Máscaras solidarias

Una empresa fabricante de envases plásticos para alimentos de San Martín decidió donar parte de su producción para fabricar máscaras de protección, que se distribuirán en hospitales a través de los ministerios de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires. Con la ayuda de otras firmas que se sumaron entregarán 300.000 unidades.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – La pandemia por COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, ha generado una escasez mundial de elementos de protección personal para el personal del sector de salud, uno de los más expuestos al contagio. Los barbijos son uno de los elementos indispensables para quienes trabajan en ese sector y la ANMAT recientemente estableció para su registro y habilitación.

Fuera de ese ámbito y pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda el uso indiscriminado de barbijos para toda la población, cada vez son más los gobiernos provinciales y municipales que lo exigen durante la pandemia, en especial en lugares cerrados como comercios y el transporte público. El Ministerio de Salud de la Nación publicó recomendaciones para la realización y uso de barbijos caseros y en Internet circulan diversos diseños para cubrir nariz y boca.

Además del uso de barbijos, las máscaras plásticas para proteger ojos, nariz y boca son otro insumo para el personal de salud frente a la exposición al contacto con personas que puedan contagiar el virus. Su escasez ha generado la aparición de proyectos para su producción en diversos ámbitos, como el que surgió en la Universidad Nacional de La Plata.

El pasado 20 de marzo, la empresa Cotnyl,  de San Martín, en la provincia de Buenos Aires, publicó un tuit en el que advertía: “Ponemos a disposición de las autoridades las bobinas plásticas para producir 100.000 de estas máscaras”, junto con fotos de una máscara de protección para personal médico. El mensaje se viralizó y a los tres días estaban en contacto con autoridades de Salud nacionales y provinciales.

Cotnyl hace bandejas plásticas para alimentos y en su proceso productivo hay un producto intermedio: las bobinas de polietileno (PET), el material que se usa para hacer las botellas de gaseosa pero que también es un insumo para máscaras de protección de personal médico.

En diálogo con TSS, Daniel Nosovitzky, uno de los tres hermanos a cargo de la empresa, dijo: “Primero pensamos que podíamos donar el plástico, pero hablamos entre nosotros y nos dijimos que el Estado no iba a poder encargarse de fabricar las matrices y de articular con los troqueladores, por lo que fabricar las máscaras iba a ser muy complicado. Entonces, nos pusimos en contacto con Ricardo Wagner, que está acá cerca y tiene una troqueladora de última generación, con la idea de que nosotros pudiéramos proveerle las láminas y que él las troquelase. Así podríamos donar el producto terminado”.

Cotnyl la finalizó la entrega de varias tandas de máscaras para donar a instituciones de salud a través de los ministerios de Salud de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación.

Las máscaras tienen tres partes: una pantalla frontal que cubre gran parte del rostro, el cuello y el pelo, una vincha que se adosa a la pantalla para que sea cómodo tenerla puesta y la mantiene separada de la cara, y unas bandas elásticas que permiten ajustarla a la cabeza.

Aunque la ANMAT ha liberado ciertas restricciones sobre este tipo de insumos, la máscara debió superar algunas pruebas para poder ser usada por el personal médico. Otro de los hermanos Nosovitsky, Ary, explicó: “Estuvimos con gente del Hospital Garrahan, que se llevaron material y máscaras para probar qué tan fácil resulta la sanitización. Creíamos que era suficiente con pasarle un trapo con alcohol, pero ahí nos enteramos que es un proceso de mayor complejidad y nos contaron que se aprobó la sanitización con el producto que usan en los hospitales. Probaron también con alcohol, agua y jabón, y también anduvo bien”.

Sobre cómo se instrumenta la distribución de las donaciones, Daniel Nosovitsky explicó: “Al principio pensábamos que el camino más corto era ir a los hospitales porque eso implicaba dárselo a la gente que la necesitaba en ese momento, los que están en la trinchera. Teníamos cierta resistencia a que hubiese otros intermediarios de la política. Pero en una charla con gente del Ministerio de Producción de la Nación nos explicaron que lo que nosotros conocemos del sistema de salud puede llegar a ser el 10% de todo lo que hay, con lo cual corríamos el riesgo de darle a algunos y que otros que también necesitan nunca lo recibieran. Nos explicaron que ellos podían distribuir mejor que lo que podíamos hacerlo nosotros con una donación directa. Finalmente, decidimos distribuir las máscaras con los ministerios de Salud de la Nación y de la provincia de Buenos Aires”.

Además del acuerdo con Wagner, también recibieron asesoramiento y ayuda de otros empresarios: Amcor, Ferraina, Rapet, Soundplast, Soafra, Henry Maslutan, Dafna Nudelman, Bandex, Paolini, La Pilarica, García y Reciclar, con lo que la producción llegará a las 300.000 máscaras, el triple de lo que tenían previsto originalmente.

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