Juan Carlos Cacciavillani, director de Tecnología de IMPSA: “La única forma de tener desarrollos tecnológicos es con una inversión sostenida en el tiempo”

El ingeniero habla sobre la trayectoria de la empresa mendocina en la fabricación de equipos para el sector energético, los desarrollos para la transición energética y la importancia de apostar a la industria nacional.

Por Nadia Luna  
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Agencia TSS – El proceso de transición energética está generando una nueva carrera geopolítica por el desarrollo de tecnologías, en un mercado mundial dominado por China. Si bien los países semiperiféricos como la Argentina comienzan la carrera desde un poco más atrás, en parte por la dificultad de tener un financiamiento sostenido en el tiempo y de que haya políticas que fomenten la industria nacional en el largo plazo, hay algunas empresas que han logrado sortear diversos cambios de gobierno y avanzar en el desarrollo, fabricación y exportación de tecnologías para el sector energético.

Es el caso de IMPSA, una empresa fundada en 1907, radicada en la provincia de Mendoza. Entre sus principales objetivos, se encuentran el desarrollo de tecnologías y la puesta en marcha de proyectos de infraestructura para la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias –que no emiten gases de efecto invernadero–, como hidráulica, solar, eólica y nuclear. Las acciones de IMPSA pertenecen mayoritariamente al Estado nacional (63,7%), a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), mientras que el 21,2% corresponde a la provincia de Mendoza y el 15,1% es de propiedad privada. Sin embargo, en los últimos días, el Gobierno nacional comenzó un proceso de cesión de acciones con el objetivo de privatizarla al menos en parte –lo que podría implicar perder el control estratégico de la empresa por parte del Estado– y la estadounidense ARC Energy, orientada a insumos de petróleo y gas, se mostró interesada en su compra.

Para conocer más sobre la trayectoria de la compañía, el desarrollo de tecnologías y su rol clave para la industria nacional, TSS conversó con el ingeniero Juan Carlos Cacciavillani, director de Tecnología de IMPSA. “Hemos instalado unos 50.000 megavatios en 40 países, especialmente en América del Norte y del Sur, zona central de Europa, parte de África y sudeste asiático. También hemos tenido fábricas en Brasil y Malasia. Además, tenemos en la región un sistema muy importante de pymes que trabaja con nosotros como proveedores desde hace mucho tiempo”, contó.

Entre sus principales objetivos, IMPSA se dedica al desarrollo de tecnologías y la puesta en marcha de proyectos de infraestructura para la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias. Foto: IMPSA
Entre sus principales objetivos, IMPSA se dedica al desarrollo de tecnologías y la puesta en marcha de proyectos de infraestructura para la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias. Foto: IMPSA.

¿Cómo se inserta IMPSA en el proceso mundial de transición energética? ¿Qué tecnologías desarrollan?

Nosotros tenemos desarrollo de productos para el aprovechamiento de energía hidroeléctrica y nuclear. El sector hidroeléctrico es nuestro fuerte, poseemos gran experiencia y tenemos reconocimiento internacional. Somos la única empresa en América Latina con desarrollo de tecnología propia para hidráulica. No solo turbinas, sino que diseñamos y fabricamos con tecnología propia todos los componentes hidroelectromecánicos que tiene una central. Actualmente, tenemos unas 200 turbinas instaladas en todo el mundo. En el país, un proyecto importante en el que participamos es la central Yacyretá. Ahí desarrollamos una turbina con tecnología propia, competimos con empresas de Alemania y Austria, y ganamos la adjudicación. Apuntamos bastante a la hidroelectricidad porque creemos que va a tener una revalorización en el proceso de transición energética, sobre todo desde el Acuerdo de París, que ha llevado a muchos países a una carrera por el desarrollo de tecnologías para fuentes limpias. Son muchos los adheridos al acuerdo y eso hizo que el mundo sea como un gran laboratorio, con países tomando diversas estrategias para desarrollar tecnologías, donde se van viendo experiencias exitosas y fallidas.

¿Qué ventajas tiene la generación de energía hidroeléctrica con respecto a otras renovables como eólica y solar?

Por un lado, las fuentes solar y eólica tienen algunas limitaciones, como la intermitencia y la dificultad para almacenar energía. Y por el otro, está habiendo un problema importante en diversos países que son las limitaciones en las líneas de transmisión. Nosotros también nos dedicamos a instalar grandes parques eólicos y solares pero estamos teniendo limitaciones por la saturación de las líneas de transmisión. Ahí la hidroeléctrica toma un papel preponderante porque aporta estabilidad del sistema eléctrico y es algo que se puede almacenar.

¿De qué manera participan en el ámbito solar y eólico?

