Una empresa de productos gourmet no conseguía el equipamiento necesario para su producción. Buscaron apoyo para fabricarlo en la Argentina y evitar importarlo. Además, comenzaron a cultivar su principal materia prima: los granos de mostaza.
Agencia TSS – “En la Argentina hay capacidad intelectual; entonces, nos juntamos para desarrollar la maquinaria que necesitamos”, sostiene Mariano Carballo Vázquez, uno de los socios gerente de Arytza, una empresa de elaboración de aderezos y mostazas que, desde sus orígenes en el año 2003, fue concebida con una impronta de producción local. Por eso, la mayoría de los ingredientes que utilizan son nacionales y, como no conseguían la maquinaria que necesitaban para mejorar sus procesos productivos, buscaron apoyo para fabricarla en la Argentina y así evitar importarla. La razón, según Carballo Vázquez, es que los equipos que existen en otros países son complejos, costosos y están pensados para empresas más grandes y de otras características.
Por eso decidieron trabajar sobre sus propios desarrollos y, para lograrlo, por un lado consiguieron apoyo financiero a través de Aportes No Reembolsables (ARN) –que recibieron en 2012, tanto del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como del gobierno Nacional- y por otro, encontraron a un ingeniero dispuesto a aceptar el desafío: el dueño de una empresa mendocina que se especializa en la fabricación de maquinaria para el sector de alimentos, denominada De Blasi.
“Fuimos uniendo los conocimientos del proveedor que iba a hacer la maquinaria con los nuestros, en base a lo que necesitábamos y a los procesos de producción artesanal que ya conocíamos, porque ellos están acostumbrados a hacer un tipo de máquina que trabajaba de una manera totalmente diferente a lo que necesitábamos”, explica Carballo Vázquez y destaca la “predisposición excelente” del dueño de la empresa, ya que debieron hacer reiteradas pruebas y ensayos hasta lograr los resultados deseados.
Así lograron diseñar y desarrollar varios equipos entre los que se destacan una mezcladora y una tamizadora, ambas de acero inoxidable, que se adaptan a los procesos y al tamaño particular de los contenedores que usa la empresa durante la elaboración. “Además, armamos carros con rueditas para cada uno de los productos, por un tema de limpieza y espacio”, puntualiza Leandro Merlo, el otro socio gerente de este emprendimiento.
Sabores locales
Arytza fabrica “productos argentinos totalmente artesanales, sin aditivos y/o conservantes artificiales”, que se elaboran con ingredientes que crecen en estas latitudes: entre el 80 y el 90 por ciento de ellos son cultivados en la Argentina y solamente la cúrcuma y la canela son importadas. Incluso, “antes también importábamos la mostaza, pero hace un tiempo decidimos tener nuestros propios cultivos”, afirma Merlo. Actualmente, cosechan la variedad negra de estas semillas en un campo en la provincia de Santa Fe.
Con estas materias primas, la empresa elabora 12 tipos de aderezos y mostazas diferentes, en todos los casos libres de gluten -y por eso aptos para el consumo de celíacos-, que se logran mediante procesos de fabricación que cumplen con las normas de elaboración Kosher-Parve, un tipo de certificación que se asocia con buenas prácticas de higiene y calidad.
Estas características les permitieron posicionarse en el sector gourmet local y conquistar otros mercados, como Chile, Estados Unidos y los países escandinavos, aunque por el momento las exportaciones todavía son mínimas (representan menos del 10 por ciento de la producción total).
La firma ya está trabajando en la instalación de una nueva planta de elaboración de alimentos en la zona alta de Neuquén, al sur de la Argentina, en la cual utilizarán fuentes de energía sustentables y productos típicos de la zona. “Es cerrar un poco el círculo en el que venimos avanzando en cuanto a lo que es producción primaria y elaboración. Vamos a seguir en la misma línea de aderezos, pero con un proyecto de producción no convencional, alimentados con energía eólica y solar en la proporción que esas energías nos brinden”, adelanta Merlo, y prefiere no revelar más detalles hasta que la planta esté lista para entrar en funcionamiento.
18 jul 2014
Temas: Alimentos, Argentina, Desarrollo local, Energías renovables, Sustitución de importaciones