La impresión 3D llega a los alimentos

El MINCYT realizó un estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva junto con la empresa Arcor, para relevar el estado del arte en impresoras 3D para la producción de alimentos.

Matías Alonso  
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Agencia TSS – Desde el Programa Nacional de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva (VINTEC) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCYT), se monitorea información estratégica y de calidad para la toma de decisiones en el sector productivo local. En su seno, fue creada Antena Tecnológica, una plataforma sobre innovaciones para la industria que organiza la información en ocho secciones: Envases plásticos, Textil, Autopartes, Nanotecnología, TIC, Maquinaria agrícola, Petróleo y Gas, y Alimentos y bebidas. Antena Tecnológica realiza estudios sobre tendencias en la industria, con el objetivo de estimular y de facilitar la incorporación de capacidades de investigación dentro de empresas e instituciones. Pero también comenzó a realizar trabajos en conjunto con empresas, como el realizado con la firma de alimentos Arcor, que estaba haciendo vigilancia tecnológica en el área de impresión 3D aplicada a alimentos.

El estudio relevó el estado del arte en proyectos de impresión 3D para alimentos en todo el mundo, así como sus aspectos normativos y de mercado, y su posible impacto a nivel local para, de esta forma, poder anticiparse. Se encontró que existe mucho desarrollo de impresoras 3D en campos como el de la salud en segmentos como prótesis y medicamentos, pero en alimentos hay muy pocas patentes y desarrollos. Estos últimos suelen ser de muy pequeña escala y aplicados al diseño y a la impresión de caramelos y chocolates, y para la decoración de tortas. Pero el objetivo de las empresas de alimentos es poder llevar estos desarrollos, iniciados por hobbistas, a una escala industrial. Actualmente, Arcor tiene en su local de la avenida Corrientes, en el centro porteño, una impresora 3D donde realizan “impresiones” de alimentos para festejos infantiles.

Estas máquinas también tienen un gran potencial para la producción personalizada. Por ejemplo, se ha encontrado la posibilidad de diseñar alimentos con nutrientes balanceados de acuerdo con las necesidades específicas de individuos con diabetes o hipertensión.

Arcor venía relevando información sobre este tema, pero recurrió al apoyo del MINCYT para profundizar los resultados del estudio. La recolección de información y el análisis cualitativo se realizaron en el Ministerio, mientras que el análisis cuantitativo se completó en la firma.

“Fue el primer estudio que se hizo con una empresa. Si bien no hacemos estudios a pedido, como veníamos trabajando en el análisis de impresoras 3D y Arcor tenía esta necesidad, nos pareció interesante ponernos a trabajar juntos”, dijo a TSS Martín Villanueva, director nacional de Estudios del MINCYT.

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“Si bien no hacemos estudios a pedido, como veníamos trabajando en el análisis de impresoras 3D y Arcor tenía esta necesidad, nos pareció interesante ponernos a trabajar juntos”, dijo a TSS Martín Villanueva, director nacional de Estudios
del MINCYT. Foto: Prensa MINCYT.

El relevamiento sirvió para conocer el estado de situación mundial sobre estas tecnologías, cuáles son las instituciones líderes, qué se está patentando y las principales líneas de investigación en el área. Si bien a nivel nacional se detectaron inversiones en impresión 3D vinculadas al área de medicamentos, en el área de alimentos se estima un plazo de entre 5 y 10 años para que maduren estas tecnologías, y todavía falta resolver la manera de llevarlas a una escala industrial. Arcor ha identificado posibles socios para poder generar una articulación que permita desarrollar este proceso.

El proceso de producción a través de impresoras 3D es muy eficiente, ya que se da por adición y no por sustracción de material, por lo que no hay desperdicios. Además, cambia el modelo de negocio porque permite pasar del consumo masivo a la personalización masiva, con lo que se podría tener un acercamiento diferente al cliente en base a sus gustos y necesidades nutricionales.

Los principales desafíos normativos son las cuestiones de propiedad intelectual y la certificación de estos equipos en el área de alimentos. Actualmente, no hay ninguna impresora de alimentos certificada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, la autoridad de aplicación de normas de alimentación y medicamentos en ese país. Solo una empresa ha iniciado el trámite, 3D Systems, lo cual marca una novedad mundial en este segmento.

Villanueva explica: “Nosotros podemos hacer vigilancia tecnológica, pero no sabemos sobre lo que vigilamos, porque el MINCYT no puede saber de todo. Por lo tanto, esta posibilidad de poder contar con expertos en la temática, que conocen el mercado y que permiten darle un enfoque útil a los estudios para la toma de decisiones, es muy bueno”. A la empresa Arcor, que tiene institucionalizada un área de I+D, con un integrante del área dedicado a vigilancia tecnológica, el estudio le permitió mejorar sus capacidades de búsqueda de información.

Antena Tecnológica apunta a dar información relevante para generar impacto en las cadenas de producción. Para Villanueva, “en este caso la relación fue fructífera”. Y agrega: “De hecho, estamos planeando hacer nuevos estudios que sean de utilidad para otros actores”.