Investigadores del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata pusieron en marcha la primera planta piloto de fabricación de prebióticos del país. Se trata de componentes beneficiosos para la salud que se usan en la industria de alimentos y que se podrían vender a un precio menor al que actualmente se importan.
Agencia TSS – Científicos del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), perteneciente al CONICET, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), pusieron en marcha la primera planta piloto de producción de prebióticos del país. El desarrollo está emplazado dentro de la Planta Piloto Multipropósito (Pla.Pi.Mu) y apunta a la producción nacional de componentes de alimentos que son beneficiosos para la salud y que actualmente se importan.
La planta producirá dos tipos de moléculas que actúan como fibra alimentaria soluble: fructo-oligosacáridos (FOS) y galacto-oligosacáridos (GOS). Al adicionar estos ingredientes en la preparación de productos como lácteos, panes y jugos, se convierten en alimentos funcionales.
“Pasar del laboratorio a una escala piloto es un hito en el país”, le dijo a TSS la doctora Andrea Gómez Zavaglia, directora del proyecto. “Los prebióticos que vamos a producir estimulan el desarrollo de la microbiota intestinal. También tienen propiedades edulcorantes: proporciona un sabor dulce pero con bajo aporte calórico. Además, la fibra aporta sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir el consumo de azúcar, que es muy alto en Argentina”, explicó.
Otra ventaja del proceso desarrollado por los investigadores es que utiliza insumos de bajo costo, como sacarosa y lactosa. De esta manera, se le agrega valor a recursos disponibles en el país. “Todas las industrias alimentarias utilizan estos productos y los están importando. No tiene sentido que, siendo productores de azúcar, estemos importando FOS cuando podemos elaborarlo acá”, dijo la investigadora.
El proceso, hoy en escala piloto, consiste en una síntesis enzimática de la materia prima (sacarosa o lactosa) dentro de un fermentador de cien litros. Los investigadores intervienen en las condiciones de la reacción para obtener diversos extractos según el alimento al que se apunte. El producto que sale del fermentador puede tener la forma de jarabe o de polvo.
La planta se inauguró en marzo de este año pero el proyecto comenzó en en el año 2017, tras la obtención de un subsidio PICT Start Up de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, orientado a la creación de una empresa de base tecnológica (EBT). “Trabajamos en un equipo con especialistas de diversas disciplinas. Por ejemplo, hay una ingeniera química con formación en negocios cuya participación fue fundamental para avanzar en la puesta a punto del proyecto, conjugar la participación de las instituciones y agilizar las trabas burocráticas”, dijo la científica.
El objetivo final es generar una empresa para fabricar y comercializar los prebióticos. “Ahora que vamos a producir en cantidades mayores, podemos empezar a buscar clientes. Una ventaja importante es que hicimos un análisis de mercado y, según los cálculos, el precio final va a ser un 10% del producto importado”, aseguró Gómez Zavaglia.
1 comentarios en “Piloto de alimentos funcionales”-
Guillermo Bertoni
(09/07/2021 - 4:52)Argentina tiene mucho valor para aportar.