
Cuando el agua enferma
Investigadores de distintas disciplinas compartieron experiencias sobre diversas problemáticas en torno al agua en el norte argentino. Al arsénico y las bacterias se suma la presencia de agrotóxicos. Uno de los estudios detectó entre cinco y doce plaguicidas que exceden los límites establecidos por la norma en la totalidad de muestras de agua recolectadas en distintas localidades de Chaco y Santiago del Estero.
Glifosato y arsénico, un dúo peligroso
En la Universidad Nacional del Litoral detectaron que la mezcla de glifosato con arsénico en el agua genera daños en el ADN, así como mutaciones en el metabolismo y afecciones en el sistema hormonal de los anfibios. Se trata del primer estudio local que analiza los posibles impactos en el desarrollo de la combinación de ambas sustancias.
Unidos para evaluar el agua
Un grupo multidisciplinario de investigadores y estudiantes desarrolla dispositivos capaces de detectar la presencia de contaminantes en agua. El trabajo de investigación y su aplicación en el territorio se realiza en conjunto con las comunidades. El objetivo es que puedan ser construidos y utilizados sin necesidad de conocimientos técnicos.
¡Chau glifosato! ¿Y ahora qué?
El debate sobre el uso del glifosato se instaló en diversas ciudades en las que la agricultura es la actividad central y en algunas se han promulgado ordenanzas que prohíben su uso. ¿Son suficientes estas regulaciones para evitar el uso masivo de agroquímicos, preservar el ambiente y producir alimentos sanos?