Conexión comunitaria

Técnicos del INTI logran extender la escasa cobertura de Internet en un área del delta bonaerense a través de una red mesh, que ramifica la señal. La infraestructura también les permite compartir contenidos locales.

Matías Alonso  
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Agencia TSS – La particularidad geográfica del delta hace que sea difícil poder realizar un cableado como se hace en continente. Al no existir esta posibilidad, la única manera de conectarse a Internet es mediante redes inalámbricas. Los operadores que prestan servicios de Internet necesitan que haya una torre de transmisión donde se requiere el servicio y  su instalación puede costar entre 6.000 y 10.000 pesos. Otra posibilidad para conectarse a Internet es utilizar la red de celulares 3G, pero su cobertura es escasa y en muchos lugares se vuelve inaccesible.

La organización Delta.Libre encontró una manera diferente de permitir el acceso a Internet en un área del delta bonaerense: las redes mesh (en malla, en español). Se trata de redes comunitarias que no necesitan de un administrador, sino que cada usuario tiene un nodo mediante el cual se conecta con el resto de manera independiente. De esta forma, si alguno de los miembros tiene conexión a internet puede compartirla con el resto. Instalar un nodo de la misma cuesta unos 800 pesos entre hardware e instalador y no tiene ningún costo mensual para su mantenimiento. Actualmente, existen entre 50 y 100 nodos conectados a la red, algunos de manera ocasional y otros instalados en espacios comunes, como centros comunitarios o escuelas.

Gabriel Tolón, ingeniero del la Unidad Técnica de Comunicaciones del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que colaboró en la instalación y equipamiento de la infraestructura, le dijo a TSS que “a nosotros nos interesaba estudiar una de las debilidades de este tipo de redes, que está dada por la interferencia entre los nodos y la degradación de las tasas de transferencia de datos a medida que la información salta de nodo en nodo. Así armamos equipos que utilizan dos frecuencias en lugar de una, con lo que logramos un buen desempeño”.

Cada nodo está compuesto por un router hogareño, que se configura de un modo especial para poder conectarse con los routers de sus vecinos. Para esto es necesario que entre unos y otros no haya obstáculos ni una distancia mayor a los 100 metros, por lo que se instalan en los muelles de las casas.  Una vez conectados, cada usuario puede elegir qué cosas quiere compartir en su computadora y se pusieron de acuerdo para pagar un solo servicio de Internet y compartir la conectividad dentro de la red Delta.Libre.

Guido Iribarren, uno de los miembros fundadores y usuario de la red Delta.Libre -sobre la que se instalaron los equipos del INTI- le dijo a TSS que “lo que más le interesa a la gente a la hora de usar la red es la conectividad a Internet, pero también es muy útil el servicio de telefonía IP y la posibilidad de compartir contenidos locales”. Dado que Delta.Libre cuenta con un servidor en la isla, el acceso es veloz.

El contacto entre el organismo estatal y la red comunitaria surgió por una preocupación del INTI. Según Tolón, “desde la Unidad Técnica del INTI veníamos estudiando la tecnología de redes mesh, porque era habitual que nos consultaran por soluciones de conectividad para poblaciones aisladas, así que cuando supimos de Delta.Libre decidimos entrar en contacto”.