Andrés Repar: “Hay que diversificar la matriz energética”

El especialista en energía del Instituto Scalabrini Ortiz habló con TSS sobre el conflicto en Río Turbio, la controversia alrededor del uso de carbón en centrales térmicas y el uso de fuentes renovables como una oportunidad para el desarrollo tecnológico.

Por Matías Alonso  
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Agencia TSS – En enero pasado, el despido de alrededor de 500 trabajadores –sobre un total de 2.700– en Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT) inició un conflicto en la mina santacruceña que continúa hasta el día de hoy. Para el Gobierno, la medida forma parte de un plan para hacer sostenible la operación de la mina, mientras que los trabajadores denuncian el vaciamiento de la empresa como antesala de su privatización, como sucedió en la década del noventa.

En el año 2007, el entonces presidente Néstor Kirchner anunció la construcción de una usina térmica para aprovechar la extracción de ese carbón –cuyas reservas se estiman en más de 300 años pero se trata de un carbón de baja capacidad calórica y su lejanía con respecto a los puertos le resta competitividad– e inyectar la energía producida al Sistema Argentino de Interconexión. A fines de 2015 se puso parcialmente en funcionamiento una de las dos turbinas de 120 MW en construcción, aunque hasta hoy sigue sin poder entrar en operación.

A poco de asumir, el actual Gobierno frenó la construcción de la central y, aunque posteriormente anunció que continuaría la obra, todavía no hay fecha cierta sobre su reanudación. Actualmente, el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se encuentra detenido por malversación de fondos vinculados con la operación de YCRT y la obra también fue duramente cuestionada por grupos ambientalistas, que la consideran una forma de generación de energía obsoleta y contaminante.

El ingeniero Andrés Repar, ex vicepresidente del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) y actual coordinador del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz, habló con TSS sobre las controversias que genera la minería de carbón, el impacto ambiental de su uso en centrales térmicas y el rol que podría cumplir Río Turbio en la integración energética con Chile. Además, se refirió a las licitaciones de energías renovables lanzadas por el Gobierno.

“Yo vengo del gas, que para mí es el recurso más importante y debería ocupar la posición estrella en nuestra matriz energética. Sin embargo, me parece muy importante diversificarla, desde el carbón hasta el desarrollo de otras energías como la eólica y solar, y con aportes de la industria nacional”, dijo en esta entrevista.

La usina termoeléctrica de Río Turbio está casi terminada pero desde movimientos ambientalistas consideran que nunca debería haberse realizado. ¿Cuál es su opinión?

Greenpeace siempre planteó que la Patagonia tenía que usar energía eólica y que el carbón era una energía superada. Pero en realidad hoy en día se busca más una complementación entre lo eólico y lo térmico, sea con carbón, con energía nuclear o con gas. Esto significa la posibilidad de tener un complemento porque con energía eólica sola no se puede, se necesita un respaldo. Y en la Patagonia está el carbón como el complemento. Por otro lado, está la cuestión de si la contaminación es importante, si la tecnología es la apropiada. El sistema de Río Turbio usa una cama de carbón fluidizado, que transforma el carbón en una especie de cama de metano. Permite una gasificación del carbón para quemarlo como un gas y se incorpora calor para descomponer las cadenas de hidrógeno y carbono. Eso permite tener un mejor control de los contaminantes. Es cierto que hubo muchos errores de gestión del Gobierno anterior y del contratista en la construcción de la usina (el grupo español Isolux Corsán), que ha planteado objeciones y subido los costos de manera permanente. Desde el Estado se le pidió que terminara primero una turbina y después la otra, pero trabajaban en las dos a la vez. Hubo una muy mala gestión desde el Ministerio de Planificación: se sabe que el presupuesto original era de 680 millones de dólares y probablemente se haya casi duplicado esa cifra. De todas formas, aunque a los tumbos, tendría que terminarse.

A fines de 2015 se puso parcialmente en funcionamiento una de las dos turbinas de 120 MW de Río Turbio, aunque hasta hoy sigue sin poder entrar en operación.

 

¿Es una forma de generar energía que se está abandonando en el mundo?

Estados Unidos tiene su principal generación de energía con carbón. En segundo lugar usan gas, hidroeléctrica, nuclear… tienen una matriz repartida. En algunos países se están cancelando plantas de carbón, pero tiene que ver con que tienen usinas de carbón muy viejas y contaminantes, no como la de Río Turbio, que tiene otra tecnología. Igual Alemania sigue usando mucho carbón, aunque está tratando de usar menos y de renovar la tecnología de sus plantas. En Sudamérica, Chile también tiene planes para reducir su producción con carbón.

¿La producción de energía con carbón es la más contaminante?

