Investigadores que quedaron en la categoría “pendientes” en la última evaluación para ingresar al CONICET denuncian discriminación etaria a pesar de que una ley eliminó esa restricción. Científicos nucleados en la Red de Afectadxs continúan en conflicto y advierten sobre irregularidades en la convocatoria actual. Ayer se supo que en noviembre se efectivizarán 450 ingresos correspondientes a 2017.
Agencia TSS – Ni aprobados, ni rechazados: “pendientes”. Esa fue la categoría que estrenaron 411 científicos y científicas que fueron doblemente recomendados para ingresar a la Carrera de Investigador (CIC) del CONICET en diciembre de 2017 pero no pudieron entrar por tener más de 35 años. Sin embargo, dos meses antes y en respuesta a una lucha que viene desde hace años por parte de la. comunidad científica, se había promulgado la Ley 27.385, que eliminó un decreto de la dictadura que imponía el límite de edad. A pesar de esto, las autoridades de CONICET decidieron catalogar a estos casos como “pendientes” de resolución y prometieron realizar una nueva evaluación durante 2018.
“El argumento fue que no pudieron adecuarse a tiempo a la ley porque la evaluación había comenzado en marzo”, le dijo a TSS Maximiliano de la Puente, doctor en Ciencias Sociales y uno de los “pendientes”. Los científicos reclaman que no los dejaron ver los dos dictámenes emitidos en diciembre (por la Comisión Asesora y la Junta de Calificación del CONICET) hasta que no se produjera la nueva evaluación. En julio, volvieron a tratar los casos pero solo autorizaron el ingreso de 50 investigadores. “Nos mandaron los cuatro dictámenes juntos y es muy burdo lo que hicieron: en la mayoría de los casos copiaron y pegaron los de diciembre, sacando la parte que hablaba de restricción etaria porque ya no podían obviar la ley. Eso da cuenta de que no hubo una nueva evaluación”, señaló de la Puente.
Tampoco les permitieron ver los expedientes, por lo que los científicos no saben qué criterios se utilizaron para permitir el ingreso de apenas el 12% de los afectados y rechazar al resto. “Varios gerentes del CONICET nos han negado las reuniones que pedimos. Ellos consideran que la situación de los pendientes está resuelta pero está lejos de ser así. Mientras no podamos ver el expediente, lo que nos habilitaría a efectuar un pedido de reconsideración, el proceso administrativo no está terminado”, sostuvo el investigador.
Los 411 científicos que se toparon con este problema en diciembre se organizaron en torno a la Comisión contra la Discriminación Etaria en Ciencia, un grupo de colegas que viene luchando desde nueve hace años por eliminar la restricción de edad para ingresar a CONICET. Antes de que se promulgue la nueva norma, el tope para entrar a la categoría más baja (investigador asistente) era de 35 años. “Lo que sospechamos es que se volvió a implementar un criterio de discriminación de edad, solo que esta vez de manera encubierta, porque mas allá de que exista una ley que elimine los topes etarios, hay una cultura instalada en el ámbito científico de promover el ingreso de científicos más jóvenes que no es tan fácil de erradicar”, indicó de la Puente.
Ahora, los científicos enfrentan una nueva desventaja: la convocatoria de este año para ingresar a la CIC cerró en mayo, pero ellos recién pudieron presentarse después de que se comunicaron los resultados de la “nueva” evaluación, en julio. Por ende, su proceso evaluatorio comenzó más tarde que el del resto. Mientras, la situación de estos trabajadores es crítica: algunos pudieron conseguir alguna prórroga de sus becas, otros se sostienen con tareas de docencia y otros directamente están sin trabajo. A los problemas específicos de este grupo se le suma la crisis generalizada del sistema científico, agravada por el hecho de que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) fue degradado al rango de secretaría.
