El MINCYT presentó una iniciativa que aportará 250 millones de pesos para financiar propuestas de investigación y vinculación productiva relacionadas con el cannabis medicinal y la industria del cáñamo. La convocatoria forma parte de una nueva modalidad orientada por temáticas de especial interés y potencial.
Agencia TSS – La reglamentación, en el año 2020, de la Ley 27.350 de uso medicinal del cannabis, fue fruto de un año de trabajo que contó con el aporte de investigadores de diversas disciplinas en el marco de la Red del Cannabis y Usos Medicinales (RACME) del CONICET. A partir de entonces, comenzaron a surgir diversos emprendimientos productivos y proyectos de investigación relacionados con el cannabis, de manera similar a lo ocurrido en otros países donde se bajaron las restricciones al cultivo y aprovechamiento de esta planta.
En todo el mundo todavía conviven la mirada punitivista sobre el consumo de drogas iniciada con la política de “guerra a las drogas” impulsada por Estados Unidos en los años setenta, con una perspectiva que apunta a la puesta en valor de los efectos positivos del cannabis en usos medicinales, como en los tratamientos de alivio del dolor, transtornos de sueño o epilepsia, entre otros. Además el cañamo derivado de las fibras del cannabis también tiene usos en la industria, como aislante natural para reemplazar plásticos, y en la industria del papel, entre otros.
El cambio de visión sobre esta planta en distintas partes del mundo está creando una nueva rama en las áreas de salud y la economía que, en la Argentina, puede transformarse en una oportunidad productiva. Esto se ve reforzado por el hecho de que en el norte del país hay condiciones climáticas óptimas para su crecimiento.
Pero todavía hace falta generar más conocimientos sobre sus usos y la potencialidad que ofrecen los desarrollos basados en cannabis, por lo que el MINCYT lanzó el Programa de Investigación y Desarrollo en Cannabis, que financiará con hasta 10 millones de pesos a proyectos de investigación orientados, de equipos de investigación que generen nuevo conocimiento en este campo, y a proyectos asociativos entre instituciones científicas y gobiernos locales, provinciales y municipales, ONGs, y empresas que requieran conocimientos para solucionar problemáticas de producción o para desarrollar tecnologías asociadas a este cultivo.

La presentación del programa se realizó el 18 de abril pasado en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) y estuvo a cargo del ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, del subsecretario de Coordinación Institucional del MINCYT, Pablo Nuñez; de la Presidenta del CONICET, Ana Franchi; y de la investigadora del CONICET Silvia Kochen, entre otros participantes.
El subsecretario de Coordinación Intitucional del MINCYT, Pablo Nuñez, explicó a TSS: “Queremos generar conocimiento en diferentes dimensiones, en la de los derechos, la salud pública, y también en lo productivo, ya que hay toda una industria detrás de este sector. Es una respuesta del Ministerio a una demanda que estuvimos relevando tanto en el sistema científico y tecnológico nacional como en los gobiernos municipales, provinciales y nacional, que tienen la necesidad y lo ven como una prioridad. Tenemos una ley que aprobó el Congreso y se reglamentó el año pasado, y debemos generar más investigación y desarrollo alrededor de esta temática”.
La duración de cada proyecto dependerá de su planificación pero se espera que duren alrededor de dos años. El financiamiento –por un total de 250 millones de pesos– se encuentra en una modalidad de ventanilla abierta, por lo que no hay límite de tiempo para presentar el proyecto para su evaluación. Tampoco existen restricciones sobre el área de conocimiento, según Núñez: “Incluye todas las dimensiones posibles desde donde se pueda abordar. Los derechos, la cuestión social, cultural y simbólica del cannabis y también las disciplinas relacionadas con la genética, con lo productivo, con la fisiologia vegetal y la tecnología, la salud y los estudios clínicos”.
Nuñez también recordó que, entre los aspectos pendientes, existe la necesidad de hacer una ley sobre el uso recreativo del cannabis: “Es un reclamo que surgió en la presentación con los diferentes actores de la sociedad civil y los legisladores. Hay problemáticas que todavía están pendientes y creemos que estos proyectos también tienen que servir para aportar conocimiento para que puedan llevarse a cabo. Esperamos que haya estudios del área social y jurídica como para satisfacer la demanda sobre la legislación vigente”.
La convocatoria forma parte de una nueva modalidad impulsada por el MINCYT en la que se orientan por temáticas especiales de interés. La primera de estas había sido la Unidad Coronavirus, impulsada por la emergencia sanitaria originada por la pandemia, y que se enmarcan en las políticas de innovación orientadas por misión popularizadas por Mariana Mazzucato. “Estamos generando nuevas convocatorias en temáticas que consideramos prioritarias. Lo hicimos con la convocatoria en emergencia alimentaria, que aprobó 147 proyectos por 1000 millones de pesos en temáticas relacionadas con la emergencia y la vulnerabilidad social, y que están en ejecución”, explicó Núñez.