Computación para combatir el Chagas

En la Universidad Nacional de La Plata evalúan fármacos ya disponibles en el mercado mediante modelos computacionales. Podrían servir para combatir una enfermedad que afecta a un millón y medio de argentinos.

Nadia Luna  
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Agencia TSS  En la Argentina, alrededor de un millón y medio de personas tienen Chagas, lo que implica que cerca de un 4 % de la población se ve afectada por esta enfermedad. Se calcula que, cada año, nacen unos 1.300 niños infectados por transmisión congénita. La enfermedad es endémica de la región latinoamericana y se transmite a través de la picadura de la vinchuca, el insecto que sirve de vector al parásito que la causa: el Trypanosoma cruzi. La enfermedad tiene dos etapas de desarrollo: la primera dura unos meses y se conoce como fase aguda, mientras que la segunda es la fase crónica y dura toda la vida.

La dificultad de encontrar una cura para el mal de Chagas tiene que ver, por un lado, con el escaso interés de la industria farmacéutica porque la investigación demanda una gran inversión y es una enfermedad que afecta principalmente a personas de bajos recursos. El otro problema reside en que es difícil evaluar el éxito de un tratamiento en la etapa crónica porque pueden pasar muchos años antes de que aparezcan complicaciones en el paciente. Esto demanda ensayos muy extensos y costosos.

Actualmente, se utilizan dos fármacos para tratar la enfermedad: benznidazol y nifurtimox. Ambos tienen la desventaja de que producen serios efectos adversos y no funcionan en la etapa crónica. Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabajan en la búsqueda de nuevos fármacos que puedan servir para la fase crónica, a través del desarrollo de modelos computacionales que testean compuestos que se utilizan para el tratamiento de otras enfermedades.

En la Argentina, alrededor de un millón y medio de personas tienen Chagas, que se transmite a través de la picadura de
la vinchuca, el insecto que sirve de vector al parásito.

“La estrategia se llama reposicionamiento de fármacos. Son fórmulas que ya están en el mercado y la ventaja es que esto permite evitar un proceso de evaluaciones que ya se hicieron, reduce tiempos y costos, y representa una ventaja bioética porque se utilizan menos ratones de laboratorio”, explica el biotecnólogo Lucas Alberca, integrante del equipo de investigación del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos (LIDeB) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

Alberca dice que generaron modelos computacionales para analizar unos 10.000 fármacos aprobados. Porsteriormente, seleccionaron unos 50 con mayores posibilidades de inhibir un blanco molecular específico que permita eliminar el parásito y, finalmente, eligieron cinco para pasar a las pruebas in vitro y en animales. “Primero hacemos un cultivo y nos fijamos si se elimina el parásito. Posteriormente, pasamos a ensayos enzimáticos en los que estudiamos la reacción de una enzima especifica del Trypanosoma cruzi. La etapa que le sigue es la evaluación de la reacción en ratones”, indica.

Los investigadores utilizan diversos software de modelado (algunos de código abierto y otros propietario) y también desarrollaron algoritmos para hacer más eficiente el procesamiento. Además de investigar en Chagas, la otra línea de trabajo del LIDeB es la búsqueda de fármacos anticonvulsivos para la epilepsia, también mediante la estrategia de reposicionamiento de fármacos.

El proyecto en el que trabaja Lucas Alberca fue uno de los 14 seleccionados por la Academia Mundial de Ciencias (TWAS)
para participar del Foro Internacional de Ciencias de la Salud Biovision. En la foto, durante la premiación en Francia.

Hace algunos meses, el proyecto en el que trabaja Alberca fue uno de los 14 seleccionados por la Academia Mundial de Ciencias (TWAS), de entre 157 iniciativas de todo el mundo, para participar del Foro Internacional de Ciencias de la Salud Biovision, realizado en Francia. Allí, fue premiado con mención de honor y con la posibilidad de presentar la investigación ante importantes compañías farmacéuticas, en búsqueda de posibles inversores en el proyecto. Sin embargo, en esta segunda etapa no resultó ganador.

“Nos dijeron que no eligieron nuestro proyecto porque ya habíamos publicado los resultados en un paper. A las compañías farmacéuticas no les interesó porque no iban a poder patentarlo”, dice Alberca, sobre la disyuntiva con la que suelen toparse algunos investigadores acerca de si patentar o publicar. Actualmente, el equipo del LIDeB se encuentra abocado al ensayo en ratones para estudiar cómo reaccionan los fármacos en la etapa crónica del mal de Chagas y Alberca estima que para diciembre ya podrían tener resultados.