Radiografía de la innovación argentina

Entre 2019 y 2021, el 36% de las empresas manufactureras argentinas hicieron un esfuerzo por innovar y el promedio de la inversión en actividades de I+D con relación a las ventas se mantuvo debajo del 2% durante la última década. Esos son algunos de los datos que revela la tercera encuesta sobre innovación y empleo (ENDEI), elaborada tras consultar a unas 4000 empresas de la industria manufacturera de todo el país.

Por Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – La semana pasada se conocieron los datos de la Tercera Encuesta Nacional de Dinámica del Empleo y la Innovación (ENDEI), un trabajo que releva datos vinculados a esos aspectos en las industrias de argentina y permite generar estrategias y políticas públicas específicas para el sector. Entre los datos que revela, entre 2019 y 2021, el 36% de las empresas manufactureras argentinas hicieron un esfuerzo por innovar y el promedio de inversión en actividades de innovación con relación a las ventas se mantuvo por debajo del 2% desde el año 2010, con un período de menor inversión entre 2014 y 2016, cuando apenas alcanzó el 1,55%. Durante el último período, considerado por este tercer relevamiento, esa proporción alcanzó el mayor valor: 1,92%. Para llegar a estos y otros resultados, se analizaron datos de casi 4000 empresas que respondieron encuestas guiadas que contemplaron más de 500 variables.

“El sector empresarial privado invierte relativamente muy poco para generar procesos virtuosos, de desarrollo sustentable y sociedad del conocimiento”, dijo Diego Hurtado, secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación (MINCYT), en diálogo con TSS. Y advirtió que esto es relevante, ya que hay segmentos del sector empresarial que se ven a sí mismos como modernos pero no cumplen con uno de los rasgos fundamentales de una economía del conocimiento moderna, que es invertir en I+D.

Según el relevamiento, del 36% de las empresas manufactureras del país que hicieron esfuerzos por innovar, más allá de los resultados, un 30% fueron pequeñas, el 42% fueron medianas y el 54%, grandes. En promedio, invirtieron en innovación un 1,4% sobre sus ventas; una inversión que se destina en un 79% a bienes de capital, lo que incluye maquinaria, equipos y herramientas, edificios y terrenos y hardware, software y bases de datos. Casi en último lugar, solo un 12% de la inversión se destina a I+D y, en menor medida, a diseño industrial, marketing y otras actividades.

“Falta inversión de I+D en la D. Si las empresas invirtieran en desarrollo un equivalente al nivel de inversión de una economía central, las publicaciones del CONICET cumplirían el mismo rol y en la misma proporción que en los países desarrollados”, advirtió Hurtado y enfatiza que se refiere a grandes empresas que tienen un nivel de facturación o excedentes que les permitirían invertir en conocimiento.

Por el contrario, “lo que vemos en esos sectores son conductas empresariales de negación a la inversión en conocimiento, con un discurso que afirma que la competitividad productiva se gana bajando salarios como si fuera un costo más, pero eso no es así, un buen salario garantiza el mercado interno necesario para los productos, y tiene que ver con ámbitos de trabajo dignos y que la gente pueda llegar a fin de mes. La inversión en conocimiento garantiza la competitividad con salarios altos”, dijo Hurtado.

Indicadores por sectores y regiones

“Presentamos un conjunto de indicadores agregados sectoriales y por región, que muestran cuál fue la dinámica y el comportamiento que ha tenido el sector industrial en un período de tiempo complejo, porque esta encuesta considera datos del 2019 al 2021, que fue un período difícil que venía de una situación económica complicada que se profundizó con la pandemia”, explicó Gustavo Arber, director Nacional de Información Científica del MINCYT.

El funcionario advirtió que no se trata de una encuesta tradicional, sino que agrega otras dimensiones que influyen en todo proceso de innovación o de patrones tecnológicos innovativos en la industria manufacturera, y que el objetivo de este trabajo es que sus datos sean representativos por sectores de la industria y que también reflejen las particularidades y características propias que tienen las regiones.

Sobre ese último punto, la encuesta encontró que el 82% de la inversión en innovación se registró en la región pampeana, aunque, si se considera cada región por separado, se detecta que la región NOA registró mayor inversión, que triplica la media nacional. “Cuando uno mide la media nacional  obtiene un dato, pero cuando se considera cada territorio, el dato no es igual; cada región tiene sus particularidades, y eso es muy rico para definir políticas con herramientas más precisas o para quien quiera hacer estudios académicos”, dijo María Inés Carugati, coordinadora de la ENDEI en la Dirección de Información Científica del MINCYT.

Al respecto, Hurtado destacó que la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva está viajando por todo el país para tratar de transferir capacidades de gestión de la información científica y que la ENDEI pueda ser leída con las especificidades de cada territorio, “para que cada uno pueda desarrollar los instrumentos necesarios”.

En cuanto a los sectores productivos más innovadores por su intensidad de inversión, se destacaron los de caucho y plástico, automotriz y farmacéutico, y maquinaria y equipos. En paralelo, según el tipo de innovación, del 37% de empresas innovadoras, un 77% registró innovaciones sobre productos mientras que un 70% lo hizo sobre procesos.

