«Debemos convencer al Gobierno”

Norma Boero, presidenta de la CNEA, habló con TSS sobre los principales proyectos que se han puesto en marcha durante los últimos años y sobre por qué considera clave que las políticas del sector continúen su desarrollo.

Vanina Lombardi  
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Agencia TSS – El cambio de autoridades nacionales genera interrogantes en diversos ámbitos públicos y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) no quedó exenta. Al cierre de esta nota a fines de 2015 y tras la asunción de las nuevas autoridades nacionales, era sabido que esta institución, que antes dependía de la Secretaría de Energía del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, pasaría a funcionar bajo la Secretaría de Electricidad del nuevo Ministerio de Energía y Minería de la Nación.

En 2006, se reactivó el Plan Nuclear Argentino y se estableció un programa a corto y mediano plazo para consolidar la opción nuclear como fuente de generación eléctrica y para extender el uso de estas tecnologías en el ámbito de la salud pública, el agro y la industria. La actual directora de la CNEA, Norma Boero, que ocupa su cargo desde 2007, resalta el rol de los recursos humanos, “lo más importante que tiene la CNEA”. En dialogo con TSS, dice: “Para mí, uno de los hitos más importantes es haberla reactivado; antes había grupos pequeños con gente de un promedio de edad muy alto, mientras que hoy hay muchos jóvenes que se pusieron al frente del organismo y hubo gente mayor, que incluso ya se había jubilado, que tuvo la disposición de venir a capacitarlos”.

La funcionaria se refirió a los desarrollos estratégicos en curso que podrían verse afectados por un cambio en las políticas vigentes, como el proyecto Carem, un reactor de energía de diseño argentino. Según Boero, “en tres años comenzará a funcionar. Es importante que no se abandone, no solo porque es un diseño nacional y único de ese tipo en el mundo, sino también porque servirá para generar energía eléctrica con un diseño nuestro”.

El Reactor RA-6 diseñado y construido en 1982 para satisfacer necesidades de la carrera de Ingeniería Nuclear
del Instituto Balseiro ha formado a centenares de profesionales argentinos y extranjeros.

Otro proyecto que destacó es el del reactor multipropósito RA10, que, entre otras cosas, permitirá fabricar radioisótopos para medicina (como molibdeno-99, iodo-131 y cobalto-60), hacer pruebas de combustibles nucleares y realizar ensayos de investigación en física teórica. “La Argentina se merece un reactor nuevo y es importantísimo continuar con su construcción”, advierte la funcionaria y continúa: “Lo estamos construyendo con INVAP; estará ubicado en el Centro Atómico Ezeiza, y nos permitirá exportar radioisótopos a toda América Latina, porque el RA3 –el reactor que los produce en la actualidad– solo nos permite cubrir un tercio del mercado brasileño. Además, frente al plan de medicina nuclear que hoy está en marcha, la producción actual del RA3 tampoco sería suficiente. Entonces, necesitamos un reactor con más capacidad”.

El plan de medicina nuclear busca hacer más accesible esta tecnología, entre otras acciones, mediante la creación de nuevos centros de diagnóstico y tratamiento en el interior del país, inicialmente en Formosa, Entre Ríos y Río Negro. Al respecto, Boero explica: “Es algo que soñé durante ocho años, lástima que se empezó a concretar al final de este período. Pero lo llevamos adelante, y eso es muy bueno, porque se están haciendo centros en todo el país para que la gente se pueda hacer diagnósticos por imagen o tratamientos oncológicos sin necesidad de mudarse a las grandes ciudades”.

“El objetivo es que pueda acceder a esta tecnología médica tanto el que tiene dinero como el que no. Por eso, hacemos fundaciones sin fines de lucro, para que la ganancia obtenida de quienes tienen obras sociales importantes pueda subvencionar a aquellos que no tienen medios. Es una acción social que a mí me satisface mucho”, subraya Boero y ejemplifica: “En el Centro Atómico Bariloche, se prevé hacer el centro de investigación más importante del país en todo lo referido a diagnóstico por imágenes, y vamos a trabajar en red usando toda la tecnología actual”.

El reactor multipropósito RA10 permitirá fabricar radioisótopos para medicina, hacer pruebas de combustibles nucleares
y realizar ensayos de investigación en física teórica.

Por otro lado, en cuanto a la industria alimentaria, la funcionaria comentó que han hablado con gobernadores de diferentes provincias y de distintas instituciones vinculadas a la producción de alimentos, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), para aumentar la cantidad de productos irradiados. “Había un rango muy pequeño y lo ampliamos; de todos modos, aunque tenemos una planta piloto en CNEA, si realmente se va a exportar en cantidad, se necesita una planta industrial más grande, que hoy la Argentina no tiene”.

¿Por qué se irradian los alimentos?, preguntó TSS. “A veces, algunos de ellos, como la miel, frutas y cereales, son irradiados para eliminar bacterias y prolongar su vida útil. Esto es importante especialmente en productos de exportación, no solo para conservarlos, sino porque algunos países no permiten su ingreso si no cuentan con dicho tratamiento”, explica.

“Todos estos proyectos están en riesgo”, reflexiona Boero. Y concluye: “Tenemos que convencer al nuevo Gobierno, debemos asegurarnos de que sienta lo importantes que son y de que comparta nuestra intención de seguir adelante”.