Ganado que preserva el agua

Un estudio de la Universidad Nacional de San Luis encontró una interacción positiva entre la ganadería y la flora y fauna nativa en el área semidesértica de la zona noroeste de esa provincia. En un ambiente donde el agua escasea, el tránsito del ganado genera una huella que permite alimentar con agua de lluvia las lagunas artificiales creadas por los productores.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – Un trabajo publicado por el Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Matemáticas Aplicadas de la Universidad Nacional de San Luis (UNLS) descubrió una interacción positiva entre la ganadería y la flora y fauna nativa en el área semidesértica de la zona noroeste de San Luis. Estos ambientes, que suelen están cubiertos por bosques secos de quebracho blanco y algarrobo dulce parecidos a los de los llanos riojanos, son lugares donde el agua escasea ya que las napas se encuentran a unos 100 metros de profundidad, por lo que no es económicamente viable la perforación. Además, donde aflora el agua no se suelen formar lagunas sino salinas.

Como forma de adaptación para llevar a cabo actividades agropecuarias, los productores realizan lagunas artificiales de media hectárea de superficie y unos dos metros de profundidad que están rodeadas de terraplenes y solo tienen una abertura por donde ingresa el agua de lluvia que escurre por el terreno. Las vacas o cabras que viven en el lugar caminan todos los días desde el monte adonde pastorean hasta la laguna adonde van a tomar agua, lo que genera caminos angostos, erosionados y con poca capacidad de infiltración, por donde luego el agua de lluvia es conducida a la laguna y así se genera una cosecha de agua más importante.

Otra particularidad que constataron los investigadores es que en los costados de la laguna, adonde están los terraplenes, crecen árboles más grandes que en los alrededores, ya que tienen más acceso al agua. Algarrobos, talas, quebracho blanco y otras especies locales se ven beneficiadas por las lagunas. También se han visto huellas de pumas, jabalíes y otros animales salvajes que se acercan a tomar agua.

Esquema gráfico sobre cómo la circulación del ganado en torno a la represa altera la circulación superficial del agua en estas regiones llanas. Gráfico: Gentileza Patricio Magliano.

El pisoteo de las vacas genera caminos que luego se convierten en canales por donde circula el agua de lluvia que, al igual que las vacas en su recorrido diario, se dirigen a la laguna, y así alteran la circulación normal del agua y permiten que se mantenga en la superficie sin llegar a las napas más profundas. Esta retroalimentación positiva se ha encontrado en lagunas artificiales cada 1200 hectáreas en el noroeste de San Luis y el sur de La Rioja. Estas lagunas con forma de herradura tienen una entrada que sufre el sobrepastoreo y pisoteo intensivo de los animales pero en los otros lados se advierte una mayor vegetación que la habitual.

El autor del estudio es el doctor en Ciencias Agrarias Patricio Magliano, del Instituto de Matemáticas Aplicadas de la UNLS y el CONICET, quien le dijo a TSS: “En los alrededores de la laguna, en las paredes de contención con tierra que hacen los productores para contener el agua en las lagunas, suelen crecer árboles de mayor porte. Por ejemplo, los algarrobos, los quebrachos, o los tala que están en el medio del monte crecen a tasas muy lentas, subordinadamente, y cerca de las lagunas alcanzan un porte mucho mayor, son mucho más vistosos, generan más sombra y la gente siempre nos dice que los valoran un montón. Ese porte que alcanzan es gracias a que pueden acceder al agua de la laguna”.

Comparación entre un sendero de vaca medido cerca y lejos de la represa. El cambio de sección se atribuye al mayor tránsito cerca de la represa y se propone la hipótesis de que estos senderos actúan como ríos durante las tormentas de verano. Gráfico: Gentileza Patricio Magliano.

Este tipo de reservorios de agua no se da naturalmente en el lugar pero sí en otras zonas del planeta. “En la región en la que trabajamos nosotros no se da esto de forma natural porque son muy pocos los lugares donde se puede encontrar agua y si no fuera por estos sistemas no podría haber producción agropecuaria. En lugares de África, adonde sí se encuentra este sistema, en el sur del Sahara, hay un efecto de pisoteo de grandes mamíferos como elefantes y rinocerontes, que también generan este fenómeno alrededor de lagunas naturales. Creemos que se dio el mismo efecto de forma totalmente natural y evolucionó con el sistema. Es una hipótesis que todavía no pusimos a prueba pero consideramos que los productores, sin saberlo, terminaron recreando un ambiente natural africano, y para nosotros esta es una clave de por qué terminan funcionando tan bien en el área noroeste de San Luis. Es un sistema que la naturaleza se ocupa de mantener y se convierten en un refugio de biodiversidad de la región”, explicó Magliano.

Según el investigador, “en estos lugares vemos que hay rodeos que consumen vegetación local y a veces implantada, pero adentro del monte y con cosecha de agua de lluvia. Es algo que genera un sistema de baja rentabilidad pero de baja intensidad sobre el sistema y permite seguir conservando los quebrachos, los algarrobos, los suelos, que no están afectados por erosión eólica ni hídrica, y son sistemas sostenibles. Las vacas terminan ayudando a conseguir agua sin dañar el ecosistema. La única manutención que hay que hacer es remover los bancos que se forman cada diez años porque junto con el agua que se escurre también corre sedimento. Pero es algo que no representa un costo alto”.

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