“La nueva agronomía va a cambiar el mundo”

El sociólogo italiano Carlos Petrini, fundador de Slowfood, visitó el país y habló de la pérdida de fertilidad de los suelos, los riesgos del modelo de consumo dominante y la importancia de la nueva economía de subsistencia.

Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – La nueva economía de subsistencia no debería ser igual a la antigua agricultura de subsistencia, sino que, por el contrario, aprovecharía las tecnologías existentes para adaptarse a las características de la vida actual, como permitirle al agricultor mandar a sus hijos a la universidad y poder salir al teatro o irse de vacaciones, sin estar atado a la huerta. Así lo explicó Carlos Petrini, fundador y presidente del movimiento internacional Slowfood –que nació en Francia en 1989 y que en Argentina hoy cuenta con alrededor de 5 mil adherentes–, en una charla que ofreció en la Facultad de Agronomía de la UBA, frente a una audiencia de más de 200 personas.

Durante la conferencia –el viernes 4 de abril–, Petrini se refirió al impacto del modelo industrial y de consumo en la agricultura, una actividad que se realiza desde hace 12 mil años, principalmente a modo de subsistencia, es decir, para proveer alimentos a la familia. Pero durante los últimos 100 años, explicó el especialista, esta práctica se modificó tanto que hoy el 80 por ciento de las semillas del mundo pertenece a cinco propietarios.

El movimiento internacional Slowfood procura cuidar la biodiversidad contra al impacto del modelo industrial y de consumo
en la agricultura.

Además, puntualizó que se está perdiendo la fertilidad de los suelos y la biodiversidad –que ha desaparecido en un 70 por ciento; por ejemplo, de las 6 mil variedades de papas que había en los andes en 1850, hoy solo quedan 800–, y advirtió que la guerra del futuro será por el agua, mientras que los agricultores parecen estar en extinción (entre otras cosas porque los jóvenes no suelen elegir a la agricultura como un medio de vida).

Frente a esta situación, Petrini no solo destacó la importancia de la nueva economía de subsistencia, también enfatizó la necesidad de producir un cambio en el modo de vida, que priorice, entre otras cosas, la lucha contra el desperdicio: en Europa se desecha el 30 por ciento de los alimentos en buen estado, solo por su aspecto, explicó. También sostuvo la necesidad de mejorar la distribución para que los productos lleguen directamente del productor al consumidor, así como promover la expansión de las huertas en todos los espacios posibles, como colegios y barrios, para recuperar el respeto y el valor por la tierra y los alimentos, que son “energía para la vida”.

Antes de finalizar, el especialista recordó –a modo anecdótico– que el Papa Francisco se había comunicado con él a fines de 2013, de manera telefónica primero y luego por carta, para apoyar la tarea de Slowfood y en particular la iniciativa denominada Terra Madre (“una red de productores, distribuidores, cocineros, universitarios y personas que trabajan por una producción alimentaria responsable y justa”, tal como se autodefinen en su sitio web).

Petrini destacó la importancia de la lucha contra el desperdicio: en Europa se desecha el 30 por ciento de los alimentos
en buen estado, solo por su aspecto.

El especialista estuvo de paso por Buenos Aires en el marco de un viaje por la región. También se reunirá con el presidente de Uruguay, José Mujica, para tratar los riesgos de la agricultura intensiva y el monocultivo, que en Uruguay son similares a los de Argentina, y donde el uso de pesticidas alcanza zonas muy cercanas a los colegios, algo que el especialista italiano definió como un acto “violento”. Con esta actividad, según le comentó a TSS, el sociólogo italiano espera motivar a la minoría de jóvenes que trabaja en agroecología para que esta área de estudios logre un lugar protagónico en los próximos años.