Solución colaborativa contra el dengue

En junio comienza la época del año más propicia para combatir el dengue, a un muy bajo costo y sin necesidad de fumigar. Según el biólogo Nicolás Schweigmann, hay que empezar cuando hace frío para evitar que el mosquito vuelva con la primavera.

Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – Hasta hace poco, las noticias no dejaban de alertar sobre casos de dengue que aparecían en una u otra localidad del país. Con la llegada del frío, los medios (y la población) han dejado de pensar en los mosquitos transmisores y están atentos a nuevas preocupaciones.

Sin embargo, para algunos especialistas, como el biólogo Nicolás Schweigmann, del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que ha dedicado casi 20 años al estudio de la ecología y epidemiologia de organismos que participan en la transmisión de enfermedades como el Aedes aegypti, es ahora el momento ideal para combatir a estos transmisores, puesto que si se detectan los nidos, las hembras no están y por eso no podrán volver a poner sus huevos.

Esto es así porque el Aedes aegypti tiene distintas etapas de desarrollo: los huevos, las larvas (que pasan cuatro etapas), las pupas y los adultos. Para que una hembra ponga sus huevos necesita proteínas que toma de la sangre humana. Para que estos lleguen a convertirse en mosquitos necesitan agua cálida (pero no caliente, ya que mueren cuando esta supera los 40 grados centígrados). Por eso, abundan en verano y desaparecen con el frío.

Sin embargo, los huevos y larvas pueden sobrevivir al invierno y volver con el calor, lo que hace que en mayo o junio comience el momento ideal para eliminar los criaderos, que solo se encuentran en entornos domiciliarios, posiblemente porque allí no hay otros competidores o depredadores naturales (como murciélagos, alguaciles y ciertos insectos acuáticos, como los escarabajos o las chinches, entre otros).

Los casos de dengue han aumentado en la Argentina durante los últimos años. Según el último boletín integrado de vigilancia epidemiológica que publica el Ministerio de Salud, de mayo de 2016, en las primeras 19 semanas del año (del 3 de enero al 14 de mayo), los casos acumulados en el país superan en un 42,3 por ciento a los registrados en 2009 para el mismo período. En detalle, se notificaron 70.311 casos con sospecha de dengue (incluyendo probables, confirmados, descartados y en estudio), de los cuales 36.717 corresponden a casos confirmados o probables autóctonos, distribuidos en 15 jurisdicciones del país. De ellos, 2.614 corresponden a casos confirmados y probables importados, distribuidos en 23 provincias (cifras que habría que multiplicar por diez, ya que muchos casos son asintomáticos y muchos otros no están registrados porque la gente no acude a los centros de salud).

Según el mismo informe, se registraron brotes con transmisión sostenida en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. Esto también ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, adonde se estima que hubo más de 5.000 casos de dengue, una situación “inaudita”, según considera Schweigmann, entre otras cosas porque se trata de una situación propiciada por cuestiones culturales y de estilo de vida. Por eso, desde hace tiempo está difundiendo un método para prevenir la aparición de esta enfermedad: la manzana saludable.

“El proyecto de manzana saludable trata de lograr que al menos un vecino de cada manzana inicie una actividad de prevención y trabaje como promotor frente al resto de los vecinos, y use el detector de Aedes aegypti de forma responsable”, explica el especialista que también es investigador del CONICET, y destaca que se trata de un concepto “positivo” que propone conversar con los vecinos todos los problemas de la manzana, no solo el dengue. “Pueden ser problemas de ratas, murciélagos, palomas, contaminación, ruidos o seguridad. Se trata de trabajar en forma solidaria entre todos los vecinos de la manzana para pensar en un ambiente mejor”.

Entre los factores de riesgo que pueden dar lugar a que el Aedes aegypti se reproduzca, el más conocido es el de los
cacharros que pueden contener agua estancada, pero no es el único.

El detector de mosquitos es conocido como ovitrampa y puede realizarlo cualquier persona con un frasco pintado que contenga agua y un palito como los de helado. Pero. más allá de eso, es importante detectar factores de riesgo que puedan dar lugar a que el Aedes aegypti se reproduzca. El más conocido es el de los cacharros que puedan contener agua estancada, pero no es el único. Se debe tener precaución con terrenos baldíos en donde puedan establecerse nidos, edificios y vehículos abandonados, así como personas mayores que vivan solas y no puedan eliminar los nidos. Estos mosquitos no vuelan más de 40 metros, por lo que los focos de presencia se correlacionan con zonas donde hay nidos.

“El Estado es responsable en un montón de aspectos, como el de limpieza, y los vecinos tienen que entender cómo es el ciclo de vida del mosquito”, explica Schweigmann y advierte que la fumigación solo es necesaria cuando hay casos de contagio concreto y sirve como un segundo plan para controlar la expansión de la enfermedad. «Funciona como los antibióticos, que están indicados cuando ya hay una infección pero no antes, para prevenirla», dice el especialista.

Por el contrario, la medida principal es evitar que el mosquito se reproduzca y para eso es fundamental mantener la limpieza de patios, jardines y hogares. “Hay que hacer un uso responsable del jardín y eliminar los lugares donde puedan reproducirse”, sostiene Schweigmann.

Lo mismo ocurre en los lugares públicos, como escuelas y hospitales (en los que por cuestiones legales es difícil que se deshagan de muebles y objetos inventariados que se acumulan y se vuelven propicios para la formación de nidos de mosquitos) y cementerios (adonde abundan los floreros con agua estancada). “Hay que buscar una solución estructural y sustentable, aprender cómo son los criaderos, dónde están, cuáles son los factores de riesgo de la manzana, y hay que interactuar con el municipio, en el que hay mediadores y una serie de estructuras que no se están usando correctamente para mejorar la calidad de vida de los vecinos”, destaca Schweigmann e invita a quienes quieran sumarse a esta iniciativa a comunicarse con el grupo por correo electrónico.

Dengue mapa
Se registraron brotes con transmisión sostenida en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Entre Ríos,
Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. En la ciudad de Buenos Aires se estima que
hubo más de 5.000 casos de dengue. Mapa: Ministerio de Salud de la Nación.

Sin embargo, hasta el momento los gobiernos parecen haber utilizado la fumigación y promovido el uso de repelentes como forma principal de control. Hasta hay casos anecdóticos que tuvieron difusión en algunos medios locales, como el del diputado provincial Luis Rubeo (h) y la concejal Marcela Aeberhard que, en la ciudad de Santa Fe, distribuyeron de manera gratuita repelentes elaborados a base de citronella, que llevaban sus fotos en el envase, para que los ciudadanos pudieran protegerse del Aedes aegypti.

“El Estado tiene que dar el ejemplo, hay municipios adonde fumigaron con humo, porque la gente lo pide y entonces mienten”, lamenta Schweigmann. Y agrega: “Esto no es ciencia profunda, son conocimientos básicos que no tenemos porque no se enseñan. Para comprender por qué no lo han hecho debemos trasladarnos a la Segunda Guerra Mundial, cuando se inventó el DDT: después de que salió al mercado, ya no era necesario saber nada porque se rociaba y listo».

De todos modos, el especialista recuerda que las causas son múltiples y que el dengue es solo un ejemplo de muchas otras cuestiones sociales para las que la ciencia y la universidad pueden ayudar a resolver. Por eso, junto con su grupo de estudio están dialogando con diputados nacionales y autoridades del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, en donde se mostraron “muy interesados” por promover la propuesta de manzanas saludables.


26 may 2016

Temas: Dengue, Epidemiología, Mosquitos, Salud, UBA