El Instituto Balseiro ya tiene sus primeros ingenieros en Telecomunicaciones. La carrera se creó a partir de la demanda local y ya trabajan en investigaciones vinculadas al despliegue nacional de fibra óptica, radares y el sector aeroespacial.
Agencia TSS – En el año 2010, el Gobierno lanzó el Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina Conectada, que entre otras cosas preveía el despliegue de más de 50.000 kilómetros de fibra óptica en todo el territorio argentino. A partir de entonces comenzó a incrementarse la demanda de especialistas en áreas como las de comunicaciones satelitales, móviles y redes ópticas avanzadas, entre otras. Fue entonces que surgió la idea de abrir una carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones en el Instituto Balseiro (IB), que funcionara con la misma dinámica de las demás que se dictan en la institución. Es decir, con alumnos becados y dedicados exclusivamente al estudio y a la investigación experimental.
“El IB tiene dos áreas históricas: la de física –con la cual nació en los años cincuenta– y la nuclear, que se creó en los setenta. Con el correr del tiempo, se creó la Ingeniería Mecánica, que de alguna manera fue sostenida por muchos desarrollos nucleares. Y ahora, la llegada de las telecomunicaciones rompió esa estructura, porque es una disciplina que ha creado una especie de revolución aquí. Es un área transversal a las otras y no había en el instituto profesionales que trabajaran en telecomunicaciones”, dice Pablo Costanzo Caso, director de la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones del IB, que dura tres años y medio y comenzó a dictarse en agosto de 2012. La decisión también despertó una polémica regional, ya que la Universidad Nacionl de Rio Negro también dicta esta carrera.
“Inicialmente, las actividades docentes se desarrollaron con personal del Instituto y, a medida que la carrera fue entrando en una etapa más específica, se sumaron profesionales de INVAP que están trabajando, por ejemplo, en radares y comunicaciones satelitales. En la segunda etapa se incorporaron investigadores del exterior que fueron invitados a sumarse al plantel docente y fue entonces cuando me incorporé al equipo, junto con otros investigadores con quienes hoy estamos liderando el día a día de la carrera”, recuerda Costanzo Caso, que dejó un cargo en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para radicarse en Bariloche.
Actualmente, en el marco de la Ingeniería en Telecomunicaciones del IB se están formando grupos de investigación y avanza la construcción de laboratorios (a los cuales fueron invitados a participar y compartir instalaciones las demás universidades de la región que dictan carreras afines). Y la carrera ya tiene sus dos primeros egresados. “Voy a trabajar en el doctorado, en el mismo grupo donde realicé la tesis, que es un grupo de ingeniería que hace comunicaciones ópticas y sistemas de radiofrecuencia. Planteamos el diseño y terminamos en la implementación del desarrollo: armar algo, medirlo y tratar de que funcione”, dice Mauricio Tosi, un tucumano de 23 años que descubrió la carrera mientras estudiaba Ingeniería en Computación, en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
«Me enteré de la carrera por mis hermanos, porque dos de ellos estudiaron acá, y me pareció un desafío interesante. Al principio, uno tarda en acostumbrarse al ritmo de estudio, pero permite conocer a mucha gente y el vínculo con los docentes es muy cercano”, agrega el flamante ingeniero, que además jugó un rol clave para que su compañero Gustavo Zoireff se incorporase a la carrera. “Yo estudiaba Ingeniería Electrónica, una carrera que está íntimamente relacionada con las telecomunicaciones. Mauricio me comentó sobre la posibilidad de rendir y así lo hicimos, y entramos”, recuerda Zoireff y adelanta que posiblemente también se quede haciendo un posgrado en Bariloche, aunque todavía no definió su tema de investigación.
En 2015, comenzaron a cursar la carrera siete becarios nuevos, y se espera que el número de inscriptos siga creciendo junto con la propuesta académica. Del mismo modo, continúan sumándose grupos de investigación en telecomunicaciones, de los que participan docentes y estudiantes. “Hay un grupo muy fuerte que trabaja en comunicaciones ópticas y redes ópticas de última generación, relacionado con la Red Federal de Fibra Óptica que está instalando ARSAT”, explica Costanzo Caso y agrega que también están iniciando actividades de investigación vinculadas con el desarrollo de radares y con el sector aeroespacial. Asimismo, están orientando investigaciones para responder a una nueva necesidad, vinculada con el área de comunicaciones móviles, adonde, según afirma Costanzo Caso, hay una gran necesidad de personal calificado.
“La diferencia de estudiar en el IB es que aquí los alumnos cuentan con laboratorios de primer nivel y los docentes participan en proyectos tecnológicos o en líneas de investigación relacionadas con lo que están enseñando, tanto en la parte teórica como en la experimental, algo que si bien es una tendencia en las facultades mas grandes de ingeniería, acá es algo histórico”, destaca el director de la carrera de tecomunicaciones del IB. Y concluye: “Aquí se desarrollan conocimientos y herramientas, pero la idea es que eso se transfiera y que sea la empresa la que se encargue del producto en sí. Lo ideal es que, una vez alcanzado el prototipo dentro de una unidad académica, éste sea absorbido por empresas argentinas, como podría ser INVAP. Esa es la cadena óptima del desarrollo tecnológico de un país: tener unidades académicas dedicadas a las necesidades que surgen en la industria nacional, y que después esos desarrollos sean transferidos a esa misma industria”.
21 dic 2015
Temas: Fibra óptica, Industria aeroespacial, Ingeniería, Instituto Balseiro, Radares, Telecomunicaciones