Pampa Azul: contra viento y marea

Representantes del CONICET y de los siete ministerios que conforman la iniciativa Pampa Azul, lanzada hace tres años, presentaron un documento en el que detallan logros, objetivos y líneas de acción. También explicaron cómo se financiará en el actual contexto de ajuste en el sistema científico-tecnológico.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS — El Mar Argentino es uno de los recursos naturales más preciados y abundantes que tiene el país, especialmente para las economías regionales de las poblaciones costeras y patagónicas que se sitúan en sus márgenes. Con el objetivo de aprovecharlo a través de una explotación sustentable e impulsar el desarrollo de industrias vinculadas al mar, el 21 de abril de 2014 la entonces presidenta Cristina Fernández anunció la puesta en marcha de la iniciativa Pampa Azul, la primera acción nacional implementada por siete ministerios dedicada a profundizar el conocimiento científico en ese ámbito.

A tres años de aquel anuncio, representantes del comité coordinador interministerial presentaron el documento «Horizontes estratégicos para el Mar Argentino”, donde se detallan objetivos y líneas de acción de la iniciativa Pampa Azul. La conferencia de prensa —en la que estuvo TSS— se realizó el pasado miércoles 3 de mayo en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) y estuvo a cargo del coordinador ejecutivo del Gabinete Científico Tecnológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), Alejandro Mentaberry, quien explicó que el documento plasma el trabajo realizado en estos años y las metas propuestas a futuro.

“Según un estudio prospectivo que hicimos en 2015, se estiman ingresos potenciales por alrededor de 220.000 millones de dólares para el área del Mar Argentino en el período 2016-2035. Sin embargo, hoy la actividad productiva está prácticamente restringida a la pesca y representa solo el 1,5% del PBI, aproximadamente. Nuestra estimación es que, sobre la base de invertir en tecnología y desarrollar los sectores vinculados al mar, este porcentaje podría ascender a entre el 10% y el 15% del PBI”, sostuvo Mentaberry.

El documento «Horizontes estratégicos para el Mar Argentino” fue presentado en el Centro Cultural de la Ciencia y en él se detallan objetivos y líneas de acción de la iniciativa Pampa Azul.

El funcionario también resaltó la necesidad de tomar mayor conciencia sobre el valor del recurso. “La Argentina, por razones históricas, se desarrolló como un país terrestre y no se percibe a sí mismo como un país marítimo, aunque lo es: tiene 5.500 kilómetros de costa. Despertar esta conciencia implica muchas acciones de divulgación, educación y comunicación que debemos encarar en forma consistente y a largo plazo”, afirmó.

Mentaberry estuvo acompañado por representantes del CONICET y de las otras carteras que participan de la iniciativa: Agroindustria (a través del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero —INIDEP—);  Relaciones Exteriores y Culto; Turismo; Defensa; Seguridad; y Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Desarrollo y soberanía

La iniciativa Pampa Azul comprende actividades de exploración y conservación, de innovación tecnológica para los sectores productivos vinculados al mar, y de divulgación científica dirigida al público en general. El objetivo es respaldar la soberanía argentina en el área del Atlántico Sur a través de la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Consta de un consejo asesor científico, otro tecnológico y 19 grupos de trabajo distribuidos en cinco áreas prioritarias: el Banco Burdwood/Área Protegida Namuncurá; el Agujero Azul/Talud Continental; el Golfo San Jorge; las Islas Georgias y Sandwich del Sur; y el sistema fluvio-marítimo del Río de la Plata.

El representante del Ministerio de Defensa, Marcelo Serangeli, destacó el hecho de que formen parte de Pampa Azul siete ministerios, además de organismos del sistema científico como el CONICET. “No tengo conocimiento de otras iniciativas similares en América Latina que aglutinen a esta cantidad de organismos y ministerios. La articulación ha sido difícil y romper con algunas barreras para formular políticas y presupuestos que nos permitan avanzar es sumamente importante. Es una autentica política de Estado”, aseguró.

El financiamiento del proyecto es un punto clave en el marco de un contexto de ajuste para el sistema científico-tecnológico y la economía argentina en general. Gran parte del mismo está contemplado por la Ley Nº 27.167 (ley PROMAR), aprobada por el Congreso de la Nación en julio de 2015 y reglamentada el año pasado, que establece un fondo permanente para la investigación científica en el Atlántico Sur, cuya autoridad de aplicación es el MINCYT.

Ante la consulta de TSS sobre la determinación y monto del financiamiento total de la iniciativa, Mentaberry indicó: “La ley fija 250 millones de pesos como piso para un fondo permanente de investigación y hasta el momento recibimos alrededor de 54 millones de pesos. A esto hay que sumarle distintos presupuestos que se pueden acoplar, como los 35 millones de pesos aportados por el MINCYT. Tenemos alrededor de 230 millones operativos y podemos decir que lo que hay va a satisfacer, aunque un poco estrechamente, las campañas planificadas. No es el mejor de los mundos, pero tampoco es el peor”, reconoció.

«Tenemos alrededor de 230 millones operativos y podemos decir que lo que hay va a satisfacer, aunque un poco estrechamente, las campañas planificadas», reconoció Mentaberry durante la conferencia de prensa.

Desde el CONICET, uno de los miembros del Directorio, Miguel Laborde, agregó que “los dos barcos que compró el organismo son operados a través de la Armada, por personal del Servicio de Hidrografía Naval. El aporte de estos recursos permite que las campañas puedan realizarse”. La iniciativa prevé una línea de trabajo de diez años y comprende diversas campañas científicas interdisciplinarias a través de buques oceanográficos y vehículos submarinos tripulados a distancia. También contempla el desarrollo tecnológico de métodos de preservación y monitoreo ambiental, como el uso de sensores remotos y recursos satelitales.

Otro aspecto central del Pampa Azul es fortalecer el vínculo entre el sector científico y el sistema productivo. El director del INIDEP, Otto Wöhler, ejemplificó: “Tenemos proyectado hacer un centro de experimentación y desarrollo de la maricultura en la ciudad de Mar del Plata y alrededores. Contamos con un ciclo cerrado de producción de algunas especies como lenguado y besugo, y estamos experimentando con otras especies de alto valor comercial. La idea del centro es poder producir y transferir tecnología de cultivo a empresas privadas”. Este proyecto está financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con una inversión de 3,5 millones de dólares y se estima que la construcción comenzará en 2018.

El año pasado se realizaron nueve campañas oceanográficas de investigación y para este año están proyectadas otras 18. Para esto, la iniciativa cuenta con una flota de una decena de buques y plataformas de investigación, entre los que se cuentan el Buque Puerto Deseado (CONICET) y el Rompehielos Almirante Irízar (Armada Argentina). El plan diagramado para los próximos dos años está enfocado en la medición de parámetros oceánicos, proyectos de desarrollo tecnológico (como radares costeros), capacitación de recursos humanos y el diseño de campañas marinas.

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