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Agencia TSS – A casi un año del inicio de la pandemia por COVID-19, que puso en evidencia el rol esencial del sector de ciencia y tecnología en el desarrollo y la soberanía de un país, y en coincidencia con la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la Cámara de Diputados le otorgó media sanción al proyecto de Ley de Financiamiento para el Sistema de Ciencia y Tecnología, que busca cuadruplicar la inversión pública en el sector de manera progresiva hasta alcanzar, cómo mínimo, el 1% del PBI nacional en el año 2032. Además, esta iniciativa hace énfasis en la federalización de recursos y propone un enfoque con perspectiva de género. Fue aprobada casi por unanimidad, con 189 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones.

Ahora, el Senado debe definir si efectivamente se convierte en ley este proyecto, que unifica dos propuestas presentadas por la diputada Claudia Bernazza (Frente de Todos) y el diputado José Luis Riccardo (UCR/Juntos por el Cambio), que fue producto de un largo proceso de debate y negociaciones, tal como se expuso reiteradamente durante la sesión especial en la que se trató esta iniciativa, y que además contempla otras propuestas que habían sido presentadas en años anteriores por diversos legisladores, como la del entonces senador nacional y actual gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que obtuvo media sanción en 2017 pero perdió estado parlamentario.

“Esta ley forma parte de un sistema de instrumentos y herramientas de una política científica y es parte sustancial, porque no es solo cuestión de elaborar buenos proyectos sino también de contar con voluntad política para que ese presupuesto se cumpla, para que se hagan efectivas las inversiones que pretende esta ley y se mejoren las remuneraciones en ciencia y tecnología”, le dijo a TSS Bernazza, que también se desempeña como vicepresidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de Diputados.

“Esto es el resultado de muchos meses de construcción, de consensos y trabajo elaborado. Es un momento importante, quizás histórico, porque es la primera vez que vamos a hacer una ley en la Argentina que establezca una previsibilidad, y que además se le suma la importancia de que ha sido el trabajo del consenso político y eso le da una calidad especial”, afirmó Riccardo durante la sesión.

Durante el debate, la mayoría de las y los legisladores no solo celebraron el consenso logrado durante el proceso de elaboración del proyecto, sino también que esta iniciativa proponga que la inversión en ciencia tenga perspectiva federal y de género. Por ejemplo, estipula que al menos el 20% del incremento anual del presupuesto sea destinado a los sistemas científicos provinciales, especialmente en las regiones de menor desarrollo, y establece que se buscará propiciar la igualdad real y efectiva de la participación de las mujeres y la población LGTBI+ en todos los niveles y ámbitos del sistema científico-tecnológico.

“El proyecto tiene una profunda vocación por la participación de las mujeres y otras identidades en el sistema científico, no tanto como integrantes sino en la dirección y coordinación de equipos de investigación, y también en los temas y enfoques de los mismos, para que tengan en cuenta los derechos de las mujeres y los problemas propios de género”, aclaró Bernazza. “El femicidio de Úrsula nos desafía a que la ciencia nos aporte herramientas, la ciencia tiene que estar situada en nuestros problemas”, agregó la diputada.

Además, este proyecto –que debía ser tratado el 30 de noviembre de 2020 pero, debido la extensión de la sesión de ese día (en la que se debatió el proyecto de traspaso de funciones de seguridad de Nación a la Ciudad de Buenos Aires), su tratamiento se postergó– también busca declarar de interés nacional el desarrollo del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como promover la diversificación de la matriz productiva, mejorar la transferencia de tecnología a la industria y estimular la generación de divisas mediante la exportación de productos y servicios con valor agregado.

Presupuesto asignado para Ciencia y Tecnología 2005-2019

(devengado en millones de pesos de 2004)

Hacia el 1%

Durante la sesión, Riccardo afirmó que el financiamiento actual coloca a la Argentina “muy por debajo” de los niveles de inversión de los países centrales y destacó la necesidad de “revertir la imprevisibilidad” de un sector que durante la última década ha seguido los vaivenes de la política y la economía nacional. En tal sentido, el proyecto estipula metas y objetivos. Uno de ellos es establecer una curva de financiamiento en términos del PBI que lleve del actual 0,28% al 1% en el año 2032 (con una cláusula que impide que los recursos año tras año sean menores al anterior). “Si consideramos que el PBI actual es de alrededor de 420.000 millones de dólares anuales, estamos hablando de alcanzar un financiamiento anual de más de 4.000 millones de dólares al año 2032”, puntualizó el diputado.

El sector de ciencia y tecnología tuvo su presupuesto más alto entre 2013 y 2015, con un porcentaje del 0,35% del PBI, y si se suma la inversión pública a la privada, alcanzó su monto más elevado en el año 2012, cuando la inversión total en I+D representó el 0,63% del PBI. “La oposición pretendía que esta ley alcanzara el 2 o 3% del PBI en 2032, comparándola con otros países, pero se basaban en estudios que también contemplaban la inversión privada. Nosotros estamos hablando del 1% de la inversión pública, que es el mismo porcentaje que dedica el sector público en Estados Unidos, Israel o Corea del Sur”, le aclaró Bernazza a TSS, y destacó que así se cuadruplicaría el presupuesto del sector en los próximos 10 años. “Con eso estaríamos en condiciones de ir en camino a la soberanía científica, que también supone trabajar sobre los propios problemas y preocupaciones, sobre los desafíos para alcanzar el desarrollo, los temas de pandemia y salud, los femicidios y otros temas sociales y económicos que nos preocupan a los argentinos”.

Con este aumento del presupuesto, serán beneficiados 17 organismos e instituciones de ciencia y tecnología, distribuidos en nueve ministerios, entre los cuales están las áreas de ciencia y técnica de las universidades nacionales, el CONICET, la Administración Nacional de Laboratorios (ANLIS), el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto Antártico Argentino (IAA), el Instituto Nacional del Agua (INA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), entre otros.

Entre los cuestionamientos a este proyecto, los referentes de partidos de izquierda Nicolás Del Caño y Juan Carlos Giordano advirtieron sobre los riesgos que podría tener una mayor injerencia del sector privado en la investigación pública, así como la necesidad de evitar que dicho sector se apropie del conocimiento generado desde el sector público y se quede con la mayor parte de los réditos obtenidos. En contraposición, el diputado Adolfo Iglesias, del Bloque PRO CABA, consideró que el aumento de presupuesto no es suficiente y que “la ciencia y tecnología tienen que estar al servicio de la innovación productiva”.

Otra de los aspectos de relevancia que se mencionó durante el debate fue la importancia de fortalecer los vínculos entre el sector de ciencia y tecnología con el de educación, así como la necesidad de mejorar la calidad de la educación pública. Pero, más allá de estas diferencias, hubo consenso en la idea de que el país necesita contar con un sector de ciencia y tecnología robusto para lograr un mayor crecimiento y soberanía del conocimiento. Por eso, el apoyo fue contundente desde todos los sectores, y se vio reflejado a la hora de contar los votos.

“Celebramos esta votación en el Senado que es un enorme paso, pero todavía falta mucho camino por recorrer. Ahora hay que hacer el mismo trabajo en el debate en comisiones y en el recinto, y en eso vamos a estar trabajando con el ministro –Roberto– Salvarezza, para en difundir y clarificar los contenidos del proyecto para que los senadores puedan analizarlos y llegar a una decisión definitiva”, concluyó Bernazza.