El abandono del Riachuelo

El Ministerio de Capital Humano de la Nación anunció que no renovará los contratos de ACUMAR con las cooperativas que hacen la limpieza de la cuenca Matanza Riachuelo en territorio bonaerense, y que trasladará esa responsabilidad al Gobierno provincial. El organismo no paga a los cooperativistas desde abril, aunque está obligado por la sentencia de la causa Mendoza. Desde la institución también alertan por más de 80 despidos.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – En protesta por la falta de pago a las 56 cooperativas que realizan limpieza en la cuenca Matanza Riachuelo, el pasado martes 28 de mayo, los trabajadores de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) y representantes de esas cooperativas hicieron una protesta frente al edificio de este organismo, el ex YPF de la calle Esmeralda, en el microcentro porteño, con radio pública y múltiples oradores, entre los que estuvo Beatriz Mendoza, iniciadora de la causa que impulsó la creación de ACUMAR. El organismo no paga a los 1600 cooperativistas desde abril y pretende trasladar esa responsabilidad al Gobierno bonaerense, aunque está obligado por la sentencia de la causa Mendoza, dictada por la Corte Suprema de Justicia en 2008.

En el año 2004, un grupo de personas lideradas por Mendoza presentaron una demanda contra el Estado Nacional, el de las provincia y ciudad de Buenos Aires, que luego fue ampliado a otros 14 municipios, por la contaminación del Riachuelo y las consecuencias de salud que generaba en los habitantes de la cuenca. En 2008, la Corte Suprema dictó una sentencia en la que se creaba un fondo de financiamiento para el saneamiento de la cuenca. ACUMAR es un ente autónomo, autárquico e interjurisdiccional creado a partir de entonces para cumplir con el fallo judicial y está integrado por los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el acto hubo múltiples oradoras y oradores, entre quienes estuvo Beatriz Mendoza (foto), iniciadora de la causa que impulsó la creación de ACUMAR.

Durante los últimos 20 años, se llevó adelante la tarea de limpieza de márgenes, remoción de barcos abandonados, monitoreo de la contaminación de las empresas y un programa de readecuación industrial, que se vieron reflejados en una mejora del río y sus afluentes. Aunque con avances dispares dependiendo del interés y los recursos destinados por el gobierno de turno, siempre existió un monitoreo de la cuenta a partir de los informes pedidos por la Corte Suprema, que también exigió acciones concretas. En los meses que lleva en funciones el actual Gobierno todavía no hubo presentaciones de la Corte.

En la protesta del martes pasado, hubo presencia policial pero se acordó no cortar la calle. Se realizó un acto en el que hablaron representantes de las cooperativas como Doris Pérez, del barrio Nicol, de Virrey del Pino. El barrio tiene ese nombre porque no tiene ni colegios, ni colectivos.

En total, en la provincia de Buenos Aires trabajan 56 cooperativas vinculadas a ACUMAR con 1600 trabajadores que estaban cobrando 156.000 pesos, pero hace poco pasaron a cobrar 78.000 y ya no cobran desde abril. “Nosotros hacemos la limpieza del arroyo Morales, que es un afluente del Matanza-Riachuelo. Nos metemos y sacamos lo que hay en el río, que hasta han sido cuerpos humanos. También cortamos el pasto de las márgenes y cuidamos las plantas para que haya oxigenación del río. Antes todo el barrio se inundaba con las lluvias pero ahora que está limpio no pasa más”, le contó Pérez a TSS. Ella hace 15 años que hace este trabajo en la cooperativa 204, junto a otras 25 personas.

«En Salud éramos cerca de 200 personas pero hay más de 100 intimados y ya despidieron a 60. En todo ACUMAR hay más de 80 despidos», dice Mendez.

