Alumnos de la UTN diseñaron y fabricarán el prototipo de un tractor de baja potencia y tamaño reducido, destinado a la pequeña producción agropecuaria. Será de fácil mantenimiento, ya que el 80 % de sus componentes son locales.
Agencia TSS – Se estima que la agricultura familiar representa el 66 % de las explotaciones rurales en la Argentina. Este sector, que provee una parte significativa de los alimentos que llegan a los consumidores, está conformado por un grupo heterogéneo de pequeños productores, cada uno con las particularidades y problemáticas propias de la región en que se encuentra y el tipo de actividad que desarrolla. Pero, en general, todos ellos comparten algunas características comunes: cuentan con pocas hectáreas y suelen valerse de la ayuda de animales de tiro para trabajar la tierra. Pero la tracción a sangre presenta diversos inconvenientes, como la necesidad de tener que destinar parte del terreno para su crianza y pastoreo, que no podrá utilizarse para la producción, así como la posibilidad de que los animales se enfermen o sean robados.
El estudiante de ingeniería mecánica Pablo González Táboas conoce de cerca estas problemáticas, por su trabajo en una cooperativa agraria que se dedicaba al diseño y fabricación de implementos agrarios. Por eso, cuando recibió las consignas del trabajo final de la materia Diseño 3D, de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Buenos Aires, no dudó en proponerles el tema a sus compañeros, que rápidamente se entusiasmaron con la idea.
“La consigna era realizar un proyecto que involucrase varias áreas de estudio a lo largo de la carrera, pero también había que pensar en un proyecto que cubriese una necesidad y que implicase un desarrollo en ingeniería, como culminación de la carrera”, comenta Damián Strata, uno de los estudiantes que participó en esta iniciativa.
Específicamente, se propusieron diseñar un tractor que cubriese las necesidades de los productores familiares. Debía ser un vehículo pequeño y fácil de trasladar para trabajar la tierra. “Como el caballo es su herramienta de trabajo, propusimos reemplazar la tracción a sangre y duplicar su productividad con un tractor de baja potencia que no existe en el mercado, accesible para el pequeño productor. Queríamos que fuese una máquina confiable, barata y fácil de reparar, con repuestos nacionales, para que el productor pueda apropiarse de esta tecnología”, destaca Strata.
Así, con software de diseño 3D concibieron una máquina autopropulsada de tiro, tipo tractor, de baja potencia –de nueve caballos de fuerza–, con una longitud de dos metros de largo y algo menos de un metro de ancho, a la que bautizaron DEP-Agro. Sus características la hacen una máquina considerablemente más chica que los tractores más pequeños disponibles en la actualidad, que son de 40 caballos de fuerza y están sobredimensionados para las superficies en las que trabajan este tipo de productores. Su tamaño también la vuelve fácilmente almacenable y transportable, por ejemplo, en una camioneta.
DEP-Agro tiene la potencia suficiente para funcionar en territorios de montaña (tiene tracción solo en las ruedas traseras) y su mantenimiento es sencillo, entre otras cosas, porque el 80 % de los insumos son locales. «No son de origen nacional los neumáticos tipo cuatriciclo que proyectamos, especiales para barro, y el motor de combustión mono cilíndrico, que puede ser diésel o naftero, según el proveedor”, dice Strata y advierte que la elección de importar esos materiales tiene que ver “con una cuestión de disponibilidad, puesto que no había fabricantes de neumáticos para esa medida al momento de proyectarlo. Quizás ahora podamos conseguir o cambiar el tamaño de las ruedas para poder incorporar un proveedor nacional”.
Es que, tras dos años de trabajo, este grupo de estudiantes que ahora está próximo a graduarse planea comenzar a materializar este mini tractor (cuyo costo de fabricación estimado es de 50.000 pesos), tras haber sido elegidos y distinguidos por la Secretaria de Políticas Universitarias, en la convocatoria Universidad, Diseño y Desarrollo Productivo .
«El premio consiste en un subsidio para la realización del prototipo, por un monto de 30.000 pesos», detalla Strata. Y agrega: “Esto superó nuestras expectativas, ya que no pensábamos que íbamos a poder fabricar este equipo. Es un lujo que no todos mis compañeros pueden darse, y estamos profundamente agradecidos, entusiasmados y motivados para poder hacerlo, verlo funcionar y que la idea prospere. El objetivo es poder ayudar a las familias que lo necesiten, ya sea vendiendo el producto o la idea para que alguien lo pueda fabricar en serie”.
10 mar 2016
Temas: Agricultura familiar, agroindustria, Ingeniería, Maquinaria agrícola, Mecánica, UTN