Ciencia ciudadana en el Riachuelo

Se presentó la plataforma ¿Qué Pasa Riachuelo? durante el primer Encuentro Nacional de Ciencia Ciudadana que se realizó en el MINCYT, donde también se presentaron otros proyectos que cuentan con el involucramiento de personas no especialistas que aportan datos y experiencias para generar conocimiento colectivo.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – ¿Qué pasa Riachuelo? (QPR) es una plataforma de monitoreo del plan de saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo, que se alimenta a partir de relevamientos realizados por ciudadanos. Se basó en un proyecto de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), creada en 2014, y que luego fue adaptado para que cualquier persona pudiera volcar sus datos y observaciones, en este caso sobre cómo avanzan las obras de remediación de un territorio con altos índices de contaminación.

La plataforma permite acceder a un mapa que tiene la información de acceso público generada por los organismos de control, para poder democratizar su circulación y facilitar el intercambio de información. Y también se ha convertido en un medio para compartir acciones comunitarias relacionadas a la cuenca. Buena parte de esta información tiene que ver con la relocalización de hogares que vivían en barrios de emergencia a la vera del río, con la calidad del agua y otros indicadores ambientales.

El diseño de la plataforma fue hecho por los investigadores del proyecto y los actores que intervienen, como vecinos y organizaciones sociales, que luego usarán los datos en forma conjunta. Así fue como se armó una “coalición de conocimiento” de la que participan áreas académicas, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), actores sociales, y ejecutores de la política pública, como municipios. La directora del proyecto, Guillermina Actis, le dijo a TSS:“Queríamos que en algún momento estos datos pudiesen volver al sector público y que esas experiencias sean conocidas. El año pasado hicimos un estudio, desde el CENIT, en el que vimos que hay potencial para que las áreas ambientales de Gobierno puedan reconocer el potencial de la ciencia ciudadana como un medio para vincularse con la sociedad. Esperamos que usen los datos pero también que se habilite la participación y los espacios de discusión comunitaria sobre las soluciones posibles a los problemas ambientales, para que se conviertan en un mecanismo de democratización de la política pública”.

La plataforma permite acceder a un mapa que tiene la información de acceso público generada por los organismos de control, para poder democratizar su circulación y facilitar el intercambio de información. Y también se ha convertido en un medio para compartir acciones comunitarias relacionadas a la cuenca.

A partir de los datos obtenidos en estos relevamientos, también se logró trabajar con algunas instancias de la Justicia, como las defensorías. En los casos de reurbanización o relocalización, se acompañaron los procesos de las mesas de trabajo y la plataforma logró funcionar como una memoria para los actores comunitarios.

El financiamiento principal del proyecto provino de la Unión Europea y terminó a fin del año pasado. Ahora, tuvieron la aprobación del subsidio del Programa de Fortalecimiento de Proyectos Institucionales, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. También se está buscando la vinculación con universidades interesadas en este tipo de proyectos.

“Entendimos desde el principio, por este vínculo con los actores, que la ciencia ciudadana para nuestro caso no era un acto de cargar datos de una persona, sino que, al tratarse de una problemática social, necesariamente el compartir información también iba a ser de manera comunitaria. Entonces trabajamos para entender qué organizaciones comunitarias o locales podían, a través de sus actividades y agendas en el territorio, incorporar el uso de esta plataforma para potenciar las actividades que tenían. Trabajamos con bibliotecas populares, que encontramos que es un actor clave por su emplazamiento en el territorio y por las actividades que realizan vinculadas a información ,y porque además podían garantizar algún tipo de infraestructura en términos para conectividad”, explicó Actis.

Los trabajos en la cuenca Matanza Riachuelo se están realizando en forma más intensa en Valentín Alsina y Lanús. También hubo trabajos de difusión en otros puntos de la cuenca y el nuevo financiamiento se usará para expandir su uso en aspectos como la educación ambiental, una demanda que surgió del diálogo con las comunidades involucradas.

«Trabajamos con bibliotecas populares, que encontramos que es un actor clave por su emplazamiento en el territorio y por las actividades que realizan vinculadas a información», dijo Actis.

“Hoy estamos trabajando el vínculo con docentes para que puedan usar la plataforma y que tengan herramientas didácticas para planificar actividades con los alumnos. Estamos desarrollando un taller con docentes de La Matanza de todos los niveles, con enfoque en ciencia ciudadana y para capacitarlos en el uso de QPR”, dijo Actis, quien tomó la dirección del proyecto, que anteriormente estuvo a cargo de Valeria Arza. También forman parte del proyecto Leticia Castro, Jeremías Fabiano, Catalina Sigman (del lado de CENIT/UNSAM), y por la FARN colabora Marcela Laroca Ruiz, además de múltiples actores comunitarios.

Como resultado del Mapeo de Iniciativas de Ciencia Ciudadana Argentina que el MINCYT realiza en alianza con PNUD Argentina, se identificaron más de 90 proyectos en curso en la actualidad, con la participación de 45.000 personas, entre investigadoras/es e integrantes de la sociedad civil.

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