Colclough: “El flujo libre de datos no beneficia a la gente común”

Christina Colclough, especialista en protección de datos y nuevas tecnologías de la agrupación de sindicatos Uni Global, participó de la XI Conferencia Ministerial de la OMC y habló con TSS sobre el impacto que pueden tener las nuevas regulaciones en comercio electrónico en la privacidad de los usuarios, los intereses de los gigantes de Internet y el por qué de la posición argentina en este debate.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS — La XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se llevó a cabo en Buenos Aires finalizó sin grandes anuncios. No se alcanzó un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, y lo más concreto fue la conformación de grupos de trabajo sobre algunos aspectos a seguir debatiendo en el primer trimestre de 2018.

Uno de esos temas es el comercio electrónico, que tras la conferencia dejó una declaración de 70 países sobre la intención de continuar trabajando en una regulación específica para este sector de la economía mundial.

El empresario chino Jack Ma, CEO del gigante Alibaba, fue una de las estrellas de la conferencia y participó del panel “Facilitación de comercio electrónico”, junto con el director de la OMC, Roberto Azevedo, y Richard Samans, del Foro Económico de Davos. Ma fue la voz de las grandes empresas tecnológicas en esta cumbre, que impulsan una regulación laxa en el marco de la OMC para esquivar potenciales políticas de protección de datos por parte de los países.

Diversas asociaciones civiles y activistas de todo el mundo han advertido sobre el peligro de liberalizar totalmente el flujo de datos electrónicos. Una de ellas es la socióloga Christina Colclough, directora para Europa de Uni Global asociación que reúne a 900 sindicatos de servicios alrededor del mundoy especialista en protección de datos personales y el impacto de la tecnología en el trabajo.

Colclough estuvo en Buenos Aires para participar de la Conferencia Ministerial de la OMC con el objetivo de dar a conocer la palabra de los trabajadores de los sindicatos que representa. Algunas semanas atrás ya había estado en la Argentina, cuando realizó una exposición en el Senado de la Nación sobre la problemática del libre flujo de datos personales. TSS habló con ella sobre qué significa la irrupción de la discusión sobre el comercio electrónico en el ámbito de la OMC, el impacto que pueden tener las nuevas regulaciones en la privacidad de los usuarios y el por qué de la posición argentina en estas discusiones.

El empresario chino Jack Ma (centro), CEO del gigante Alibaba, fue una de las estrellas de la conferencia y participó del panel “Facilitación de comercio electrónico».

El Gobierno quiere implementar una reforma laboral para bajar costos. ¿Ese tipo de políticas generan más demanda de trabajo? Hay estudios que sostienen lo contrario

La experiencia que tenemos en todo el mundo, y creo que Europa es un buen ejemplo de esto, muestra que políticas que reducen los costos laborales no vinculados al sueldo, como las cargas sociales, impuestos laborales y demás, si tuvieron algún efecto fue solo en el corto plazo, y definitivamente nulo en el largo plazo. En Europa, en el 40% de los casos ha tenido justamente el efecto contrario: destruyó empleos. La reducción del costo laboral no es el lugar para empezar. Los gobiernos podrían poner más esfuerzos en que las empresas efectivamente paguen los impuestos que deberían estar pagando. Vemos en muchos lugares del mundo un foco en poner las presiones del mercado sobre el individuo, en que acepte una condición de trabajador autónomo o contratado a plazo fijo. No hay que ser un economista estrella para darse cuenta que esto en el largo plazo no va a aguantar. El poder de compra de mucha gente en el mundo es menor hoy que hace treinta años. Cuando se baja el poder de compra de los trabajadores ¿quién va a comprar los productos y los servicios?

En el Senado expuso sobre la importancia de velar por los datos obtenidos por las companías, sobre todo en lo que tiene que ver con transacciones electrónicas. ¿Cuál es su posición?

Hay luchas muy fuertes en todo el mundo alrededor del flujo libre de datos. Cada vez que le pregunto a alguien que está a favor de eso por qué debería ser así, le cuesta explicarlo. Lo que hacen es confundir el flujo libre de datos con el flujo libre de información. Entonces piensan que si hay un flujo libre de datos todos nos vamos a beneficiar. Pero esta es una confusión muy fuerte, porque un flujo libre de datos no es igual a un acceso libre e igualitario a los datos. Esto creo que es lo importante que hay que entender. En Uni Global tratamos de averiguar quiénes son los dueños de los datos. El CEO de LinkedIn (Jeff Weiner) dijo que el 80% de los datos los tienen las cinco grandes empresas de tecnología (Amazon, Google, Facebook, Apple y Microsoft). El flujo libre de datos no es para el beneficio de la gente común, sino para las grandes tecnológicas, que ya tienen demasiado. Oponernos al libre flujo de datos no es ser proteccionistas, no se trata de eso. Cada uno de nosotros tiene derecho a la privacidad, a saber qué pasa con los datos que se recolectan sobre nuestra identidad y sobre nuestro comportamiento en Internet, y cada país tiene derecho a usar esos datos de una forma que sea beneficiosa para su población.

«Oponernos al libre flujo de datos no es ser proteccionistas, no se trata de eso. Cada uno de nosotros tiene derecho a la privacidad, a saber qué pasa con los datos que se recolectan sobre nuestra identidad y sobre nuestro comportamiento en Internet», dijo Colclough.

