La prueba desde el cielo

La iniciativa Pampa Azul organizó un taller junto con la CONAE para analizar el potencial de la información satelital como herramienta de prevención y conservación del medio costero-marino en el Mar Argentino y para debatir sobre la posibilidad de usar esas imágenes como prueba legal ante la Justicia.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS Monitorear actividades en el Mar Argentino es una tarea muy compleja y que demanda gran cantidad de recursos, por lo que el uso de herramientas como las imágenes satelitales pueden ser de gran valor para relevar lo que sucede en esa vasta porción del territorio nacional. Ese fue el objetivo principal del taller organizado por el programa Pampa Azul y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que se llevó a cabo entre el 9 y el 10 de noviembre pasados en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el taller se discutió sobre los niveles de procesamiento, la calibración, la cadena de custodia, la trazabilidad y la disponibilidad de las imágenes satelitales que permitan detectar violaciones a las normas ambientales, tanto en el ámbito nacional como internacional, en las operaciones de buques, actividades pesqueras y operación de plataformas off-shore en el Mar Argentino.

Las imágenes satelites pueden mostrar amplias zonas del mar con un detalle de hasta 30 centímetros de resolución y con intervalos de media hora, lo que es muy útil para identificar desde derrames de combustible hasta el vaciado de sentinas (aguas sucias de los buques) en zonas prohibidas, y así identificar a los responsables.

El taller se llevó a cabo entre el 9 y el 10 de noviembre pasados se en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Foto: Pampa Azul.

Actualmente, existen acuerdos como el que la CONAE tiene en conjunto con Prefectura Naval, para dar aviso de oficio en cuanto detectan alguna anormalidad en las imágenes del Mar Argentino, para que la autoridad vaya a inspeccionar in situ, ya que algunas manchas del mar pueden ser confundidas desde el satélite, por ejemplo, por efectos de rachas de viento que crean parches de pequeñas olas.

Hay muchos tipos de satélites que toman imágenes de nuestro territorio. Algunos toman imágenes similares a las que ve el ojo humano, pero en otros casos toman diferentes espectros y luego esa información debe ser analizadas e interpretada. Las más complejas son las imágenes de radar, como en el caso del SAOCOM, que pueden detectar objetos de hasta dos metros de profundidad bajo la tierra, pero la intensidad de su imagen no tiene que ver con los colores sino con los materiales sobre los que rebota la señal de radar, lo que exige un tratamiento posterior de la información.

El coordinador del Consejo Asesor Científico del Ministerio de Ciencia, Tecnología a Innovación del programa Pampa Azul, Juan Sala, le dijo a TSS: “En realidad, el procesamiento es completamente algorítmico y nadie tiene acceso desde afuera de los servidores de CONAE. Los algoritmos están hechos siguiendo lineamientos internacionales, pero ahí estaba la discusión para los jueces, porque claro, del otro lado ellos decían: ‘Vas a tener a los que te litigan, vas a tener a fiscales hablando de intervención humana’”.

Históricamente, el programa Pampa Azul tenía un consejo asesor científico que incluía a especialistas  de las área de Biología, Oceonografía, Meteorología y Geología, entre otras, pero no había asesores de las áreas de Ciencias Sociales y Humanas. En el último año fueron incluidos y surgió la preocupación para ver cómo poder solucionar este tipo de conflictos en el sistema judicial.

Durante el taller también expuso Juan Cruz González Allonca, miembro del directorio de la CONAE. Foto: Pampa Azul.

El taller fue coordinado por la abogada e investigadora del CONICET Griselda Capaldo, especialista en materia ambiental del mar. Capaldo resaltó el poco uso que se hace de las imágenes satelitales como prueba ante la Justicia y el gran potencial que presentan, entre otras cosas, por el registro histórico que pueden aportar sobre un lugar determinado.

“Se habló de incorporar este tema en una ley más general, que brinde la normativa integral para cuestiones satelitales. La soberanía satelital necesita una ley propia, que incorpore cómo la Justicia va a utilizar estas imágenes y con qué criterios, que organice toda esta cuestión. Por ejemplo, cómo dar seguridad en la cadena de custodia de la prueba. Entendemos que no debería ser algo demasiado conflictivo como para que no haya apoyo mayoritario para que una ley así salga, aunque obviamente podrían aparecer intereses en juego”, le dijo Sala a TSS.

La convocatoria al taller fue pensada para diferentes organismos del Estado, tanto nacionales como provinciales y municipales, con el objetivo de que puedan utilizar también las imágenes satelitales para facilitar su gestión.

En un caso reciente que todavía no esta resuelto, la Justicia de Chubut pidió asistencia a la NASA para identificar cuándo se abrió un camino rural en la zona costera de Punta Tombo. Se supone que el camino fue construido en los meses de octubre o noviembre, en la zona en donde los pingüinos hacen sus nidos, lo que habría generado muertes en esa población. Si el camino se hubiera construido en los meses del invierno esto se podría haber evitado, además de que se habría cerrado el acceso a la playa con un alambrado electrificado.

Sala también comentó sobre un caso que se dio en octubre con una gran mortalidad de ballenas en la cercanía de Puerto Madryn. “Está la floración de algas nocivas que se da todos los años como algo completamente natural, pero que este año fue particularmente fuerte y potente. Entonces, esta toxina de las algas unicelulares que flotan en el mar fueron filtradas por las ballenas que están en la zona y hubo una tasa de mortalidad más alta de lo esperado en adultas, lo que preocupó mucho. Hoy tenemos la capacidad de, a través de imágenes satelitales, detectar de forma temprana ni bien inicia la floración de las algas. No podemos pedirles a las ballenas que naden en otro lado, pero aunque sea podemos avisar a Prefectura para que esté alerta y pueda prepararse para sacar a los animales muertos de la costa, que son un riesgo para la salud pública y generan olores muy fuertes. Con el satélite SABIA-Mar –cuya puesta en órbita está prevista para el año 2024–  vamos a poder identificar las algas y conocer con más precisión su peligrosidad”, explicó.

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