¿Hay futuro para la central de Embalse?

El gobernador de Córdoba expresó en una entrevista radial que el emplazamiento de la central nuclear de Embalse “fue un error” porque genera perjuicios al turismo. Así abrió el debate en momentos en que se llevará a cabo la extensión de su vida útil.

Matías Alonso  
__

Agencia TSS – La semana pasada el gobernador de Córdoba, José Manuel De La Sota, expresó en una entrevista que dio a la radio LT8 de Rosario que el emplazamiento de la central nuclear de Embalse “fue un error”, ya que se encuentra en medio de una zona turística y por lo tanto genera grandes perjuicios. Además, declaró que no se consultó a la provincia sobre la extensión de su vida útil por otros 25 años y acerca del aumento de su potencia. “Nadie quiere tener una central nuclear frente a su casa, aunque nos digan que todo es seguro” expresó. La opción contraria sería no extender su vida útil y emprender las obras para cerrar la central nuclear ahora. Estas declaraciones abren el debate sobre un tema que siempre genera controversias. Santiago Harriague, investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica, considera que “sería un disparate cerrar la central de Embalse, porque si algo no nos sobra es potencia instalada. Además, es una central que no ha tenido ningún problema en los treinta años que tiene de operación”.

En cambio, para Mauro Fernández, de la campaña Clima y Energía de Greenpeace, se trata de “una noticia esperanzadora, porque hasta el momento la política de Córdoba ha sido no debatir el tema nuclear”. Y agrega que “hay 30.000 ciudadanos que dijeron que quieren un proyecto de desnuclearización de la provincia y lograron que se prohibiera la minería de uranio y se echara a Dioxitec, la fábrica purificadora de uranio que está mudándose a Formosa. Creemos que el siguiente paso es reabrir el debate sobre el impacto de la energía nuclear y la necesidad de desarrollar energías más amigables con el ambiente”.

(c) Greenpeace / Martin Katz
Para Greenpeace, la posibilidad del cierre de la planta se trata de “una noticia esperanzadora, porque hasta el momento
la política de Córdoba ha sido no debatir el tema nuclear”. Foto Greenpeace / Martin Katz

Desde la CNEA, Harriague explica que “el pedido de hacer una central nuclear en Córdoba lo había hecho EPEC, la Empresa Provincial de Energía de Córdoba, en épocas del gobierno democrático radical en la década del ‘60, o sea que ni siquiera fue algo promovido por gobiernos militares. Ahí cerca está Santa Rosa de Calamuchita, que no parece tener ningún drama con el turismo, y pegado a la central están los hoteles de Río Tercero, que son del área de Bienestar Social, pero siempre están llenos de gente”.

La Argentina se encuentra frente a la necesidad de diversificar su matriz de generación de energía eléctrica. Hoy depende fuertemente del gas y es el segundo país, después de Rusia, en cuanto a su proporción de energía eléctrica generada en base a ese combustible. Esta situación produce faltantes de gas en otras ramas de la industria donde no puede ser reemplazado. Como un principio de solución a esta problemática se creó una ley de fomento a la generación de energía con fuentes renovables, la Ley 26.190, que estipula que el 8 por ciento de la electricidad argentina deberá provenir de fuentes renovables para el año 2016. De momento, parece muy difícil llegar a esa meta sin hacer un importante cambio de las políticas llevadas a cabo.

“La central de Canadá, donde se ha desarrollado la tecnología que utiliza Embalse (CANDU, por Canadian Uranium Deuterium), demuestra que el período de repotenciación podría llevar hasta cuatro o cinco años, por lo que habría que cubrir la potencia faltante durante ese período con otras fuentes. En cuanto al largo plazo, creemos que se tienen que desarrollar políticas de eficiencia energética y generación renovable que claramente están disponibles y son competitivas económicamente”, sostiene Fernandez.

Según la planificación original, la central nuclear de Embalse inició su operación en el año 1984 y debía finalizarla
el 2 de marzo de 2012.

La central nuclear de Embalse está situada a 100 kilómetros de la capital cordobesa y a 700 de Buenos Aires, inició su operación en el año 1984 y debía finalizarla el 2 de marzo de 2012, pero excedió las horas de operación para las que fue diseñada para esperar a que la central Atucha II (renombrada Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner) iniciara la generación de energía. En noviembre de 2009 se sancionó la Ley 26.566, que permite la realización de las obras para la extensión de su vida útil. La primera etapa de este proceso ya concluyó y consistió en realizar los estudios de factibilidad y la evaluación del estado de la planta. Cuando Atucha II alcance su máxima potencia de generación de energía, la central de Embalse hará la parada de planta y cambiará los elementos necesarios.­

Las principales actividades que se realizarán son el cambio de los tubos de presión, de los generadores de vapor, de las computadoras de proceso y la repotenciación de la planta. “Todo esto no es solamente trabajo, sino que implica elevar la competitividad de la industria nacional, porque tiene requerimientos de calidad que no son los mismos que los de una caldera para una casa. Los requerimientos de calidad que tiene son descomunales, justamente por razones de seguridad” concluye Harriague.