Además, eso sucede en un marco muy oscuro, porque la recolección de datos y los algoritmos que se usan para procesarlos tampoco son transparentes…

He dado muchas charlas en el mundo sobre esto y he comprobado que la gente no suele reflexionar sobre el camino que recorren sus datos. Desde el call center del banco o la aseguradora que nos dice que van a grabar la conversación para atendernos mejor, hasta las tarjetas de puntos de los supermercados, Facebook y las aplicaciones que usamos en teléfonos móviles, estamos dejando datos todo el tiempo. Facebook y Google no son servicios gratuitos, los podemos usar porque les estamos dando nuestros datos. Estamos en una trampa porque estamos acostumbrados a usar ciertos servicios y los términos y condiciones cambian todo el tiempo. Yo tengo unos parlantes wifi y sus términos y condiciones acaban de cambiar, y si no las acepto dejarán de funcionar. Entonces surge la pregunta de si tenemos acceso a esos datos que se recolectan sobre nosotros. ¿Podemos ver si están actualizados, si son correctos, si violan nuestra privacidad? Hemos publicado dos documentos muy importantes sobre esto. Uno es sobre protección de datos de los trabajadores y el otro es sobre ética en inteligencia artificial y el uso de algoritmos. Cualquier algoritmo se debe programar de tal manera que pueda rastrear la información que usó. Esto es importante para dirimir si pudo haber discriminación o si se pueden haber violado normas éticas en un proceso determinado. Por otro lado, cuando uno da sus datos para postularse a un trabajo y no lo consigue tiene derecho a pedir que después se borren. O cuando renuncia a un trabajo o es despedido. Es información muy personal, incluso biométrica. Facebook puede escanear perfiles y usar los datos biométricos para venderlos a negocios que identifican a los clientes para ofrecerle productos seleccionados para ellos en base a sus gustos o costumbres, recolectados de su perfil. ¿Queremos que esto suceda? Es importante conocer los derechos sobre nuestros datos y en qué casos deberíamos reclamar. No deberíamos alimentar a monstruos tecnológicos dándoles un tremendo poder sobre el que no tenemos control.

El comercio electrónico mundial está dominado por gigantes como Amazon, que en la Argentina está próximo a instalarse. ¿Qué efectos tiene su expansión sobre el resto del comercio?

La pregunta es: ¿Debemos apoyar la monopolización creciente del mercado? Amazon no es solo un mercado adonde comprar productos, ahora es todo un paquete de servicios. Es entregas, correo y también un banco. Amazon está sacando de competencia a muchos competidores y yo diría que un mercado diverso es más fuerte y estable que uno monopolizado. Quizás puede, en principio, agrandar el mercado para las pequeñas y medianas empresas. Pero si se mira a las pymes y la competencia con la que se enfrentan, que son multinacionales con cadenas de proveedores globales y capacidad para bajar todos los costos por su gran poder económico, entonces diría que esa oportunidad también puede verse como una amenaza grande para las pymes.

«No se supone que la OMC tenga entre sus atribuciones al libre flujo de datos en comercio electrónico, pero como se empezó a discutir es probable que en las próximas ministeriales se cree una OMC 2.0», sostuvo la especialista.

En la Ministerial de la OMC se produjo un escándalo por la denegación de acreditaciones a integrantes de asociaciones civiles de la Argentina y de diversas partes del mundo. ¿Cuál es la importancia de la participación de estas organizaciones en el debate?

Fue un desastre total. Todos habíamos sido acreditados previamente por la OMC vía su página web, mediante un proceso formal. El Gobierno argentino después intervino y desacreditó a 63 personas, con argumentos como que estas personas habían instigado a la violencia en las redes sociales, sin evidencia de eso. Les pedimos pruebas y no pudieron darlas. Los datos que tienen, o en los que basaron su inteligencia para tomar esta decisión, ninguno de nosotros los conoce. Es totalmente antidemocrático rechazar a gente que de ninguna manera ha instigado a la violencia, que quiere crear conciencia sobre algunos temas y generar debate. Al igual que en otros casos, yo fui puesta en la lista negra y luego de un reclamo fui aceptada. Es muy triste y es una mala señal para la gente mostrar que hay una élite de poder y dinero que que se sienta en una mesa y nosotros, la gente común, somos cuestionados y echados. Es una desgracia y un fracaso del Gobierno argentino como organizador.

¿Qué deja esta ministerial?

Ninguna gran decisión, pero lo que están haciendo es cambiar las fronteras y los objetivos. No se supone que la OMC tenga entre sus atribuciones al libre flujo de datos en comercio electrónico, pero como se empezó a discutir es probable que en las próximas ministeriales se cree una OMC 2.0. Esto para mí es un cambio muy peligroso. Si bien hay muchas diferencias entre los países, cualquier cosa puede pasar detrás de puertas cerradas.

Sudamérica ya no se opone.

No, y el Gobierno argentino está muy a favor de estas propuestas sobre el libre flujo de datos. Por eso en el Senado me expresé en contra y recomendé pensar dos veces antes de hacerlo.

¿Por qué piensa que el Gobierno argentino toma esta postura?

Creo que muchos de los políticos buscan soluciones rápidas para la economía. Si el comercio electrónico puede crear mercados más grandes para productos argentinos quizás eso pueda ayudar a reencauzar la economía. Pero las soluciones rápidas no funcionan en el largo plazo. Otra razón puede ser la de tratar de amigarse con las empresas de la economía estadounidense. Hay un cierto romanticismo detrás de la noción de que si puedo tener mis documentos en Google, o si puedo ser parte de eso, entonces soy parte de todo este mundo de las nuevas tecnologías. Pero no sos parte de eso, sino que ellos vienen a venderte todo lo que puedan. De la Argentina, con toda su historia de tener posiciones fuertes en el mundo, esperaría que se preguntaran: ¿Cómo podemos hacer para fortalecer nuestra economía, primero para nosotros, y luego para la economía mundial? Creo que tomaron una posición muy irresponsable en busca de una solución rápida.

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