Investigadores de la UBA y el CONICET, en conjunto con otras instituciones locales y extranjeras, estudian el funcionamiento de las ARNs circulares, moléculas que cumplen un rol relevante en la regulación de los genes. Los hallazgos permitirían avanzar en el desarrollo de vacunas y en tratamientos de enfermedades del sistema nervioso central, infecciosas y tumorales.