Investigadores y estudiantes de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Villa María diseñaron un brazo articulado que se puede unir a una silla de ruedas para sostener una tablet que le permite comunicarse a un paciente con cuadriplejía. Fue desarrollado para ser acomodado en diferentes posiciones según la actividad que esté realizando el usuario a lo largo del día.
Agencia TSS – La carrera de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) tiene un Laboratorio de Prototipado Rápido que da servicios a los estudiantes pero también tiene mucha actividad de extensión en su zona de influencia, y con frecuencia reciben demandas de la sociedad y del sector industrial.
A ese laboratorio se acercó un grupo interdisciplinario de terapistas de la ciudad de San Francisco para plantear una necesidad de diseño para uno de sus pacientes, Diego, quien se traslada en silla de ruedas y utiliza una tablet en la que escribe y que luego verbaliza sus palabras. Diego solo podía manipular la tablet cuando estaba frente a una mesa o una superficie rígida, ya que no tiene motricidad fina y los soportes disponibles en el mercado le resultaban muy engorrosos y no le permitían independencia a la hora de sentarse a una mesa para comer o cambiar de actividad.
Pablo Ambosini, coordinador de la carrera de Diseño Industrial de la UNVM, le dijo a TSS: “Hicimos muchos estudios ergonómicos acerca de los alcances y los movimientos de Diego. Analizamos su rutina desde que se levanta hasta que se va a acostar, adentro del hogar, en el transporte y en todos los lugares por donde suele circular. Con eso generamos los requerimientos e hicimos propuestas de diseño. Vimos que los antecedentes que se encontraban en el mercado no se adaptaban a su silla de ruedas, que es permanente. Entonces empezamos a diseñar y salieron las primeras ideas, que se materializaron en maquetas de estudio”.
El resultado fue un dispositivo simple, funcional y robusto, cuyos planos están publicados para todo aquel que quiera replicarlo el diseño. Los materiales elegidos para el desarrollo son de fácil acceso, como caños de acero y chapa, más algunas piezas realizadas con impresión 3D. “Seguimos en contacto con Diego de manera continua para hacer un diagnóstico de este brazo articulado, que por suerte está dando muy buenos resultados. A partir de esto y de la exposición que tuvo en los medios llegaron muchas demandas al taller de prototipado y es algo que nos enorgullece”, contó Ambrosino.
El brazo necesitaba soportar el peso de la tablet, las dificultades de manipulación de Diego, las vibraciones al trasladarse en transporte público, y ser lo suficientemente resistente para un uso diario. A la vez, necesitaba tener movilidad en tres ejes para poder adaptarse a las diferentes actividades que Diego encara durante el día. Si bien el diseño se pensó para un usuario con cuadriplejía espástica, podría ser adaptado para otro tipo de patologías.
El equipo de trabajo no recibió una remuneración extra por este trabajo y todos lo materiales usados eran parte del taller de prototipado. El diseño estuvo a cargo de Pablo Ambosino, coordinador de la carrera de Diseño Industrial; Martín Bordese, encargado del taller de Prototipado; la fonoaudióloga María Cecilia Alberto; el kinesiólogo Juan Pablo Fernández; el enfermero Marcelo Jorge Olmos; la acompañante terapéutica Daiana Paola Martínez; la terapista ocupacional Silvina Paola Galiano; y también por Jeremías Olmos, Natalia Manassero, Susana Biancotti y Luis María Saldivia. Diego, como usuario del desarrollo, formó parte durante todo el proceso.
“Diseño Industrial no es una carrera enclaustrada, sino que siempre se está escuchando y viendo qué es lo que pasa afuera para ver cómo podemos aportar algo a la sociedad. Es un proyecto colaborativo y el único fin que tiene es tratar de dar respuesta a quien tiene una necesidad”, dijo con orgullo Ambrosino.
17 sep 2020
Temas: Cuadriplejía, Discapacidad, Diseño, Diseño industrial, Medicina, Salud, Transferencia tecnológica, UNVM, Vinculación
