Gigante de la Patagonia

En la soledad de la estepa sureña se alzan los primeros aerogeneradores fabricados en la Argentina. Con el desafío de mejorar la participación de componentes locales, son el motor de la industria eólica.

Federico Rey  
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Agencia TSS – La Argentina se extiende hacia el sur en estepas y cordillera hasta donde el diablo perdió el poncho y no lo puede alcanzar. Allí los vientos son preciados por su dirección, constancia y velocidad, con una media anual superior a 10 metros por segundo, solamente comparables a los de islas del norte europeo y de instalaciones “off shore”.

En esa postal se inspiraron para desarrollar, fabricar y poner en marcha “el primer molino de viento diseñado específicamente para los altos vientos imperantes en el sur de la Argentina”,dice a TSS Juan Ismael Retuerto, ingeniero de NRG Patagonia, empresa responsable del proyecto.

Erguido más de 100 metros sobre las tierras patagónicas, el NRG 1500 clase I “S” es un aerogenerador producido localmente de velocidad constante, característica que mejora notablemente el aprovechamiento del viento, y cuenta con una caja multiplicadora que convierte la fuerza de las hélices en las revoluciones que necesita el motor. El generador es de tipo asincrónico y está equipado con un sistema de regulación conocido como control de paso de palas.

Los parque eólicos, emplazados contiguamente a campos petroleros van lentamente desplazando las energías
no renovables por energías ecológicas no contaminantes.

Actualmente, el NRG 1500 gira sus palas de 30 metros de longitud en el parque eólico El Tordillo, situado en la provincia de Chubut. Allí, “se encuentra en funcionamiento permanente desde la habilitación del parque y entrega diariamente energía al Sistema Interconectado Nacional”, agrega Retuerto. Tiene una potencia de generación de 1,5 MW, electricidad suficiente para iluminar más de 1.500 hogares.

La tecnología utilizada convierte a esta fuente de energía en la de menor impacto ambiental. El equivalente a la producción de 2 MW de energía eólica representa la quema de 1,6 millón de litros de gasoil. Pero, además de ser una fuente de energía no contaminante, sustentable y renovable, el aprovechamiento de los vientos proporciona una posibilidad de desarrollo industrial. Así lo demuestran los más de 8.000 componentes que conforman los molinos, el trabajo que esto supone y los proveedores que demanda su producción.

“Se han construido en la Argentina las torres, chasis, núcleo de palas, cobertor de nacelle (góndola) y de hub (núcleo de palas), además de todos los accesorios internos y partes del sistema eléctrico. Esto explica algo más del 50 por ciento del total del producto.  Los técnicos y profesionales de la empresa efectuaron todas las instalaciones internas y externas de acceso a la red y se encargaron del montaje y puesta en funcionamiento”, explica el ingeniero. Uno de los desafíos que se le presentan a la industria es fabricar localmente las palas, hasta ahora el único componente relevante que se importa. Para esto se está promoviendo la investigación y desarrollo de nuevos materiales.

“También se han generado diversos proveedores locales y existe la posibilidad de incrementarlos gracias al interés de algunas empresas”, agrega Retuerto. El aerogenerador NRG 1500 cuenta con la Certificación del Instituto Alemán de Energía Eólica (DEWI) en sus cálculos y diseño, y su Curva de Potencia ha sido homologada bajo normas IEC 61400 (International Electrotechnical Commission), transformándose en el primer equipo argentino de alta potencia en lograrlo. Actualmente, la firma trabaja en un modelo para zonas de vientos más bajos, como los que se registran en el resto de la Argentina, que es el único país en América Latina en contar con tres empresas en condiciones de fabricar aerogeneradores de potencia. IMPSA Wind, INVAP y NRG Patagonia se suman a las firmas extranjeras Siemens y VESTAS, líderes en el mercado mundial y que tienen su sede para América latina en Buenos Aires.