Pesquero a flote

El astillero Federico Contessi construyó un pesquero de arrastre para la obtención de langostino, que recalará en el puerto de Rawson. En el marco de una situación de crisis en el sector naval local, pese a la sanción de leyes de promoción para el sector, la empresa trabaja en proyectos más grandes y confía en que las políticas del nuevo Gobierno permitan reactivar esta industria.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – En el marco de una crisis general en el sector industrial naval, el astillero Federico Contessi botó un nuevo barco pesquero construido en la Argentina. Se trata de un pesquero de casi 26 metros de eslora para la pesca de langostino que recalará en el puerto de Rawson y que fue bautizado “Nuevo Quequén”.

La embarcación es la tercera construida por la firma durante 2019 y es parte de una serie de la cual el astillero ya ha construido 14 buques, aunque todos tienen alguna modificación con respecto al anterior. En este caso, el barco cuenta con un bow thruster, una hélice transversal en la proa del barco que facilita la maniobra de amarre, algo que es especialmente útil en Rawson, cuyo puerto tiene una fuerte corriente proveniente del río Chubut, además de que suele estar muy congestionado.

Nuevo Quequén es un pesquero de los considerados chicos: tiene casi 26 metros de eslora (largo), 7 de manga (ancho), y está impulsado por un motor Scania, además de dos motores auxiliares Cummins para los equipos hidráulicos y eléctricos de pesca. Es un buque de los conocidos como “tangonero”, que llevan una red de arrastre y dos apéndices, a babor y a estribor, que están articulados para abrirlos cuando se requiere que las redes tengan una mayor superficie de recogida.

Su construcción llevó unos cinco meses y es un reflejo de una incipiente reactivación en el sector naval, gracias a las medidas tomadas para evitar nuevos hundimientos como los de los pesqueros Rigel en 2018 y Repunte en 2017, que evidenciaron la avanzada edad de la flota pesquera nacional, cuyo promedio de antigüedad está en 39 años. Esas medidas se tradujeron en la aprobación, a  fines de 2017, de la Ley de Desarrollo de la Marina Mercante Nacional y de la Ley de Promoción de la Industria Naval, que imponen la obligatoriedad del recambio de los buques muy antiguos y créditos para financiar la construcción. Estas leyes, presentadas por el senador Pino Solanas, eran muy esperadas por la industria ya que desde fines de los años 80 que no había créditos para financiar la construcción de nuevos buques.

En diálogo con TSS, Domingo Contessi, presidente del astillero, dijo: “Este barco fue financiado por el cliente (Piscal S.A.) con fondos propios, pero tenemos otros dos que estamos construyendo, y otro que vamos a empezar ahora, que estuvieron parcialmente financiados con créditos del BICE (el Banco de Inversión y Comercio Exterior). Son instrumentos que estaban funcionando bien pero se interrumpieron después de las PASO. Después de eso, ni los bancos privados ni los públicos dieron créditos para la producción”. Y agregó: “Aplaudimos los créditos del BICE a pesar de que eran muy pequeños, insuficientes y con un cupo global muy bajo, eran solamente cuatro créditos. Es muy difícil que la industria naval de cualquier país pueda existir sin créditos”, aseguró el presidente del astillero.

La embarcación es la tercera construida por la firma durante 2019 y es parte de una serie de la cual el astillero ya ha construido 14 buques, aunque todos tienen alguna modificación con respecto al anterior.

A pesar de que la medida no parece ser suficiente, ayudó para darle algo de impulso a esta industria. “No hablaría de que estamos en un buen momento para los astilleros, aunque no haya sido malo para los barcos pesqueros. El resto de las actividades de los astilleros estuvo bastante alicaída en los últimos cuatro años y hubo decisiones para nada convenientes, como la importación de remolcadores usados, la adjudicación directa de lanchas patrulleras a Israel, la adjudicación de una licitación a un astillero español para el barco del INIDEP y la compra de lanchas patrulleras francesas. Eran todas obras que se podrían haber hecho tranquilamente en la Argentina”, dijo Contessi.

Este astillero también está construyendo un buque pesquero de casi 40 metros de eslora, un tamaño del que no se construían embarcaciones de este tipo desde principios de los años 90. Además, la empresa amplió su planta en 900 metros cuadrados cubiertos, lo que le permite tener hasta cuatro barcos en construcción en simultáneo y tienen proyectada otra ampliación para poder hacer barcos de hasta 75 metros de eslora, algo que hoy no es posible en ningún astillero privado del país. “Estamos teniendo pedidos por barcos de más de 40 metros de eslora y vemos un mercado potencial muy interesante. Hoy estos barcos se están construyendo en España. Los últimos barcos que vinieron son de 48 metros de eslora”, afirmó Contessi.

Al igual que en muchas actividades productivas, el cambio de Gobierno traerá cambios en las políticas públicas de promoción del sector que todavía falta conocer en profundidad. “Somos optimistas, esperamos que el nuevo Gobierno le de un impulso productivo al sector naval. Tuvimos una reunión con el nuevo ministro de Producción de la provincia, Augusto Costa, y con la secretaria de Desarrollo Social, Fernanda Raverta. También nos reunimos con otros funcionarios a nivel nacional y confiamos en que la política de renovación de la flota continuará. El sector naval tiene un poder de multiplicación económica muy grande, cuando trabaja reactiva muchas industrias complementarias y, si bien tenemos nuestros empleados, también trabajamos con subcontratistas. Cada vez que trabaja el astillero, trabaja el fabricante de ginches, el de equipos de frío, la empresa de electricidad o la empresa de pinturas. Es una actividad que genera reactivación económica en toda la cadena de valor”, concluyó.

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