Unidos por el viento

El Cluster Eólico Argentino, formado por 65 empresas, se propone llegar a 2020 con 500 proveedores locales, 10.000 puestos de trabajo y una producción de 1.000 MW anuales de energía limpia.

Federico Rey  
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El Cluster Eólico Argentino (CEA) nació en 2011 bajo la idea de pensar la generación de energía eólica como plataforma para el desarrollo industrial. Hasta hoy logró reunir una significativa porción de las empresas de capital nacional que integran la cadena de valor del sector, en sintonía con el Programa Estratégico Industrial 2020 del Ministerio de Industria.

“Hoy la Argentina es el único país del hemisferio sur que cuenta con tecnología eólica propia. Hay dos marcas de aerogeneradores argentinos homologados, certificados y entregando energía a la red”, señala el ingeniero Ruben Fabrizio, director ejecutivo de la Cámara de Industriales y Proyectos de Ingeniería de Bienes de Capital (CIPIBIC), auspiciante del CEA.

Aerogenerador NRG Patagonia fabricado en Comodoro Rivadavia

“Nuestro interés principal es que la generación de energía eólica se haga con empleo argentino y tecnología nacional”, dice Fabrizio. Son 65 las empresas locales que forman parte del CEA, que busca colaborar en el desarrollo de políticas energéticas, incrementar la sustitución de importaciones y favorecer la cooperación entre empresas.

Desde Santa Cruz hasta Tucumán, más de 11 provincias han aportado sus representantes al CEA. Empresas de calderería pesada que fabrican torres, anillos de fundación y estructuras metálicas, fabricantes de transformadores, celdas, cables y electrónica, son algunas de las ramas que se incorporan a la cadena productiva de la energía eólica.

Metalúrgica Calviño, en la Prov de Buenos Aires, encargada de la confección de las torres de contención.

“Nos proponemos para 2020 contar con 500 proveedores nacionales, que estimamos demandarán 10.000 puestos de trabajo, para abastecer a un mercado de 1.000 MW eólicos de producción nacional anual, de los que se podrían exportar 500 MW”, dice Fabrizio y asegura que la cantidad de miembros son el emergente de más de 200 empresas que pueden llegar a integrarse a la cadena de valor si existiese una demanda sostenida.

“Si bien la facturación del sector hoy es marginal frente a las importaciones, hay grandes expectativas de revertir la situación. Hay tres parques eólicos que se empezarán a construir y contemplan una integración nacional importante”, sostiene el director de CIPIBIC. Los proyectos son los parques chubutenses de Malaspina (50 MW) y Valle Hermoso en Chubut (12 MW), y la ampliación en más de 100 MW del parque Arauco, en La Rioja.

Modelo IMPSA Wind, fabricado en sus dos plantas en la ciudad de Godoy Cruz, provincia de Mendoza

El sector cuenta con dos empresas que han logrado desarrollar su propio aereogenerador (NRG Patagonia e IMPSA). Por otro lado, a través de un convenio marco de colaboración y asistencia técnica que el CEA firmó con el INTI,  varias empresas se encuentran trabajando en el desarrollo de partes e incluso de molinos. “Podríamos esperar que para 2020 pueda haber cuatro marcas argentinas de aerogeneradores. Esto es importante si uno piensa en el crecimiento de la actividad regional. Toda América Latina invierte en generación eólica y tenemos relevados proyectos por cerca de 20.000 MW hasta 2020”, dice Fabrizio.

Además, integrantes del cluster han obtenido cinco proyectos FONARSEC del Ministerio de Ciencia de la Nación para nuevos desarrollos y equipamiento, y se está proyectando trabajar en el desarrollo de nuevos materiales con el objetivo de fabricar las palas, el único componente de importancia que todavía no se fabrica en la Argentina.