Estamos centrados fundamentalmente en llevar adelante proyectos EPC (ingeniería, aprovisionamiento y construcción, por sus siglas en inglés). Es decir, que no desarrollamos nuestros propios productos pero ponemos en marcha todas las etapas de su instalación. En el sector eólico, logramos desarrollar un aerogenerador de dos megavatios y con ese diseño montamos algunos parques eólicos, como los Arauco, en La Rioja, y El Jume, en Santiago del Estero.

"Somos la única empresa en Latinoamérica con el desarrollo de tecnología propia para hidráulica", dice Juan Carlos Cacciavillani, director de Tecnología de IMPSA. Foto: IMPSA
«Somos la única empresa en América Latina con el desarrollo de tecnología propia para hidráulica», dice Juan Carlos Cacciavillani, director de Tecnología de IMPSA. Foto: IMPSA.

¿Por qué no pudieron continuar con el desarrollo de aerogeneradores?

No pudimos seguir el ritmo de desarrollo que exigía el mercado porque se necesitan grandes inversiones para poder soportar el diseño de aerogeneradores de mayor potencia. Hoy se instalan aerogeneradores más competitivos, con lo cual el de dos megas fue quedando afuera. Además, hay empresas que tienen gran volumen de mercado pero nosotros aquí en la Argentina no teníamos tanta cantidad de parques que podíamos llegar a montar. Así que fue por diversas razones, por el tema económico y por la dificultad de seguir el desarrollo de la tecnología. Lamentamos bastante esto porque éramos la única empresa que tenía un semillero de técnicos preparados para desarrollar aerogeneradores de gran potencia.

¿Cree que es un desarrollo que podría retomarse en algún momento?

Sería importante poder retomarlo, sobre todo teniendo en cuenta el recurso eólico que tiene el país. Para eso, tiene que haber una política de desarrollo sostenida como lo ha habido en la parte hidroeléctrica. Nosotros hemos logrado ser bastante competitivos a nivel internacional en esa área gracias al desarrollo financiado por la empresa durante muchas décadas. Personalmente, quería mucho tener nuestro propio aerogenerador pero no se dieron las condiciones así que hubo que resignarlo.

¿Qué tecnologías han desarrollado para el área nuclear?

En IMPSA hemos acompañado la evolución de la industria nuclear en Argentina por más de 40 años. Tenemos una nave industrial para la fabricación de componentes y poseemos una estampa de certificación ASME N, que pocas empresas tienen y nos permite diseñar y fabricar componentes nucleares clase 1. Hemos suministrado equipamiento a las tres centrales nucleares del país: Atucha I, Atucha II y Embalse. Actualmente, colaboramos con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en la construcción del reactor modular CAREM 25, sobre todo en el diseño mecánico y el cálculo estructural. También tenemos otros desarrollos, como contenedores de material radiactivo que se utilizan para aplicaciones médicas.

IMPSA ha desarrollado sistemas y componentes para el CAREM, primer reactor nuclear de baja potencia (25 megavatios) diseñado en Argentina que lleva adelante la CNEA. Foto: IMPSA
IMPSA ha desarrollado sistemas y componentes para el CAREM, primer reactor nuclear de baja potencia (25 megavatios) diseñado en la Argentina que lleva adelante la CNEA. Foto: IMPSA.

¿Tienen proyectos en otras áreas vinculadas con energías limpias?

Estamos trabajando en un proyecto de una planta de hidrógeno aquí en la empresa. Es una iniciativa en conjunto con Y-TEC, que apunta a montar una planta piloto para probar un electrolizador que ellos desarrollaron. Por ora parte, desde 2014 tenemos una unidad de negocios vinculada a inteligencia artificial, para optimizar equipos de alta complejidad y mejorar procesos productivos. Por ejemplo, desarrollamos sistemas de detección de fallas tempranas en centrales de generación eléctrica a través de la utilización de redes neuronales.

¿Cómo les impacta en el trabajo cotidiano las políticas actuales que está llevando adelante el Gobierno nacional?

Tradicionalmente, IMPSA ha trabajado en el ámbito internacional, por eso no nos afecta tan directamente por ahora. Lo que puede llegar a influir es que no haya proyectos en la Argentina. De todos modos, es importante remarcar que la única forma de tener desarrollos tecnológicos es que haya una inversión sostenida en el tiempo, es la forma en que los grupos de profesionales capaces de producir tecnologías se van formando y consolidando. Solo de esa manera se puede lograr el desarrollo de productos cada vez más complejos. También requiere mucha resiliencia porque, aunque siempre se conoce más sobre los éxitos, en el proceso de desarrollo hay muchos fracasos hasta llegar a un diseño competitivo.

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