Lily Galeano, de la cooperativa 203, le dijo a TSS: “Somos una cooperativa de saneamiento y reciclado y ahora Nación quiere desentenderse del trabajo en el río y tirarle el fardo a la provincia, por más que está obligada por el fallo de la Corte. Se dice que las cooperativas de la ciudad van a seguir trabajando acá y sabemos que ellos siguen cobrando. Igual, a nuestros barrios no pueden mandar empresas tercerizadas como nos amenazaron, porque nadie que no sea del barrio va a entrar ahí, es peligroso”.

El área de Salud de ACUMAR fue la más afectada por los despidos, ya que sus trabajadores están en el territorio en contacto con los vecinos y sin ir a las oficinas de microcentro. Sergio Mendez, integrante del área de Salud, le contó a TSS: “Siempre trabajé en la Firección de salud, entré como encuestador y ahora estoy en zoonosis. Con la nueva gestión nos inventaron faltas. A mi me inventaron 173 faltas en 2023 cuando solo falté un día y justificado. Somos muy pocos en zoonosis y no podemos andar faltando, además de que la gestión anterior no registró ninguna falta injustificada. En zoonosis siempre sacamos fotos de los animales que atendemos por si tienen alguna enfermedad y además yo me dedico a la parte de registro de vectores, sobre todo de mosquitos. Participé en cuatro congresos en todo el país, hice investigaciones, tengo registros de todo. En Salud éramos cerca de 200 personas pero hay más de 100 intimados y ya despidieron a 60. En todo ACUMAR hay más de 80 despidos. Yo hace 12 años que trabajo y a muchos con la misma antigüedad que yo los han despedido sin pagar ni las indeminzaciones. Un compañero está en tratamiento oncológico y fue despedido, uno de los mejores veterinarios que conozco, que se lleva muy bien con la gente del territorio, que se encarga de muchas cosas y siempre anda con su riñonera cargando cosas propias para solucionar problemas. Nunca faltó y hoy se quedó sin trabajo, sin indemnización y sin obra social”.

Con los avances en la limpieza comenzaron a aparecer pájaros y tortugas en las aguas del Riachuelo. Foto: ACUMAR.

En la navegación que realizó TSS al Riachuelo en 2023 se pudo observar una gran cantidad de animales silvestres en las costas, como garzas blancas, tortugas de río y algunos peces. También se apreció la gran cantidad de cooperativistas limpiando las márgenes y la maquinaria sacando la basura flotante. Gran parte de la contaminación que todavía queda en el río tenía que ver con el mercado de Liniers, que tiraba mucho material orgánico al arroyo Cildañez pero ya ha sido mudado a Cañuelas, y con vertidos cloacales que deben ser recolectados por el Colector Margen Izquierda, una obra que ya está terminada aunque faltaba un pequeño porcentaje de la planta de tratamiento, que todavía no está inaugurada.

El Colector Márgen Izquierdo tuvo financiamiento del Banco Mundial, así como el Emisario, el caño que deja los líquidos ya tratados río adentro del Río de la Plata. La planta de tratamiento debía ser financiada por aportes del Tesoro pero la gestión de Mauricio Macri suspendió las obras por falta de fondos. La gestión de Alberto Fernández consigió un nuevo crédito del Banco Mundial y retomó las obras, que hoy se encuentran en un 86% completadas.

“El trabajo con la gente y con la comunidad te enamora, uno trabaja para la gente, no por uno. En estos 12 años no me ascendieron pero no me importa porque veo que el laburo que hago le llega a la gente que le tiene que llegar. En estos 12 años he propuesto cosas para mejorar el río y se ven. Vemos cómo van cambiando las plantas de la orilla del río y que las nativas son el filtro natural del agua. Permitimos que las plantas palustres crezcan y no otras, porque limpian el agua. En diciembre seguí un cardúmen de sábalos que pensé que habían entrado con una sudestada y llegaron a puente Alsina pero todavía están ahí. Si querés ir a pescar sábalos abajo del puente Alsina ahí están. Pensé que era una utopía, que no iba a poder verlos en mi vida pero ahí están, veo de qué se alimentan, los voy siguiendo y filmando”, contó Méndez.

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