Para de la Puente, este no es el primer conflicto que enfrenta en el intento por ingresar a la carrera de investigador. El investigador también forma parte de la Red de Afectadxs 2016, que se creó para nuclear a los 500 científicos que habían sido recomendados para ingresar a a fines de ese año pero no entraron por una reducción inesperada de las vacantes prometidas. Tras un año de conflicto que incluyó dos tomas del MINCYT, a través de un convenio con la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) se implementó un programa por el cual gran parte de los afectados fue reubicada en universidades nacionales con un contrato docente a concursar a dos años, como jefes de trabajo práctico (JTP) con dedicación exclusiva. De la Puente, que investiga problemáticas vinculadas al teatro y la memoria en el período de posdictadura, ingresó a la Universidad Nacional de Moreno por el programa pero deberá volver a concursar el cargo el año que viene.
La doctora en Letras Guadalupe Maradei, también integrante de Afectadxs 2016, está en la misma situación: “Si concursamos y perdemos, nos quedamos sin trabajo otra vez. Además, el salario de JTP es menor que del CONICET como investigador asistente. Entonces, cobrás menos e investigás menos, porque tenés que dedicar más horas a docencia y eso complica dar continuidad a las líneas de investigación que veníamos trabajando”. Maradei recuerda que en la convocatoria de la CIC 2018 se volvieron a reducir las plazas destinadas a temas libres: solo habrá 150 vacantes. En tanto, otras 150 se destinarán a temas estratégicos, cuando hasta hace unos años la proporción era 75% para temas libres y 25% para estratégicos.
Los investigadores nucleados en la Red de Afectadxs sacaron un documento titulado “Crece la discrecionalidad en CONICET”, en el que denuncian irregularidades en una convocatoria lanzada recientemente. “Hace unas semanas se publicó una convocatoria destinada a algunas universidades nacionales con 174 vacantes, es decir, más que las 150 destinadas a los temas libres, que deben repartirse en 25 comisiones asesoras disciplinarias. Tampoco están claros los criterios que van a utilizar”, sostuvo la investigadora.
En ese reclamo también participan los científicos que forman parte de los Afectadxs 2017, quienes están en una situación de mayor precariedad que el grupo del año anterior. El doctor en Lingüística Gabriel Dvoskin, integrante de este colectivo, explicó: “El conflicto ni siquiera es reconocido por el directorio del CONICET. Pasamos todas las instancias de evaluación y hasta ahora no tuvimos noticias de los pedidos de reconsideración que hicimos. Tampoco nos admiten en las mesas de negociación. Nosotros seguimos movilizados y reclamamos el ingreso a carrera”.
Ayer, el CONICET comunicó que los 450 ingresos correspondientes a la Convocatoria 2017 se harán efectivos recién a partir del próximo 1º de noviembre. Para Dvoskin, “todo el procedimiento que hicieron con la generación de la categoría de Pendientes, Afectadxs 2017 y Afectadxs 2016 fue para fragmentar el reclamo y que el conflicto pierda visibilidad. No reconocen el problema de haber formado recursos humanos que ahora están tirando al tacho”. De esta manera, los científicos aseguran que no desistirán en sus reclamos. Este jueves 27 participarán de la mesa de becarios que se realizará en el Polo Científico Tecnológico y harán un “Carpetazo contra el cajoneo de la ciencia”. Se trata de una acción performática que se va a replicar en todo el país, con pedidos de expedientes, como ya vienen haciendo, pero a través de una acción colectiva y pública.
27 sep 2018
Temas: Becarios, CONICET, MINCyT, Política científica y tecnológica, Red Federal de Afectados, SPU
2 comentarios en “CONICET: Científicos en la pendiente”-
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Carlos D'Attellis
(28/09/2018 - 11:34)Me gustó un cartel que decía: Barañao, ¿ y si te vas vos?
Carlos D'Attellis
(12/10/2018 - 13:04)Sobre uranio natural o enriquecido y el articulo publicado. El liberalismo argentino actuó contra el pais desde viejos tiempos. Lo volverá a hacer. Lo está haciendo.