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Agencia TSS – El interés por el litio se ha incrementado durante los últimos años, particularmente en la provincia de Jujuy, donde su exploración y extracción de los salares generó tantas controversias como expectativas. Por un lado, la preocupación y los reclamos de las comunidades originarias llegaron a la Corte Suprema de Justicia. Por otro, “las reservas minerales que contengan litio –han sido declaradas- como recurso natural estratégico generador del desarrollo socio económico de la Provincia de Jujuy”, tal como quedó asentado en el Decreto 7592/11.

“Jujuy es una de las provincias argentinas con mayores reservas de litio, de relativa fácil disponibilidad, porque está acumulado en aguas subterráneas de distintas cuencas cerradas de la región alto andina de la puna jujeña”, explica a TSS Rodolfo Tecchi, ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Jujuy. Según el funcionario, “esto abrió una línea de trabajo nueva, tanto desde el aspecto de la explotación como de las perspectivas de las aplicaciones de litio en la industria, que hacen pensar que Jujuy, en algún momento, pueda ser no sólo un productor de carbonato de litio, sino que también pueda aprovechar alguna de sus aplicaciones”.

Actualmente, uno de los principales destinos de este mineral está en la producción de baterías de litio-ion, que están presentes en muchos dispositivos electrónicos de uso cotidiano como computadoras portátiles, reproductores de música y teléfonos celulares. Además, se prevé que el litio se use en el desarrollo de baterías para autos eléctricos, que hoy aparecen como la alternativa futura frente a los vehículos que utilizan combustibles derivados del petróleo.

Si bien en la Argentina el equipo de Daniel Barraco, profesor y ex decano de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba, avanzó sobre el desarrollo de una batería de litio-ión, ante la posibilidad de que alguna iniciativa de este tipo se replique en Jujuy, Tecchi considera que “la instalación de una fábrica de baterías es más una bandera que llevamos adelante, porque en realidad, siendo estrictos, el litio no es el principal componente en volumen de una batería. Por ahí se llega a una fábrica de celdas y no necesariamente de la batería completa, pero lo importante es establecer un camino que le aporte valor agregado al carbonato de litio”.

Con ese fin, el funcionario adelanta que la provincia tiene prevista la puesta en marcha de un centro de desarrollo tecnológico desde donde se pretenden realizar actividades de I+D a través de la incorporación de investigadores que trabajen en proyectos relativos a las posibles aplicaciones de litio, así como con “la eventual incubación de empresas de base tecnológica relacionadas” a esa actividad.

De todos modos, Tecchi aclara que todavía habrá que esperar entre 5 y 10 años para que esta iniciativa se consolide, algo que “también implica un desafío estratégico muy grande, porque cuando uno piensa que va a estar consolidado en no menos de cinco años, tiene que tener en cuenta cuáles serán las tecnologías que estarán en pleno desarrollo” dentro de ese plazo.

Por ejemplo, el funcionario se refiere a las tecnologías de litio-oxígeno, “que parecen ser las tecnologías que se vienen, fundamentalmente para autos eléctricos”, y la producción de litio metálico (en vez de carbonato de litio). Asimismo, destaca que se trabaja “en tecnologías de explotación que consuman menos agua, que es un recurso crítico en la puna”. Esto se debe a que la extracción de litio en zonas de salinas corresponde a lo que se denomina “minería del agua”: se estima que solamente uno de los proyectos en marcha en la Reserva Olaroz-Cauchari requerirá entre 60 y 80 litros de agua por segundo, es decir, entre 216.000 y 288.000 litros por hora, por un plazo de 20 a 40 años.