«Estamos tratando de impulsar un modelo distinto de minería»

Rodolfo Tecchi, flamante rector de la Universidad Nacional de Jujuy y exministro de Educación, Ciencia y Tecnología de esa provincia, habló con TSS sobre el potencial del litio, los desafíos que plantea y la creación de una empresa provincial de minería.

Vanina Lombardi  
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Rodolfo Tecchi renunció a su cargo como ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Jujuy para asumir recientemente como rector en la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), adonde fue presidente alterno del Consejo de Investigación y miembro del Comité de Medio Ambiente y del Instituto de Biología de Altura. Durante su trayectoria, fue miembro del directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y también fue secretario académico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

La provincia de Jujuy se destaca, entre otras actividades, por la minera. Incluso, según declaraciones recientes del presidente de la Cámara Minera de Jujuy, actualmente están trabajando para volver a posicionarla como “capital nacional de la minería”. Y entre todas las posibilidades que ofrece este territorio, el litio se presenta como una nueva y promisoria alternativa. Tanto, que se ha sancionado una ley provincial mediante la cual se declara a este mineral como un “recurso estratégico”.

¿Qué significa que el litio sea un recurso estratégico para la provincia?

Jujuy declaró al litio como recurso estratégico en función del desarrollo social, económico y tecnológico de la provincia. El litio representa la aparición de una minería y un recurso novedoso en Jujuy, y sobre esa novedad estamos tratando de impulsar un modelo distinto de minería.

¿Cómo sería ese modelo?

Por un lado, se creó un comité de expertos con representantes de la Universidad, del Conicet y de la Secretaría de Medioambiente de la provincia, que evalúa el impacto tecnológico, social y económico de cada explotación y puede hacer recomendaciones, corregir tecnologías y aprobar emprendimientos. El otro punto es que la provincia creó una empresa estatal que se llama JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado), que se asoció a las dos firmas que van a explotar el litio (Exar y Sales de Jujuy). Es decir, que va a formar parte de la explotación y recibirá parte de esas ganancias, independientemente de los cánones mineros.

Jujuy declaró al litio como recurso estratégico en función del desarrollo social, económico y tecnológico de la provincia.

¿Cómo es la participación de JEMSE en esos emprendimientos?

JEMSE negocia su participación en cada uno de los emprendimientos, pero su objetivo es poder hacer un seguimiento de ellos, no pasa solamente por recibir parte de las ganancias y redistribuirlas en el desarrollo de la región.

¿Ya se estableció en qué porcentaje será esa participación?

Sí, de alrededor del 10 por ciento, creo que en ambos casos.

¿Cómo se van a redistribuir las regalías y ganancias en la provincia?

El litio entraría en lo que hace a las regalías mineras, que se distribuyen a través del Ministerio de la Producción de la provincia.

¿JEMSE estaría vinculada con el centro de investigación y desarrollo tecnológico que planean abrir en la provincia?

No, por ahora tiene un perfil absolutamente empresarial, es una empresa del Estado que negocia las concesiones con los privados, y en el caso del litio negocia su participación empresarial. Digamos que de buen grado las empresas aceptaron darle parte de participación a JEMSE, no hay ninguna ley que obligue a las empresas que vienen a explotar litio a hacer una sociedad con JEMSE.

Sí, pero la provincia es la que aprueba o no la instalación de las empresas…

Claro, entonces las empresas se sientan con JEMSE antes de la aprobación y negocian concederle una participación.

Pero el comité de expertos también evaluó y aprobó estos proyectos…

Sí, los dos proyectos ya pasaron por el comité de expertos, que recomendó en ambos casos la aprobación con correcciones.

¿Qué tipo de correcciones?

Por ejemplo, que las plantas de explotación debían estar fuera del salar, a los costados y no adentro; que debían hacer un seguimiento del comportamiento del acuífero que usan como agua industrial, del comportamiento del nivel de agua subterránea cuando empiecen a funcionar los dos proyectos simultáneos.

Para el proyecto se creó un comité de expertos con representantes de la Universidad Nacional de Jujuy, del Conicet y
de la Secretaría de Medioambiente, que evalúa el impacto tecnológico, social y económico de cada explotación.

