Tras una inversión de 330.000 dólares, el INTI puso a disponibilidad de empresas y emprendedores locales una impresora 3D. Esta clase equipos facilita el prototipado, permite acelerar los procesos productivos y disminuir los costos de producción.
Agencia TSS – “Hay mucha confusión porque está de moda y todo el mundo sale a decir que funciona, que es barato, que se puede hacer cualquier cosa. Y es verdad que si uno mezcla todas estas tecnologías y se va un poco al futuro, casi que se podrá hacer cualquier cosa. Pero, por ahora, no se puede hacer cualquier cosa con cualquier máquina”, advierte Jorge Ceballos con respecto a la impresión 3D. Ceballos es el responsable de la Unidad de Materialización del Centro de Diseño Industrial del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Desde mediados del año pasado, en ese centro está a disposición de empresas y emprendedores locales una nueva impresora 3D para hacer modelos y prototipos, que la institución logró adquirir tras un largo proceso que comenzó a principios del año 2012 y contó con el financiamiento del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (Mincyt).

de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (Mincyt).
“Esta tecnología no estaba en el país y es muy versátil”, afirma Ceballos y detalla que para sugerir la compra de este equipo de prototipado rápido aditivo (Polyjet Matrix Connex 500) tuvieron en cuenta diferentes factores: “Una de las premisas era no entrar en competencia con quienes ya ofrecían servicios con tecnologías aditivas, pues ya había algunos que ofrecían FDM (siglas en inglés de modelado por deposición fundida). Otra era que fuese una tecnología lo suficientemente versátil como para atender a la mayoría de las empresas locales que en nuestra encuesta mostraron estar interesadas o que podrían necesitarla».
Ceballos explica que, previo a la adquisición, habían hecho un relevamiento de las demandas de la industria local, tomando en cuenta principalmente a los sectores del plástico y metalmecánico. “Detectamos que los productos no salen maduros al mercado. Y no tiene sentido llegar con todo el desarrollo hasta el final y darte cuenta que no sirve, porque conlleva un gasto importante que no tiene ningún sentido”, destaca el especialista y aclara que antes, a nivel mundial, esto se hacía de manera manual, con artesanos modelistas y matriceros especializados, que alargaban los tiempo de los procesos productivos.

de Tecnología Industrial (INTI).
Las tecnologías actuales de impresión 3D pueden facilitar la tarea y disminuir los costos, pero no en todos los casos. Ceballos explica que en el mundo la tendencia es combinar métodos tradicionales con modernos, para obtener resultados más eficientes. “En general, las empresas saben lo que quieren, pero a veces vienen emprendedores o algún estudio de diseño que trae varios trabajos juntos y quiere hacer todo con esta tecnología, pero uno le advierte que a su cliente le conviene hacerlo de otra manera. Por eso, también damos servicios que muchas veces no tienen que ver con impresión 3D, que hasta pueden ser recomendaciones que tienen que ver con la lógica y el sentido común”, afirma este diseñador industrial y subraya que, desde que la impresora está en funcionamiento en el INTI, han tenido “mucho más éxito” del que esperaban, ya que empresarios, emprendedores y diseñadores se acercan a hacerles consultas para mejorar sus procesos productivos.
“Nosotros querríamos que la máquina estuviese todo el día trabajando, pero no por una cuestión de lucro sino porque eso significaría que la industria está haciendo mucho desarrollo bien hecho. Nos interesa que cada uno se lleve lo mejor posible, y eso a veces involucra esta impresora pero otras veces requiere otra tecnología y a veces ninguna”, destaca Ceballos y concluye: “Nuestro objetivo final es que la industria argentina tenga mejores productos, que salgan maduros al mercado en el menor tiempo posible”.
09 mar 2015
Temas: Diseño industrial, Impresión 3D, INTI, Procesos productivos