Hoy en día, con las nuevas tecnologías disponibles, se redujo su impacto. Los ambientalistas también dicen que las centrales hidroeléctricas tienen un impacto fuerte en el entorno geográfico y geológico, en la fauna y flora del lugar, así como en la mudanza de personas que se ven afectadas. En el caso puntual de la Patagonia, debemos aprovechar el viento pero también necesitamos otra fuente de energía que lo sustente cuando no sopla, por eso digo que pueden ser complementarias. Hay que diversificar la matriz energética, tanto para tener una situación de mejor posicionamiento en lo ambiental como para garantizar el suministro. La diversificación de la matriz es un elemento válido desde todo punto de vista.

¿El aporte del carbón a la matriz energética es menor al 1% del total?

Sí, se producen menos de 100.000 toneladas de carbón al año y ni siquiera se usa todo para producir energía eléctrica, porque también se usa en industrias.

¿Cuál es la situación de la mina?

La mina tiene un carbón con una caloría bastante baja frente a otros tipos de carbón y se necesita media tonelada por megavatio/hora, lo que podría implicar unas 800.000 toneladas de carbón al año para la central. No tiene un valor de exportación y se han hecho estudios que indican que para que la exportación del carbón de la mina sea rentable se debería vender a 220 dólares la tonelada. Hoy el carbón está 70 u 80 dólares en Europa, así que no se puede exportar. Eso tiene que ver también con un transporte hasta el puerto que es caro: el tren no anda como debería y son mucho kilómetros. Esto ha repercutido en el sistema de extracción porque nadie quiso invertir en un sistema de mayor producción sin un transporte adecuado para sacarlo. Para un mercado interno ese carbón sí puede servir, de hecho hay un estudio del ITBA que lo avala. El problema es que, si uno no tiene rápidamente adónde colocar la producción, empieza a tener una montaña de minerales que generan problemas ambientales.

¿Lo ideal sería que la mina y la central trabajasen en conjunto?

Sí, tienen que estar ambas en cadena. La usina está, hay que hacerle algunos arreglos, pero la mina tiene que estar operativa como para cumplir con esa demanda. En estos últimos dos años nadie del Gobierno se puso a planificar qué hacer. Hubo una visita del ministro de Energía, que dijo que los trabajadores estaban en condiciones de extraer lo necesario y los retó para que la próxima vez que volviera sacaran todo el carbón, pero desligándose de la responsabilidad.

La última noticia son alrededor de 500 despidos…

Hasta ahora no hubo inversión en tecnología ni cambios que posibiliten sacar más carbón. Y con 500 despidos no sé quién va a sacar 800.000 toneladas al año. Es una mina que necesita producir y sabemos que es posible aprovecharla, pero la decisión de reducir el plantel de trabajadores no pareciera ser la solución para su sustentabilidad.

«Es cierto que se han reducido los costos de los paneles solares y de los generadores eólicos, pero la energía hay que hacerla sustentable en el largo plazo. Como se está haciendo, se instalan los equipos y después no hay posibilidad de hacer más nada», dice Repar.

¿Es qué medida es válido el argumento geopolítico, por su cercanía con la frontera con Chile?

Eso ya es un problema del siglo pasado. Lo mejor que podríamos hacer con esta mina es explotarla en forma conjunta con Chile. La veta pasa del otro lado de la frontera y es una estupidez pensar que solo la podemos explotar nosotros. Si Chile puede aportar carbón para esta usina bienvenido sea, porque le vamos a garantizar el funcionamiento. Cuando hablamos de integración energética en América Latina hay que incluir a esta mina de los dos lados de los Andes, porque se puede acordar un precio razonable del carbón y trabajar en conjunto. Yaciretá es una obra compartida con Paraguay y funciona muy bien, Salto Grande está compartida con Uruguay. Si la veta está compartida con Chile, no veo la diferencia para que no pueda ser aprovechada entre ambos países.

En los últimos dos años hubo varias rondas de licitaciones en energías renovables. ¿Qué evaluación hace sobre ese proceso?

Son operaciones de carácter financiero de la banca internacional, es todo llave en mano. Es cierto que se han reducido los costos de los paneles solares y de los generadores eólicos, pero la energía hay que hacerla sustentable en el largo plazo. Como se está haciendo, se instalan los equipos y después no hay posibilidad de hacer más nada. Lo lógico hubiera sido hacer un plan de diez años de 200 molinos por año, con un porcentaje creciente de integración nacional.

¿La reparación y mantenimiento de esos equipos se haría en la Argentina? ¿Cuál podría ser el impacto en la industria local?

Por ahora los equipos están bajo garantía y vienen con los elementos de reemplazo. En tecnología el valor no está en reemplazar las cosas más sencillas, sino que hay que nacionalizar lo que es más complejo. Reemplazar la pintura o el alambrado no suma valor a la industria, no es lo mismo que fabricar el motor o la caja reductora. Hay que intentar hacer lo que podemos, quizás no la electrónica pero sí la mecánica, y es un desarrollo tecnológico que queda. Es algo que (Jorge) Sabato lo ha explicitado muchas veces, desde la época del desarrollo nuclear, pero hoy no se está yendo por ese camino y seguramente vamos a tener problemas. También hay que decir que el Gobierno anterior no hizo una buena planificación en energías renovables, lamentablemente.

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