Las casi 200 empresas biotecnológicas que hay en la Argentina destinan más de 300 millones de pesos anuales a investigación y emplean a 1.500 profesionales para estas tareas, según un estudio presentado en la UTN en Buenos Aires.
Agencia TSS – La biotecnología “es más horizontal y se ve menos que los dispositivos electrónicos, pero tiene un peso indudable en un país como la Argentina, que tiene una economía de base biológica”, afirmó el economista Roberto Bisang, investigador y docente de distintas universidades como la de Buenos Aires y la de Tres de Febrero, durante las Segundas Jornadas de Investigación de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que se desarrollaron el 4 y 5 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires.
Según el estudio que presentó Bisang, la formación de empresas biotecnológicas se ha multiplicado localmente durante los últimos 15 años y las áreas de producción de estos emprendimientos se reparten entre semillas e inoculantes, salud humana e insumos industriales, entre otras.
“La biotecnología está fuertemente vinculada a las TICs y a la bioeconomía; es decir, apostamos a que el vector de desarrollo técnico sea el cracking de la semilla, en distintas cosas que van desde la nueva biomedicina hasta los biocombustibles de segunda generación”, comentó el especialista durante la charla y destacó que “en este sentido, la Argentina está bien posicionada”.
El estudio se desarrolló para el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt) –con información actualizada al año 2012– y allí se señala que hoy existen 178 empresas dedicadas a la biotecnología en la Argentina, cuya facturación supera los 9.100 millones de pesos, sus exportaciones se elevan a más de 319.000 millones de pesos y emplean a más de 1.500 personas. “Tenemos un parque de empresas que nos habilita a ser optimistas”, destacó Bisang, aunque aclaró que la Argentina se encuentra en la posición número 18 a nivel mundial en cuanto a cantidad de empresas biotecnológicas.
Asimismo, agregó que si se compara la facturación del sector biotecnológico con el de otros segmentos de la industria local, se encuentra que representa más que la del sector de maquinaria agrícola, está en una posición similar a las facturaciones de los sectores de confecciones, textiles y calzados, y es un tercio de la de molienda de soja y derivados. “Es un sector que está horizontal en distintas producciones verticales, que pone base en el origen de transformación y que es relevante”.
Con respecto a la investigación científica y tecnológica, una pieza fundamental para el crecimiento de estas empresas, Bisang puntualizó que los privados destinan en promedio alrededor del 4 por ciento de sus ventas a inversiones en I+D, que en total superan los 330 millones de pesos anuales. Además, según el especialista, la mitad de estas empresas fueron fundadas a partir del año 2000 y que, si bien algunas han sido absorbidas por otras, ninguna ha quebrado: “Esto quiere decir que es un sector que tiene dinamismo”, sostuvo.
10 sep 2014
Temas: agroindustria, Bioeconomía, Biomedicina, Biotecnología, Insumos, Salud