Richard Stallman, fundador del movimiento de software libre y creador del GNU, visitó la Argentina y habló sobre cómo el software propietario invade la privacidad y amenaza las libertades de los usuarios. También insistió sobre la responsabilidad del Estado en el desarrollo y libre distribución del conocimiento informático para garantizar la soberanía.
Agencia TSS — Richard Stallman (Nueva York, 1953) es una celebridad mundial. Programador, activista y fundador del movimiento de software libre (creó la Free Software Foundation), en 1985 publicó el Manifiesto GNU, en el cual declaraba su motivación para convertir GNU en una alternativa libre al sistema operativo Unix. De regreso en la Argentina, a cinco años de su última visita, Stallman brindó una serie de charlas durante su estadía. Entre ellas, una en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y otra en la ciudad de Santa Fe, donde apoyó el pedido por la reglamentación de la Ley N° 13.139 de Software Libre de la Provincia de Santa Fe, sancionada en 2010. También estuvo en la Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF), donde dictó la conferencia “Software Libre: Transferencia del conocimiento, soberanía e independencia tecnológica para la Defensa”.
TSS estuvo presente en la conferencia de Stallman, en la que expuso por segunda vez en ese ámbito sus ideas y posiciones acerca de la dependencia que genera el software propietario y sobre cómo este sistema amenaza la libertad y seguridad de los usuarios, tanto a nivel de individuos como del Estado. Además, insistió sobre la importancia del rol estatal en el desarrollo de conocimiento informático propio y de distribución libre, con el objetivo de garantizar la libertad de sus ciudadanos y la soberanía nacional.
Libertad informática
Los programas informáticos libres o lo que se conoce como software libre son un conjunto de instrucciones de computación que pueden dirigir a la computadora hacer cualquier cosa que el usuario necesita, permitiéndole modificar y distribuir el código fuente sin restricciones. Stallman caracteriza al software libre como programas que respetan la libertad y el accionar comunitario de los usuarios, diferenciándolo del software privativo (los programas propietarios que restringen la lectura, modificación y distribución de su código fuente) que hace que la computadora del usuario “obedezca» al desarrollador o comercializador del software. Para Stallman, los usuarios de cualquier programa tienen dos posibilidades: tener el control del programa o estar controlados por el programa. Pero, ¿qué significa tener libertad informática?
La libertad informática se logra cuando cada usuario tiene la posibilidad de realizar todas las actividades informáticas que desea teniendo el control total de los programas que utiliza para realizarlas. Stallman hace referencia a cuatro tipos de libertades: a poder ejecutar un programa como el usuario quiere y para cualquier fin; la lectura y el estudio del código fuente del programa y su modificación; de poder copiar el código fuente de manera irrestricta; y de poder modificar ese código y distribuirlo libremente para mejorarlo.
Cuando los programas habilitan esas cuatro libertades, los usuarios tienen el control sobre el programa y se lo considera software libre. Para Stallman, cuando algunas libertades se restringen, “el programa genera un sistema de poder injusto del dueño del programa sobre todos sus usuarios”. Ese sistema de poder conlleva diferentes niveles de injusticias, dado que “el dueño suele ser consciente de su poder sobre el usuario y lo aprovecha para someterlo y ganar más dinero”.
Ante este sistema de poder y sometimiento, Stallman argumenta que “nadie debería tener semejante poder sobre alguien y menos sobre un Estado. Por eso, el Estado no debería usar nunca programas privativos, porque tiene que mantener su soberanía informática, que es su responsabilidad”.
Hay un espía en mi software
Stallman dedicó gran parte de su exposición al accionar y los intereses de las empresas líderes del sector informático y dijo que el sistema de dependencia informática es funcional a los intereses políticos y económicos de los países desarrollados.
Si bien el objetivo de estas empresas es ganar cada vez más dinero, sostuvo Stallman, “lo logran maltratando a los usuarios”, ya que la mayoría de ellos “espían al usuario”. Y brindó ejemplos como la “vigilancia orwelliana” que realiza Amazon sobre la lectura de los usuarios de libros electrónicos y el “espionaje” que diversas aplicaciones ejecutan a través del seguimiento de la actividad del usuario y la trasmisión de datos que extraen y transmiten sin su conocimiento.
Stallman hizo referencia a un estudio que analizó miles de apps para Android y encontró que entre las pagas descubrieron que el 60% espiaba a los usuarios, mientras que en las gratuitas esa proporción llegaba al 90%. “Si fueran libres, los usuarios corregirían el espionaje, pero no pueden hacerlo porque son privativas”, dijo. “Hay aplicaciones que transmiten los datos personales de sus usuarios y los venden. Esto implica que el usuario se somete a esa empresa”, agregó.
