Paro espacial

El viernes pasado se realizó el primer paro de actividades de los trabajadores de CONAE en la historia de la institución. Reclaman por los bajos salarios y por la falta de políticas de retención de especialistas con un alto nivel de formación que migran hacia el sector privado o a instituciones de otros países.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – En reclamo por una mejora en las condiciones laborales, el viernes pasado se realizó el primer paro de actividades de los trabajadores de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en su historia. La medida implicó una retención de tareas por dos horas en la que solo trabajaron los equipos que se encargan de la bajada de información de satélites, un proceso crítico que si no se hacía podía generar una pérdida de información de manera irrecuperable. Luego de esto, hubo una reunión con las autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) en la que se acordó trabajar en mecanismos para mejorar las condiciones de trabajo.

Desde su creación, en 1991, y hasta hace muy poco, en la CONAE no hubo representación sindical y los trabajadores nunca habían hecho reclamos de forma colectiva. A finales de 2021 eso cambió: en la Asociación de Trabajadores del Estado se formó la Comisión CONAE a partir de la preocupación de los trabajadores por sus bajos salarios, y también porque esa situación provoca que muchos migren al ámbito privado o a instituciones del exterior. Esto ha generado un desmembramiento de los equipos de trabajo en un sector en el que la formación de recursos humanos es crítica y lleva mucho tiempo.

El delegado de ATE CONAE en Córdoba, Emiliano Baum, habló con TSS sobre la situación actual de los trabajadores de la institución: “La situación de los trabajadores de CONAE, como la mayoría de los trabajadores de la Argentina, se fue deteriorando a partir de 2016, y fue de mal en peor hasta 2019. En 2020 las paritarias empezaron a emparejar con la inflación y este año también, pero nunca se recuperó lo que se perdió”.

Centro Espacial Teófilo Tabanera, perteneciente a la CONAE, en Córdoba.

A diferencia de lo que pasa en otros sectores de la economía, hay áreas en la CONAE que tienen mucha demanda en el mercado laboral, tanto interna como externa, por lo que resulta difícil retener a especialistas muy demandados. “Tenemos compañeros que se van a trabajar a Holanda, Alemania u otros países europeos, fundamentalmente, porque es con quienes tenemos más coordinación, así que el traspaso de CONAE a cualquiera de esos otros países que están en la ESA o la NASA es casi transparente, porque las tecnologías que usamos, el hardware y la forma de organizarse, es muy similar. Pero también pasa en el mercado interno, sobre todo en el área de IT (por tecnologías de la información), en empresas como Globant, Mercado Libre y otras más chicas que están surgiendo y hacen minería de datos o machine learning”, explicó Baum, que es trabajador de la estación terrena Teófilo Tabanera, en Córdoba, y se desempeña en el desarrollo de software.

El año pasado hubo aumentos salariales para el sector científico superiores a los del resto de trabajadores del Estado, pero el personal de la CONAE no quedó incluido en ellos. Y las nuevas modalidades post pandemia también afectaron las relaciones laborales: la presencialidad plena empieza a ser resistida por trabajadores que pueden conseguir trabajos mejor pagos con modalidad híbrida. “En el Estado Nacional todavía no está claro cómo va a ser la metodología en la modalidad de vuelta a lo presencial. Han hecho volver a un montón de gente y no está claro que se vaya a permitir una modalidad mixta y eso un problema. Hoy no volvimos a un modo 100% presencial pero tampoco está claro por cuanto tiempo será así. Ese conjunto de situaciones, después de un algunos años de maltrato, hace que algunas personas se vayan”.

En noviembre del año pasado se realizaron las primeras reuniones de la Comisión Interna en CONAE pero no fueron recibidos por las autoridades, ya que todavía no formaban parte de un sindicado de manera formal. Para lograr ser recibidos se afiliaron a ATE y al día de hoy son 60 trabajadores afiliados, sobre una planta de 240.

En los últimos dos años, el financiamiento de la CONAE ha crecido de forma sostenida y se reactivaron proyectos que el Gobierno anterior había cancelado, como el Tronador. “Proyectos hay, los que trabajan en la CONAE nunca te van a decir que no a un proyecto nuevo. Los que nos quedamos no lo hicimos por la plata, te quedás porque te gustan los proyectos. El problema es que es muy difícil llevarlos adelante desde las carencia de recursos humanos. En la CONAE hay inversión para desarrollar actividades nuevas pero se está yendo la gente. Le pregunté a Paz (Juan Pablo, secretario de Articulación Técnico Científica del MINCYT), qué es lo que quieren para la CONAE, si debe ser un sellito de goma que firme contratos o que lleve a cabo las actividades. Y la respuesta es que ellos creen que CONAE tiene que ser el núcleo, pero entonces tenemos una contradicción. Si hay presupuesto pero dejás que la gente se vaya hay un problema. Acá somos tres personas con experiencia en IT sosteniendo la estación de Córdoba, la estación de Tolhuin, lo que quedó en Marambio, el proyecto de la estación de la Base Belgrano en Antártida y las nuevas antenas, y nuevos proyectos que van a entrar, y eso así no puede funcionar”, dice Baum.

En los últimos dos años, el financiamiento de la CONAE ha crecido de forma sostenida y se reactivaron proyectos que el Gobierno anterior había cancelado.

La situación actual también arrastra consecuencias de los fuertes recortes que sufrió el área durante los cuatro años del Gobierno de Mauricio Macri, en los que casi todos los proyectos fueron desfinanciados. “Durante el macrismo fue un desastre, hubo que ponerse abajo de la mesa y resistir, hacer andar lo que había porque no entraba ni un peso. A VENG directamente la hicieron pedazos”, agregó.

El área de acceso al espacio tiene un costo importante pero también le permitiría a la Argentina generar conocimiento de forma temprana en una industria que tiene un desarrollo muy importante, como es el caso de la satelital, que además es una industria generadora de divisas y de trabajo de alto valor agregado. En una entrevista brindada a TSS, Marcos Actis, presidente de la empresa estatal VENG, afirmó que el fundamento de la empresa es el acceso al espacio (proyecto Tronador) y que la empresa tiene que hacer lo que no hace la industria privada.

Sobre este punto, Baum opinó que “se fue gente que estaba en la cabeza del proyecto Tronador y mucho conocimiento adquirido se fue con esa gente. Si se va la gente te corre el presupuesto, te corren las elecciones y ahí vas a querer tener algo volando para las elecciones, y es posible que se haga volar algún satélite chico. Pero el deseo y la realidad no van de la mano”. Y agregó: “El proyecto del lanzador satelital no existe sin trabajadores. Lo mismo la CONAE. Surgirá otra cosa, será otro modelo de desarrollo y harán crecer a alguna subsidiaria en la que el Estado gastará dinero y no será dueño de ese conocimiento, que será de un privado que después lo entregará al mejor postor”.

Para esta nota, TSS intentó comunicarse con voceros de la CONAE y VENG, pero no fue posible obtener respuestas por parte de estas instituciones.

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