El director del Centro de Estudios para la Sustentabilidad de la UNSAM y especialista en minería habló con TSS sobre el derrame de cianuro en San Juan y sobre la necesidad de articulación entre las provincias y la Nación para mejorar los controles.
Agencia TSS – Hugo Nielson es ingeniero de Minas y dirige el Centro de Estudios Para la Sustentabilidad de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). También, es secretario de Vinculación Productiva Sustentable de la UNSAM, secretario General del Organismo Latinoamericano de Minería (OLAMI) y miembro de la Fundación DAR (Desarrollo Argentino). En una entrevista con TSS, Nielson da su opinión sobre el derrame de cianuro ocurrido en la mina Veladero, en San Juan, y sobre la necesidad de articulación entre las autoridades mineras provinciales y nacionales para mejorar el control sobre la actividad. Y asegura: “Estoy convencido de que se puede ser ambientalista y minero a la vez”.
¿Qué evaluación hace del derrame de un millón de litros de solución cianurada en Veladero?
Fue un accidente que no debió ocurrir. Creo que hay que buscar las responsabilidades. Pero es el único accidente que ha ocurrido en minería en los 20 a 30 años que llevamos de desarrollo de esta nueva minería. Por lo tanto, me parece que hubo un acontecimiento grave, al que debemos prestarle toda la atención del mundo, pero si mañana se cae un edificio nadie piensa en prohibir la construcción. Lo que sí se hace es buscar a los responsables y analizar si fallaron los controles, la empresa o el ingeniero responsable y evaluar las consecuencias. Me parece que hay que poner las cosas en su justo lugar. Esto no significa restarle importancia a lo que ha pasado.
¿Qué tipo de minería cree que necesita la Argentina y cuál es la mejor forma de desarrollarla para que no genere rechazo en la población?
La minería es imprescindible para la vida. Entonces, hay que hacer minería, pero no a cualquier precio. Hay que tomar todas las precauciones necesarias, igual que con cualquier otra actividad. Yo quiero que en mi país siga habiendo agricultura, pero una agricultura sustentable. Quiero que se explote el petróleo con los nuevos yacimientos no convencionales, pero que se haga de manera sustentable. Y lo mismo pretendo para la minería. Hay lugares donde se podrá hacer y otros en los que no, y cuando entre en conflicto con otras actividades, habrá que resolverlo. Pero hay antinomias que se han planteado de manera artificial, como que la minería es incompatible con la agricultura. Chile parece desmentirlo. Hace 100 años que Chile produce minerales y, aguas abajo de donde hace minería produce los mejores vinos de América Latina, y nunca hubo un problema de contaminación. Nosotros necesitamos explotar la minería, pero hay que hacerlo bien y controlar. Creo que sería bueno hacer controles cruzados, donde las provincias estén apoyadas por la Nación, y que haya distintos organismos, institutos y universidades que colaboren en el control. También me parece que las comunidades deben involucrarse en los controles, tienen que participar. De esa manera, todos van a estar más tranquilos y van a poder pensar que la minería es una actividad que les va a llevar beneficios y no contaminación.
¿Hay articulación entre las autoridades mineras de las provincias y la Secretaría de Minería de la Nación?
No hay articulación. La Constitución Nacional le otorga a las provincias la propiedad exclusiva de los recursos naturales del subsuelo y el Código de Minería indica que es la Policía Minera provincial la que debe realizar esos controles. La Secretaría de Minería no tiene incumbencia institucional, pero yo creo que debería tenerla. Pienso que, más allá de lo que digan las leyes, la Nación debería acudir en auxilio de las provincias para fortalecer esos controles. Además, hay que sacarle a la gente el temor al cianuro. El cianuro es un elemento inestable, que no es posible que se derrame y quede por los siglos de los siglos ahí, como un peligro latente, sino que en cuestión de horas se combina rápidamente con el oxígeno del aire y forma otra sustancia, que ya no es dañina para la salud. Entonces, cuando se dice que en San Juan se han contaminado los ríos para siempre, es mentira. Y tampoco es cierto que, a propósito del cianuro, hayan encontrado metales pesados. Porque el cianuro solamente puede formar compuestos con el oro. Solamente el 8 % del cianuro que ingresa a la Argentina se utiliza en minería. El resto se utiliza en otras industrias y la del plástico es la principal consumidora, con alrededor del 50 %. Pero nadie está preocupado por el cianuro que se utiliza en la industria del plástico.
Usted coordina el equipo de trabajo de la Fundación DAR, que ha elaborado una plataforma de compromiso para una minería sustentable. ¿Qué es lo que proponen?