¿Esos datos no figuraban en el informe de impacto ambiental que deben presentar las empresas?

El comité de expertos consideró el informe de impacto ambiental, pero éste corre por la ley minera. En la Secretaría de Minería provincial existe una unidad multisectorial en la que participan hasta las comunidades originarias, que es la unidad que evalúa los impactos ambientales. Cuando el comité de expertos actúa, ya hay una evaluación del impacto ambiental hecha por todos los actores involucrados: empresas, municipios, comunidades aborígenes, la universidad misma.

¿Esos estudios están disponibles?

Sí. Además, los conocen los propios interesados, porque las comunidades originarias participan en la unidad de impacto ambiental que evalúa y le recomienda a la Secretaría de Minería aprobar o no el estudio.

¿Y las comunidades y pobladores de la zona no se opusieron?

No, en el caso de Olaroz, todas las comunidades involucradas directamente negociaron con las empresas, fueron apoyadas por el Gobierno nacional en esa negociación y no tuvieron ningún problema, porque las empresas actuaron muy rápido sobre las comunidades aborígenes, los tentaron con una serie de ofrecimientos que les parecieron importantes. Hay algunas quejas de comunidades originarias pero fuera de la cuenca de Olaroz, en otras donde todavía no se han perfeccionado los trabajos de exploración, como en Salinas Grandes, que además llegó a la Corte Suprema porque es una cuenca biprovincial entre Salta y Jujuy. En realidad, en el sector jujeño lo que hubo fueron algunos intentos de exploración, pero no hay ningún proyecto serio de explotación.

¿Dónde está la zona de reserva de vicuñas que usted ha mencionado en algunas entrevistas?

En Olaroz. El salar de Olaroz está incorporado a una reserva de vicuñas que es la reserva de Olaroz-Cauchari. Pero bueno, el comité de expertos dio algunas recomendaciones que en principio permitirían que no haya un impacto muy grande. Es uno de los sectores de la puna jujeña adonde más se hizo efectiva la protección durante décadas y más se recuperaron las poblaciones de vicuñas, pero con un manejo adecuado de las instalaciones industriales no tendría que haber problemas.

«El litio representa la aparición de una minería y un recurso novedoso en Jujuy, y sobre esa novedad estamos tratando
de impulsar un modelo distinto de minería», afirma el Rector Rodolfo Tecchi.

¿Se planteó en algún momento la posibilidad de instalar una empresa estatal que se dedique a la exploración y explotación del litio?

No, no. Ni el modelo boliviano ni el modelo chileno. Nosotros planteamos un camino intermedio. El modelo boliviano está basado en una fuerte presencia estatal en la explotación. El modelo chileno está fundamentalmente basado en una gran participación de la actividad privada. Nuestro modelo es avanzar en una articulación público-privada.

Ya que los menciona, se habla de una posible alianza con esos países, con los que la Argentina conforma el denominado “triángulo del litio”. ¿Qué opina al respecto?

Esa es una idea que surge casi como natural. La Argentina, Chile y Bolivia deberían tener una estrategia común de explotación y comercialización del litio. Obviamente, las empresas multinacionales y los países centrales van a tratar de hacer un esfuerzo para que eso no se produzca, para que no haya unificación de criterios de los países proveedores. Por ahora, es una idea que ha sido planteada en foros internacionales y en reuniones bilaterales, pero bueno… El rol de la Argentina ahí sería clave, porque las relaciones entre Bolivia y Chile, históricamente, no son las mejores, y la Argentina tiene muy buenas relaciones con ambos.

Hay estimaciones que señalan que en los próximos años podría haber una sobreproducción de litio. ¿Consideran esta posibilidad?

Pensamos que el litio va a tener un desarrollo de entre 30 y 50 años. Luego, ya corremos el riesgo de que aparezcan otras tecnologías, incluso tecnologías de extracción de litio de lugares adonde hoy está menos disponible, como el agua de mar y las rocas…. El tema es que si logramos avanzar tecnológicamente para aprovechar el litio, seguramente también avanzaremos tecnológicamente para aprovechar otros combustibles que puedan aparecer, y eso nos va a poner en carrera.