Puertas traseras
El activista del software libre insistió sobre el poder que tienen las empresas informáticas para imponer cambios en el software e instalar código nuevo por la fuerza. Y ejemplificó con la puerta trasera universal que Windows tuvo en su versión XP: “Fue descubierto por análisis de este sistema operativo, aunque Microsoft no reconoció la presencia de su puerta trasera universal. Sin embargo, en Windows 7 hay una puerta trasera universal bajo otro nombre: se llama actualización automática. Microsoft tiene el poder de imponer cualquier cambio en el software y al usuario se lo maltrata”.
Stallman también hizo referencia a los vínculos entre las empresas y las agencias de inteligencia en países como Estados Unidos. “Cuando Microsoft descubre un error de seguridad en Windows se lo muestra a la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos) antes de corregirlo, lo que le da al Estado norteamericano la oportunidad de entrar en cualquier computadora que ejecute Windows”, explicó.
La industria de los teléfonos móviles también hace uso de las puertas traseras universales que se encuentran en casi todos los dispositivos de comunicaciones. Estas puertas traseras convierten el teléfono en un dispositivo de escucha constante que trasmite todas las conversaciones que recibe a su alrededor a través del micrófono. Stallman alertó sobre que el usuario no tiene escapatoria, ya que si piensa recuperar su privacidad apagando el teléfono, no hay interruptor. “Una vez modificado por la puerta trasera universal solo finge apagarse, mientras sigue funcionando, escuchando y transmitiendo. La única manera de evitarlo es sacarle su fuente de energía, aunque en ocasiones hay baterías que no se pueden quitar”, dijo.
El panorama local
¿El Estado argentino debería usar software privativo? «Evidentemente, no», fue la respuesta de Stallman ante su pregunta retórica al público. «El Estado tiene la responsabilidad de mantener el control completo de la informática que desarrolla y distribuye a la ciudadanía», consideró. Y agregó: «Cuando el Estado usa programas privativos deja el control de la informática del país en manos privadas y, usualmente, extranjeras. Se somete al espionaje y a las puertas traseras. Inclusive, se puede perjudicar la seguridad nacional, porque se abre una grieta de ataque. Si Estados Unidos quisiera atacar a la Argentina, ni siquiera tiene que espiar. Basta con que Microsoft entregue los datos».
Bajo esa misma lógica, Stallman expresó su tajante rechazo al uso del voto electrónico —variante impulsada por el Gobierno durante el año pasado— fundado en la vulnerabilidad de los programas que procesan la información electoral y la imposibilidad de monitorear el proceso y comprobar el fraude.
El activista del software libre también criticó la supuesta neutralidad de la «computación en la nube»”. «Es de conocimiento público que empresas como Microsoft, Google y Apple, entre otras, extraen datos de los usuarios y los hospedan en servidores a los que el Gobierno estadounidense tiene acceso”, dijo. Esto implica vulnerar los derechos y libertades de la ciudadanía, por lo que el Estado debería garantizar su soberanía informática «mediante la gestión de los datos en sus propios servidores». El Gobierno nacional ha firmado acuerdos con Facebook, Amazon y Microsoft, entre otras, para el uso de diversas aplicaciones en la nube.
Stallman considera que el Estado tiene los recursos necesarios para garantizar la seguridad informática nacional. “Al desarrollar software libre, el Estado ahorraría fondos que hoy gasta en la compra de licencias y podría invertir ese dinero en la contratación de empresas nacionales. De esta manera, se fomentaría el desarrollo de la industria informática nacional y se habilitaría el camino hacia la autonomía tecnológica del sector”, dijo. Y también hizo hincapié en la transparencia: “El software libre no es secreto: el usuario, sea un Estado o un ciudadano, tiene total libertad de acceder al conocimiento y hacer uso irrestricto del mismo”.
Si no es libre, no educa
El cierre de su exposición fue con una mención a la importancia que tiene el fomento de la educación para formar programadores jóvenes. Y dijo que las instituciones educativas de todos los niveles deberían usar únicamente software libre, no solo en la instrucción formal del uso de un programa, sino para el funcionamiento de la institución. Para Stallman, el sistema educativo debería apoyarse en el software libre, ya que “su misión social es educar para una sociedad capaz, fuerte, independiente solidaria y libre”.
Para Stallman los programas privativos esconden sus conocimientos, negando el aprendizaje, y eso “va en contra del espíritu de la educación, entonces no debería ser tolerado en una escuela excepto para hacer la ingeniería reversa”. Además, considera que el software libre estimula el aprendizaje a través del trabajo colectivo entre los alumnos, ya que la lógica básica es compartir conocimientos.
Stallman toma la libertad informática como un derecho humano fundamental para defender a otros derechos e insiste en que “debemos rechazar y vencer el modelo de software privativo que se busca imponer, aunque a veces eso exige un sacrificio”.
14 jul 2017
Temas: Computación, Datos Personales, Informática, Privacidad, Soberanía tecnológica, Software, Software libre