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Agencia TSS – Durante 45 años, en su búsqueda por restituir la identidad de los niñas y niños desaparecidos durante la última dictadura militar, las Abuelas de Plaza de Mayo fueron recolectando recortes de diarios, revistas y otras publicaciones relacionadas con la búsqueda que realiza esta organización. Así lograron elaborar un archivo que hoy cuenta con más de 20.000 documentos, que fueron escaneados y digitalizados, y que se han convertido en una fuente de consulta fundamental para la formación y la investigación en el área de los derechos humanos.

Sin embargo, tal como está conservado en la actualidad, el registro continúa siendo poco accesible para realizar búsquedas diferenciadas. Por eso, Abuelas de Plaza de Mayo, la Fundación Sadosky y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), con la colaboración del equipo informático de la Procuración del Tesoro Nacional, lanzaron el desafío Inteligencia Artificial (IA) por la Identidad, mediante la cual se busca desarrollar un software que digitalice y transcriba el archivo periodístico de Abuelas de Plaza Mayo, para hacerlo más accesible.

“Necesitamos desarrollar un sistema que permita encontrar qué es cada cosa en esos recortes de diarios, que son variopintos, que se pueda reconocer ‘esto es un título’, ‘esto una foto’ y ‘este el epígrafe’, y que separe los textos de cada uno de esos elementos para poder realizar búsquedas detalladas en ellos”, ejemplifica Fernando Schapachnik, director ejecutivo de la Fundación Sadosky.

“IA por la Identidad” es una iniciativa en el área de informática y aprendizaje automático destinada a estudiantes de Computación, Ciencias de Datos y carreras afines, que pueden participar de manera individual o en equipo. A diferencia de otras competencias tradicionales, si bien habrá premios y distinciones, este “desafío” también busca promover el trabajo cooperativo y la colaboración entre los participantes. Para ello, por ejemplo, habrá instancias de encuentros semanales y énfasis en el trabajo grupal y colaborativo.

“Es un excelente uso de la inteligencia artificial: no solo ayudará a que Abuelas disponga de esta herramienta, sino que, al hacerlo como competencia para estudiantes, es una manera de llegar a una generación expuesta a discursos negacionistsa y recordarle la memoria de nuestro país. Además, puede llegar a los hijos de los nietos, que son a quienes las abuelas están tratando de llegar, porque son ellos los que les dicen a sus padres que se animen a resolver dudas sobre su identidad”, destaca Schapachnik.

Para llegar a esta propuesta, fue esencial conocer el desarrollo que habían hecho en la Procuración del Tesoro Nacional, que es el órgano superior del Cuerpo de Abogados del Estado; los servicios jurídicos de cada Ministerio y ente de la Administración Pública Nacional. En ese organismo digitalizaron los edictos judiciales desde el año 1930 con un software que, combinando herramientas, logró conservar textos que eran poco legibles debido a su antigüedad. Pero esto no era suficiente para resolver las necesidades de Abuelas, ya que en el caso de la Procuración, los documentos digitalizados mantienen todos el mismo formato, mientras que en el caso de los recortes periodísticos, el formato y la diagramación es diferente en cada uno de ellos.

“Es importante potenciar la idea del software como activo estratégico público. Si la Procuración del Tesoro no hubiese desarrollado y difundido la herramienta que hicieron, esto no hubiera sido posible. Y, si en vez de desarrollar esta herramienta, la Procuración hubiese contratado un producto, hoy no podríamos montarmos sobre esa herramienta y dar el salto de calidad que pretendemos”, destaca Schapachnik.

Además de cederle el desarrollo que obtengan a Abuelas, la Fundación también podrá cederla a cualquier otro organismo público que la necesite. “Me parece interesante ir construyendo esta infraestructura tecnológica pública que no solo sirva para replicar, sino que cada cosa que se hace es un escalón para resolver problemas más sofisticados”, destaca el funcionario.

El año pasado, por ejemplo, el MINCyT lanzó la iniciativa PoblAr, que buscaba desarrollar un registro de las variedades génicas del país. Entonces, desde Fundación Sadosky hicieron una extensión del software de Genética Forense (GENis), un sistema para manejo de datos genético que habían desarrollado previamente y que ahora incluye un módulo de búsqueda de personas desaparecidas, que está siendo instalado en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). “Son casos virtuosos de infraestructura pública digital. En vez de ser el Estado bobo que paga varias veces por lo mismo, gracias a que el Estado ya tenía estos desarrollos podemos usarlos en más de una oportunidad e ir ampliándolos para futuras necesidades”, considera  Schapachnik.

Esta no es la primera vez que Abuelas de Plaza de Mayo van en busca de una tecnología para lograr un objetivo, y esta iniciativa también se inscribe en una larga tradición con el fin de encontrar a los 400 nietos y nietas que no han aparecido. “Antes ya habían desarrollado el índice de abuelidad, que es la base del funcionamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos, que surge de las abuelas golpeándole la puerta a la comunidad científica y hoy se usa en todo el mundo”, ejemplifica Schapachnik.

Para participar de este desafío hay tiempo para inscribirse hasta el 26 de marzo. Se puede hacer de manera individual o en equipos, a través de este link. Por ahora, la edad permitida es de 18 a 25 años pero los organizadores también están evaluando la posibilidad de ampliar el rango de ese requisito, para que estudiantes de escuelas técnicas también puedan participar de la iniciativa. Los premios para los tres desarrollos destacados serán notebooks de distintas características para cada integrante de los equipos ganadores, según el puesto que hayan obtenido.