Un paso adelante

Investigadores del Instituto Universitario del Gran Rosario desarrollan una ortesis electromecánica de rodilla que podría superar la funcionalidad de las importadas a un menor costo. Además, permitiría llevar un registro digital de la evolución del paciente.

Nadia Luna  
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Agencia TSS Poder caminar es un privilegio que se suele valorar más cuando no se lo posee. Lo mismo sucede con otras funciones que nuestro cuerpo hace de manera rutinaria y casi automática, como respirar, ver, oler y tocar. Pero basta con ponerse en los zapatos de quien padece un déficit en alguna de estas funciones para entender lo difícil que puede ser vivir sin alguna de estas capacidades.

Personas que padecen alguna afección muscular o patologías como la poliomielitis y la esclerosis múltiple sufren de una constante inestabilidad en la rodilla causada por la debilidad del cuádriceps, lo que dificulta su marcha porque corren un riesgo importante de caerse. Una solución existente en la actualidad consiste en colocar una ortesis (dispositivo que se coloca por fuera del músculo afectado para complementar su déficit funcional) que bloquee la rodilla, con lo cual la persona permanece con la pierna extendida todo el tiempo. El problema es que este bloqueo no solo provoca una marcha desorganizada, sino que, a mediano o largo plazo, causa una pérdida de la fuerza muscular.

Si a esa problemática se le suma que este tipo de dispositivos son, en general, importados de un puñado de empresas de Alemania y Estados Unidos, con un costo que ronda los 45.000 pesos, la necesidad de crear tecnología local que reemplace y mejore las ortesis existentes se hace evidente. En eso, justamente, trabajan los profesionales del Instituto Universitario del Gran Rosario (IUGR), que están desarrollando una rodilla ortésica electromecánica que permitirá proveer a la articulación de estabilidad mediante bloqueo en la fase de apoyo y desbloqueo en la fase de balanceo, permitiendo una marcha más natural y eficiente. Además, el sistema posibilitará el registro de los datos adquiridos por los sensores para transmitirlos a una computadora en forma inalámbrica, lo que facilitará el seguimiento de la evolución del paciente.

“Estamos trabajando con tecnología nacional, porque la idea es no depender de las importaciones. Casi todos los componentes de la ortesis son de fabricación nacional. Las placas electrónicas que usamos tienen algunos microprocesadores que vienen del exterior, pero se ensamblan acá. El resto lo compramos a proveedores nacionales y el desarrollo lo estamos generando con jóvenes profesionales que tienen sus pequeños emprendimientos y hacen la parte del diseño e impresión 3D”, le dijo a TSS José Luis Tulino, licenciado en Ortesis y Prótesis y responsable del proyecto.

De la iniciativa –que obtuvo financiamiento del Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales (PROCODAS)– del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, también participan Gabriel Converso, director técnico del desarrollo, profesionales del Instituto de Lucha Antipoliomielítica y Rehabilitación del Lisiado (ILAR) y de la empresa Arguzman.

Personas que padecen alguna afección muscular o patologías como la poliomielitis y la esclerosis múltiple sufren de una
constante inestabilidad en la rodilla.

Cuando Tulino egresó de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en 2005, le propusieron implementar la carrera en el IUGR en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Actualmente, junto con la Universidad Autónoma de Entre Ríos, son las tres únicas instituciones del país que dictan la licenciatura en Ortesis y Prótesis. “Los alumnos del IUGR hacen sus prácticas pre profesionales en el ILAR. Los dispositivos que confeccionamos parten de un esfuerzo multidisciplinario y no tienen costo para la población. Ya sumamos unos dos mil pacientes equipados con ortesis o prótesis”, resalta.

El modelo en el que trabajan es un dispositivo que envuelve toda la extremidad, desde la cadera hasta el pie. A nivel de la articulación de la rodilla, tiene una articulación mecánica, que funciona de manera similar a la bisagra de una puerta. En tanto, el sistema de control está basado en tecnología inalámbrica que cuenta con un microcontrolador y con sensores que se colocan en la planta del pie del paciente. De esta manera, cuando la persona tiene el pie apoyado, los sensores detectan el aumento de carga sobre la extremidad (producido por el peso del cuerpo) y bloquean la articulación de la rodilla, brindando estabilidad. En tanto, cuando levanta el pie para seguir caminando, el sistema desbloquea la articulación, permitiendo el movimiento normal de flexo-extensión de la rodilla.

“Además de mejorar el tratamiento para el paciente, buscamos que sea una herramienta de rehabilitación para el profesional. Por eso, los datos que registra el dispositivo son enviados a un sistema que permite al kinesiólogo realizar un seguimiento de la evolución del paciente y determinar qué ajustes debe realizar en el tratamiento”, comenta Tulino. Según el especialista, hay pacientes que requerirán del uso del dispositivo de por vida y otros que podrán experimentar una mejora en la marcha. “Apuntamos a que si una persona usa este dispositivo al inicio de su afección vamos a lograr que sus músculos se potencien y que, más adelante, pueda usar un dispositivo más pequeño y sencillo”, explica.

Esquema
El sistema se activa en función de la carga sobre el talón de la ortesis, que cuenta con sensores de presión. La información se transmite al controlador, que da la orden de bloquear o desbloquear la articulación.

Si bien aún no pueden calcular el costo que tendrá el dispositivo, Tulino asegura que disminuirá considerablemente respecto de los importados. En cuanto al avance del proyecto, el especialista dice que llevan realizado alrededor de un 40 % del desarrollo y que los próximos objetivos para este año son tener dos prototipos listos: uno para hacer ajustes y otro para validar el modelo con pacientes. El objetivo final es hacer una transferencia directa a una pyme para su fabricación y brindar el entrenamiento necesario a los especialistas que deseen utilizarlo.

Sobre la producción nacional de ortesis y prótesis, Tulino reflexiona: “en la Argentina hay un potencial muy importante en la formación de recursos humanos en el área. En cuanto a la fabricación nacional, lo importante es poder adaptar los dispositivos a las necesidades que tiene el paciente”, sostiene. Y concluye: “Las dificultad que tenemos es que, muchas veces, dependemos de las importaciones a grandes empresas internacionales, porque aún no contamos con un gran volumen de insumos de fabricación local. Sin embargo, la calidad de los productos ortopédicos de fabricación nacional es excelente. Lo que falta es el aval de un apoyo científico para la fabricación del producto en forma masiva. En general, los desarrollos vienen de ortopedias y pymes que deciden investigar, fabricar e implementar sus propios desarrollos”.