Lo que la pandemia nos enseñó

Un panel internacional de 386 especialistas elaboró una serie de sugerencias para que la COVID-19 deje de ser una amenaza a la salud pública mundial. El objetivo es que funcione como una guía para quienes toman decisiones y que permita una mejor preparación para enfrentar futuros problemas sanitarios globales.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS – La pandemia de COVID-19 ha pasado por diversas etapas desde su inicio hasta la actualidad. Hoy el mundo tiene acceso a vacunas –aunque de forma desigual–, se sabe qué medidas de prevención funcionan y se ha logrado trabajar de forma más articulada entre el sector científico y los tomadores de decisión. Sin embargo, si hoy se hiciera un balance global de los aprendizajes que nos deja esta pandemia, ¿cuáles serían? ¿Cuántos se mantendrán en el tiempo? ¿Estamos mejor preparados para enfrentar nuevas crisis sanitarias globales?

Con la idea de capitalizar experiencias y conocimientos, un panel de 386 expertos y expertas provenientes de 112 países (entre ellos, la Argentina) elaboró una serie de recomendaciones que buscan ser una hoja de ruta para que la COVID-19 deje de ser una amenaza para la salud pública mundial. El artículo, publicado ayer en la Revista Nature, es producto de un consenso logrado sobre 57 recomendaciones y 41 declaraciones agrupadas en seis ejes principales: prevención, sistemas de salud, inequidad, comunicación, tratamientos y vacunación.

“Hoy parece que la pandemia terminó y que no hay nada más que hablar al respecto. Por eso, que en este contexto Nature publique un consenso de estas características, permite poner nuevamente el tema sobre la mesa. La inequidad, uno de los ejes, sigue siendo un tema muy importante porque no todos los países lograron acceso a la vacunación, no se ha resuelto la cuestión de las patentes y se sigue priorizando una lógica de ganancia en las políticas de salud. Entonces, lo que se ve es que el mundo parece ir en una dirección contraria a muchos de los acuerdos que aparecen en este documento”, planteó el sociólogo Daniel Feierstein, uno de los autores, durante la presentación del documento a la prensa.

Andrea Pineda Rojas, Rodrigo Quiroga, Jorge Aliaga, Daniel Feierstein y Daniel Maceira.

Para los investigadores, hay varias razones por las cuales es importante seguir debatiendo y poniendo el foco sobre la pandemia de COVID-19. Entre ellas, la continua aparición de nuevas variantes y su propagación a nivel mundial; los riesgos asociados a la reinfección; las bajas tasas de vacunación en algunos países que pueden llevar a una caída de la inmunidad; y las consecuencias a largo plazo (como la llamada COVID prolongada) cuyo impacto aún no se conoce bien.

“En algunas cuestiones, más que aprendizajes hubo desaprendizajes. Por eso, tener un buen balance de lo ocurrido sirve para entender mejor qué se hizo bien y qué se hizo mal, y nos permite definir mejor hacia dónde queremos ir”, señaló Feierstein. Por su parte, el bioinformático Rodrigo Quiroga, otro de los autores del artículo, remarcó: “Son cosas que venimos diciendo en estos años pero lo contundente de este texto es que 386 expertos de todo el mundo piensan que esto se podría hacer mejor y que la planificación a mediano y largo plazo nos va a garantizar una mejor salud comunitaria”.

Además de Feierstein y Quiroga, participaron del trabajo otros tres investigadores argentinos, pertenecientes a distintos institutos del CONICET: Jorge Aliaga, Andrea Pineda Rojas y Daniel Maceira. El panel internacional estuvo compuesto por académicos, sanitaristas, representantes gubernamentales y de ONGs, entre otros expertos. Se utilizó la metodología conocida como estudio Delphi, donde un grupo de expertos responde un cuestionario con el objetivo de obtener consensos sobre un tema.

De esta manera, primero se plantearon una serie de declaraciones (pueden verse aquí) y recomendaciones (pueden verse aquí) sobre los seis ejes mencionados. Luego, cada experto fue aportando sus sugerencias y puntos de vista y, a partir de ahí, el listado se fue modificando. Tras varias rondas, quedaron las 57 recomendaciones y 41 declaraciones que mayor consenso obtuvieron.

Así, entre las principales recomendaciones, las y los expertos sugieren, por ejemplo, que “la preparación para pandemias y la planificación de la respuesta deben adoptar un enfoque de ‘toda la sociedad’ que incluya múltiples disciplinas, sectores y actores”. A su vez, recomiendan que se adopte un enfoque de coordinación multiministerial para identificar, revisar y abordar la resiliencia de los sistemas de salud.

Con respecto a la inequidad, en tanto, sugieren que “las organizaciones mundiales de comercio y salud deben coordinar con los países para negociar la transferencia de tecnologías que permitan a los fabricantes en los países de ingresos bajos y medios desarrollar vacunas y terapias accesibles y de calidad”. Además, apuntan que los países de ingreso alto deben reenfocar la distribución de las vacunas hacia países con bajas tasas de vacunación y acceso inadecuado a ellas.

Otras recomendaciones de los expertos son que los países adopten un enfoque de “vacunas plus”, que incluya una combinación de vacunas contra COVID-19 junto con medidas de prevención, tratamiento y apoyo económico; que el financiamiento gubernamental e industrial se dirija al desarrollo de inmunizaciones que proporcionen protección de larga duración contra las diversas variantes del SARS-CoV-2; y que las autoridades de salud pública se asocien con personas y organizaciones que sean confiables en sus comunidades para proporcionar información precisa y oportuna acerca de la pandemia.

“Algunas cosas pueden parecer obvias pero es importante remarcarlas porque muchas no se están haciendo. La Argentina, por suerte, sigue invirtiendo en sus dos vacunas de segunda generación, ARVAC y ARGENVAC, pero otros países no han hecho lo mismo. La idea es brindar una serie de recomendaciones factibles y tangibles que apuntan a planificar una solución a largo plazo porque no vemos que el abordaje actual permita pensar en un futuro mucho mejor”, sostuvo Quiroga.

Finalmente, los expertos también brindan una serie de declaraciones vinculadas a los aprendizajes obtenidos de la COVID-19 y que podrían servir para pandemias futuras. Algunas de ellas son: “El mundo no ha implementado un conjunto de estándares mínimos de respuesta a la pandemia acordados a nivel mundial y basados en evidencia que aborden el monitoreo, la prevención, el tratamiento y la atención”; y “los sistemas de salud continúan enfrentando una escasez anormal de personal debido a los impactos en la salud mental y física de sus trabajadores por la pandemia”. El listado completo de recomendaciones y declaraciones puede leerse en el artículo publicado en Nature.

“Creo que gran parte de las recomendaciones trascienden a la COVID-19. Hay medidas estructurales, como la filtración del aire, que se pueden mantener más allá de esta pandemia”, indicó Pineda Rojas. Y Aliaga agregó: “Si bien esta pandemia todavía está vigente, seguramente muchas recomendaciones se podrán extrapolar a situaciones que vamos a tener en el futuro. Por eso, aunque muchas sugerencias puedan sonar básicas, es necesario seguir reflexionando sobre estas cosas”.


04 nov 2022

Temas: COVID-19, Pandemia, Política sanitaria, Salud

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