Junto con las inversiones en innovación, la encuesta también preguntó sobre los resultados que obtienen las empresas y el alcance de la innovación, que puede ser nacional o internacional. Al respecto, en comparación con la ENDEI anterior, se duplicaron las empresas que lograron un alcance internacional, que fueron alrededor del 20% de la muestra.

“Es un dato muy interesante, podría interpretarse que las empresas están logrando innovaciones a un nivel de competitividad internacional”, dijo Arber, y agrega que también analizaron datos relativos a las TICs, la digitalización y las tecnologías emergentes. “Eso es algo sobre lo que se está hablando mucho pero hay poca información: la encuesta muestra un primer panorama sobre cuánto están invirtiendo las empresas en esto y qué porcentaje de ellas utilizan estas tecnologías”, afirmó el funcionario.

Innovar en tiempos de crisis

Entre los principales obstáculos a la innovación se encuentra la incertidumbre económico-financiera, los altos costos, las dificultades de financiamiento e importación y la falta de recursos humanos calificados.

“Las dificultades macro son históricas, siempre son las primeras que se plantean, y la pandemia por COVID también afectó muchísimo a cualquier iniciativa que implicara poner recursos para llevar adelante este tipo de iniciativas”, dijo Arber. Si bien el impacto de la pandemia y la crisis pueden ser negativos al analizarlos de manera aislada, si se consideran aquellas empresas que estuvieron en condiciones de afrontar proyectos que implican grandes esfuerzos de innovación (que por lo general suelen ser de inversiones de más riesgo o a más largo plazo), se ve que se sostuvo la intensidad de la inversión en términos de la industria, con valores históricos o similares a los que se conocían de años anteriores.

“Lo que explica una parte del mantenimiento de ese piso de innovación en períodos de crisis económica, al que se le suma la pandemia, es que la innovación se convierte en una suerte de estrategia o mecanismo de sobrevivencia, sobre todo en el caso de las pequeñas y medianas empresas, que es adonde se ve que el nivel de inversión se mantiene”, dijo el  subsecretario de Estudios y Prospectiva del MINCYT, Eduardo Mallo. “El hecho de que la pandemia no haya hecho disminuir el nivel de innovación demuestra que este se encuentra en un mínimo”, agregó Hurtado.

Recursos humanos: claves para la innovación

“La ENDEI es como dos encuestas en una: la típica de innovación, que mide esfuerzos, resultados y financiamientos, entre otras variables; y una que incluye aspectos sobre la gestión de los recursos humanos, que es una visión un poco más amplia para entender el proceso”, explicó Carugati y destacó que este tercer relevamiento detectó que las empresas más innovadoras no solo tienden a contratar más empleados, sino también a pagarles mejores salarios. Además, emplean un 22% más trabajadores y les pagan salarios un 16% más elevados que las empresas que no innovan.

“El problema es complejo y sistémico. La falta de inversión privada en innovación no tiene que ver con la ausencia de instrumentos, sino que es al revés, la ausencia de instrumentos está marcando un problema estructural”, advirtió Hurtado.

“El empleo tiene ese doble rol que es necesario en el proceso de innovación, porque el conocimiento está embebido en la gente y es clave para llevar adelante los procesos creativos dentro de las empresas, pero también se sabe que una empresa así de innovativa permite más productividad, rentabilidad y que sea más competitiva, lo que debería plasmarse en mejores salarios y mano de obra más calificada”, explica Carugati.

Las empresas que más innovan también tienden a contratar recursos humanos calificados. Sobre ese punto, la encuesta rastrea el vínculo entre ellas con universidades y organismos públicos de ciencia y tecnología. Al respecto, detectó que aún sigue siendo bajo. “Si las grandes empresas invirtieran en innovación, demandarían personal profesional, doctores y doctoras, ya sea porque tienen sus propios laboratorios de I+D o porque necesitan esas competencias para la incorporación de modificaciones y mejoras de procesos, de producto o diseño”, ejemplificó Hurtado.

“El problema es complejo y sistémico. La falta de inversión privada en innovación no tiene que ver con la ausencia de instrumentos, sino que es al revés, la ausencia de instrumentos está marcando un problema estructural”, advirtió Hurtado.

La ENDEI es una iniciativa del año 2009, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) discontinuó las encuestas tradicionales de innovación tecnológica que realizaba, como un proyecto conjunto entre el MINCYT y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Esta es la primera vez que fue desarrollada íntegramente por la Dirección Nacional de Información Científica (DNIC) de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva del MINCT, que cuenta con un equipo de profesionales y técnicos “de primer nivel”, tal como fueron calificados durante a presentación de los resultados por Rodolfo Barrere, coordinador de la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) y del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad, durante la presentación de los resultados.

Para el diseño de las preguntas y la construcción de los indicadores, se siguieron las recomendaciones y definiciones del Manual de Oslo y de Bogotá, para que los resultados puedan ser comparados con los de otros países. Según esos manuales, innovación es mucho más que el concepto tradicional de I+D y también incluye, por ejemplo, mejoras significativas en los procesos de negocio, en calidad, procesos productivos y lanzamiento de nuevos productos. “Hay mucha confusión en eso. Muy pocas empresas en el país hacen I+D, pero muchas más empresas innovan y a veces ni siquiera saben que lo están haciendo”, concluyó Carugati.


07 jul 2023

Temas: ENDEI, Innovación, MINCyT


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