Nosotros planteamos que hay que ratificar un acuerdo federal con todas las provincias para acordar cuáles son las condiciones en que se va a desarrollar la minería y de qué manera las provincias y la Nación pueden ir hacia un objetivo común, que es el desarrollo del país. Hoy, hay siete u ocho provincias que han prohibido la minería en sus diferentes niveles. ¿Qué pasaría si a otras provincias se les ocurre prohibir la producción de hidrocarburos, por ejemplo? Eso es un perjuicio para el país, no solo para la provincia que lo decide. Entonces, tenemos que tener en cuenta la opinión de las provincias, pero no hay que perder de vista que las provincias son un engranaje de una maquinaria mucho más grande, que es la Nación. Los intereses de provincias y Nación deben confluir. De otra manera es muy difícil construir un país. Hoy, en lugar de un país federal, pareciera que, al menos en minería, tenemos una confederación de estados independientes donde cada provincia hace lo que le parece y esto no puede ser. Tenemos que tratar de persuadir a la sociedad y a los decisores políticos respecto de la necesidad de hacer minería y de hacerla bien. Esa es la discusión que está pendiente y eso es lo que estamos proponiendo desde la plataforma de la Fundación DAR: un diálogo sincero y profundo sobre qué es la minería, para qué sirve o por qué promover la minería del oro hoy, cuando parece que no está destinado a cuestiones elementales de nuestras vidas. Sin embargo, nuestro país necesita explotar oro para poder darle valor agregado y generar trabajo genuino. Porque nosotros no queremos que nuestra gente viva siempre de los planes sociales, queremos que haya trabajo genuino. Y esto es una alternativa. No queremos un país minero, queremos un país con minería, con agricultura, con energía, con turismo y con pesca. Todas las actividades son nobles, pero hay que hacerlas bien, a todas.
¿El Estado tiene la capacidad de controlar a los gigantes de la minería y de promover el desarrollo industrial que ustedes proponen?
El Estado tiene las herramientas para controlar todo. Es más, la minería es la única actividad que tiene una ley específica de control en medio ambiente. Está inserta en el Código de Minería y, por lo tanto, es de aplicación inmediata en todo el país, no necesita la adhesión de las provincias. Por lo tanto, herramientas existen, pero, seamos sinceros, eso depende de si se quiere o no aplicarlas. Por eso, el Estado nacional no puede desentenderse de este tema. No puede dejar librado a una provincia, que tiene escasos recursos, la negociación con una empresa transnacional. Y con respecto a estas empresas, lo que sucede es que la minería es una actividad de alto riesgo y de capital intensivo, y no hay en la Argentina capitales que pueden encarar la explotación de yacimientos metalíferos de gran escala. Sería bueno que hubiera pero no los hay, porque para que una explotación minera se transforme en un negocio rentable pueden pasar de 10 a 15 años, desde que empieza la exploración hasta que se produce la primera tonelada para vender. Eso, en la Argentina, es de larguísimo plazo. No tenemos que tenerles miedo a las empresas extranjeras. Pero tenemos que tener buenas posiciones de negociación y esas negociaciones tienen que ser transparentes para que la gente no piense que hay cosas que se están manejando a escondidas.
¿Cómo se puede mitigar el impacto ambiental que genera la minería?
La minería tiene impacto sobre el medio ambiente como lo tiene cualquier otra actividad. En el caso de la minería, por ahí es más visible porque se produce una voladura en medio de una montaña. De todas maneras, hay que distinguir impacto ambiental de contaminación ambiental. El impacto se puede medir, se puede controlar y se puede mitigar. La contaminación sobreviene cuando el impacto es incontrolable. La minería puede controlarlo, es una actividad lícita. Yo soy ingeniero de Minas, nos preparamos para trabajar bien en minería, con todas las normas y los avances tecnológicos que existen. Nos negamos a que nos consideren asesinos seriales. Queremos proteger el medio ambiente, somos ambientalistas, pero queremos que haya producción. Hay que producir riqueza, porque de lo contrario no se puede distribuir. Y después hay que trabajar para mejorar la distribución de esas riqueza. Entonces, no podemos tener actitudes, que yo pienso que son herencias de un pasado autoritario, de que inmediatamente se nos ocurre prohibir. Mejoremos los controles, la protección ambiental, la participación de las comunidades y la distribución de las riquezas. Pero no seamos necios, porque hay lugares de San Juan donde, de otra forma, no llegarían la infraestructura, los caminos, los hospitales y las comunicaciones. Entonces, tenemos que trabajar todos de acuerdo en proteger al medio ambiente pero también en producir riqueza, que es lo único que nos va a permitir desarrollarnos. La minería es una actividad indispensable y noble. Puede haber empresas que no lo sean, pero esa es otra discusión.
23 oct 2015
Temas: Controversias ambientales, Industria, Medio ambiente, Minería, San Juan, UNSAM, Veladero