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Esta semana se realizó la primera cosecha de rúcula en la Antártida argentina gracias al Módulo de Producción Hidropónica instalado por el INTA Santa Cruz en la Base Marambio. Hasta el momento toda la comida que se consumía allí era envasada y debía ser trasladada desde el continente, por lo que el proyecto contribuye a mejorar la dieta de quienes residen en la base.
En la provincia de Buenos Aires, el INTA se encuentra trabajando en conjunto con una empresa agrícola para poner a punto la producción de frutillas con técnicas hidropónicas, que permiten que las plantas se desarrollen fuera del suelo y controlar las variables a las que se ve expuesto el cultivo para mejorar su calidad y bajar el riesgo de producción.
