Ingenieros de la UNLP desarrollan equipamiento destinado a diagnosticar y analizar los movimientos de personas que tienen dificultades de locomoción. Su diseño es de bajo costo y replicable para que las instituciones médicas puedan implementarlo.
Agencia TSS –Hace dos años, los ingenieros Flavio Ferrari y María Cristina Cordero, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), visitaron el centro de rehabilitación de la Asociación Pro Rehabilitación Infantil La Plata (APRILP), con el objetivo de buscar computadoras que a ellos ya no les servían, reciclarlas y adaptarlas para que pudieran ser usadas por personas con discapacidad. Mientras realizaban una visita guiada, observaron que la asociación tenía un espacio que se usaba como laboratorio de marcha, que es un ámbito destinado a registrar los movimientos de personas que padecen diversas enfermedades del sistema locomotor. Sin embargo, notaron que el lugar estaba prácticamente vacío, ya que los especialistas utilizaban sus propias herramientas, como celulares y cámaras, para tomar los datos de los pacientes debido a que los dispositivos específicos para esa tarea son costosos.
Así fue como los ingenieros fueron con un proyecto y volvieron con otro: desarrollar el equipamiento para montar un laboratorio de marcha y análisis del movimiento de bajo costo. El proyecto es realizado por la UIDET UNITEC, la Unidad de Investigación, Desarrollo, Extensión y Transferencia para la Calidad de la Educación en Ingeniería con orientación en el uso de TIC, de la Facultad de Ingeniería de la UNLP. Además de Ferrari y Cordero, de la iniciativa participan distintos profesionales de la UNLP, especialmente alumnos avanzados y egresados de la carrera de Ingeniería Electrónica y del Centro de Técnicas Análogo Digitales (UIDET CETAD) y UIDET Formulación y Evaluación de Proyectos.
El año pasado, el proyecto obtuvo el financiamiento del Programa Consejo de las Demandas de Actores Sociales (PROCODAS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCYT), por $ 62.000. Además, obtuvieron subsidios de la Facultad de Ingeniería de la UNLP y de la Dirección Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado.
“Nuestro objetivo es hacer un laboratorio de marcha de bajo costo, modular y escalable. La idea es que se puedan ir agregando piezas con el tiempo. Pero, lo más importante para nosotros, es que sea replicable. Una vez que terminemos el laboratorio, lo montaremos en APRILP sin costo. Además, todos los desarrollos de UNITEC se realizan con insumos que se pueden obtener en el mercado local, para que cualquier institución o particular que solicite los planos y códigos fuente del programa pueda replicarlo sin problemas”, indica Ferrari a TSS y cuenta que el laboratorio de marcha que tomaron como referencia para empezar a construir el propio es el de la Fundación para la Lucha de Enfermedades Neurológicas de la Infancia (FLENI).
Un laboratorio de marcha es un sistema integrado que permite registrar las variables asociadas y las fuerzas generadas durante el movimiento de un paciente, para diagnosticar y evaluar las dificultades que presenta. El objetivo de obtener estos datos es evaluar cuál es el tratamiento más adecuado para cada caso, ya que permite la planificación quirúrgica de alta precisión, el diseño de programas de rehabilitación posoperatoria y la elección de tratamientos farmacológicos, de equipamiento ortésico y de asistencia. “Lo que se busca registrar son datos referentes a movilidad articular para registrar cuestiones que tienen que ver con contracturas musculares, deformidades angulares y torsionales, y otros aspectos de los miembros inferiores”, ejemplifica Ferrari.
El desarrollo de UNITEC fue dividido en tres etapas. La primera tuvo que ver con la fabricación de un pedígrafo digital. Es un dispositivo que consta de una placa sobre la cual el paciente pisa y un software que registra la huella, la digitaliza y la muestra en una computadora para que el especialista pueda ver qué partes del pie apoya y cuáles son las zonas de mayor presión, entre otros aspectos. “El primer prototipo ya está terminado y en funcionamiento. La propuesta para este año es duplicarlo para que registre la huella de ambos pies”, señala el ingeniero.
La segunda etapa está abocada a la digitalización del movimiento e incluye el diseño y desarrollo de dispositivos llamados marcadores reflectantes. “Al paciente se le colocan reflectores en partes que el traumatólogo u otros profesionales indican, como la cadera, las rodillas y los hombros. Mientras realiza la marcha sobre la pasarela, tres o más cámaras digitales la registran y el especialista puede estudiar en pantalla las partes marcadas por esos puntos de luz”, precisa Ferrari. Si bien recién están comenzando con esta etapa, ya digitalizaron los primeros movimientos.
Finalmente, la tercera parte del desarrollo comprende la instalación del laboratorio en APRILP, para lo cual deberán adecuar el espacio a las necesidades del equipamiento: iluminarlo, pintarlo, readecuar la red eléctrica y montar la pasarela por donde va a caminar el paciente, entre otros detalles que se irán ajustando a lo largo del año. “Cada dos o tres meses nos juntamos con las kinesiólogas de APRILP para mostrarles los avances y que ellas hagan los ajustes sobre el prototipo. Es un equipo de trabajo multidisciplinario, en el que intervienen tanto el equipo de la universidad como los especialistas de la institución”, explica Ferrari. Y concluye: “Esperamos tener terminado el pedígrafo digital para julio y, para fin de año, tener el primer prototipo de imagen digitalizada”.
07 mar 2016
Temas: Bioingeniería, Discapacidad, Electrónica, MINCyT, PROCODAS, Rehabilitación, Software, UNLP