Integrantes del directorio del CONICET y de la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología expusieron en la Cámara de Diputados sobre la crisis que atraviesa el sistema científico-tecnológico de la Argentina. Fue convocado también Daniel Salamone, presidente del principal organismo científico local, pero no asistió.
Agencia TSS – El miércoles 30 de octubre, la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados convocó a una reunión para analizar la crisis que atraviesa el sistema científico-tecnológico argentino, a la que asistieron miembros del directorio del CONICET y representantes de universidades y otras agrupaciones de la ciencia y tecnología local. Al encuentro también había sido invitado el presidente del principal organismo científico, Daniel Salamone, pero no se hizo presente.
El diputado Daniel Gollan (Unión por la Patria), presidente de la comisión, sostuvo al inicio de la reunión que el objetivo es “ver en qué medida este Congreso puede ayudar a solucionar lo que hoy sucede en el sistema científico-tecnológico argentino. Es apabullante la cantidad de problemas que encontramos, lo que deriva, entre otras cosas, en una fuga masiva de recursos humanos”.
Jorge Aliaga, director en representación del Consejo de Universidades en el CONICET, habló sobre la situación presupuestaria en ciencia y tecnología. “La función CyT del presupuesto fue del 0,3% del PBI el año pasado. Este año sería del 0,22% y lo mismo se repetiría para el año 2025. La Ley de Financiamiento establece el 0,45, es decir, sería menos de la mitad de lo previsto por la ley”.
Aliaga también se refirió a la paralización de la Agencia I+D+i : “La Agencia tiene el mismo presupuesto en pesos que el año pasado y prácticamente se mantiene lo mismo para el año que viene, salvo la parte de salarios del poco personal que tiene. Eso quiere decir que la plata que reparte es un tercio: si antes daba tres pesos, ahora da un peso».
Con respecto a la Secretaría de Ciencia, el representante de las universidades en el CONICET dijo que su presupuesto no solo no fue ajustado, sino que no se ejecuta. “De los principales programas se ha ejecutado cero, todo está congelado”.
Pedido de apoyo
“La gran preocupación es la presupuestaria, la falta de financiamiento para los proyectos, los salarios bajos. Hoy los fondos de los subsidios para investigación están todos parados. Es necesario tener previsibilidad y respeto de las reglas de juego, y ese respeto se rompió. No hay una sola alta en el ingreso a la carrera de investigador. Estamos hablando de jóvenes que se prepararon durante años. Cuando se rompen estas reglas se frustra no solo a quienes se les niega un derecho, sino también a quienes se están formando o lo van a hacer. Y una de las sensaciones que tenemos es que tampoco nos acompañaron las y los representantes del pueblo, por eso le estamos pidiendo al Congreso que nos apoye”, dijo Mario Pecheny, director por la Gran Área de Ciencia Sociales y Humanidades.
Pecheny también se refirió a la estigmatización que sufre la investigación académica y a disciplinas, como las Ciencias Sociales, que son atacadas. “Acá también está en juego la libertad académica, de expresión. Apareció el miedo a expresarse en nuestra comunidad porque hubo quienes sufrieron amedrentamientos”.
Evolución de la Función CyT
El impacto en las provincias y en investigadoras e investigadores jóvenes también fue destacado durante las intervenciones. “Hubo un recorte aproximado del 30% en el número de becas, es decir, una de cada tres becas que se pensaban dar no se dieron. Esto impacta sobre todo en las provincias. Cuando uno mira la distribución territorial del CONICET, más del 50% está en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires hay 3200 investigadores y en Formosa hay 12. No contar con estas herramientas, como los ingresos a carrera o las becas, lo que hace es profundizar estas diferencias. También vemos un éxodo interno, de gente que empieza a migrar hacia los institutos más fuertes porque ve que donde está no va a poder desarrollar su carrera”, sostuvo Alberto Baruj, integrante del directorio y vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET.
De la reunión también participaron integrantes de diversas agrupaciones del sistema científico-tecnológico, como la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT). Valeria Levi, integrante de este colectivo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN-UBA), dijo durante su intervención que “la mayoría de los grupos de investigación en la FCEN desde febrero no estamos recibiendo ni un solo peso de los concursos ganados, es imposible hacer ciencia en estas condiciones. A esto se suma que no se concretan las nuevas convocatorias para proyectos: de la 2022 no se firmaron los contratos y la 2023 se viene prorrogando. De seguir así, quizás no tengamos ningún financiamiento para proyectos de I+D el año que viene”.
Levi también se refirió a la desmotivación que genera la situación actual: “Hay 30% menos de aspirantes a ingresantes a carrera del CONICET. Vemos a becarios que dejan sus carreras de doctorado, que piden licencias. También a estudiantes de carreras de grado que no pueden hacer sus tesis por falta de insumos en los laboratorios”. Y agregó: “Nos pudimos enterar de los fondos no ejecutados por la Agencia, y que no se están tramitando nuevos créditos. Lo que está claro es que se está destruyendo la Agencia, que es el corazón de la ciencia argentina. Y que no es un problema de plata, de financiación, sino que es un problema 100% ideológico. Podemos discutir números pero el fondo de la cuestión es el modelo de país que estamos discutiendo”.
Con Levi también coincidió el inmunólogo Jorge Geffner, director del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UBA y también miembro de la RAICYT: “La política del Gobierno nacional está llevando a una destrucción sistemática de nuestras capacidades científicas y tecnológicas, acompañada de un desmantelamiento masivo de grupos de investigación. Si no encontramos una forma de empezar a revertir esto que está sufriendo el sistema de ciencia y tecnología, las consecuencias van a ser devastadoras”.